+ Ad Maiorem Dei Gloriam +

Esta página es obra de La Sociedad Pro Misa Latina -Una Voce Cuba-

TODOS  LOS DERECHOS RESERVADOS.

          El Sacramento de la Confesión.

 

¿A Ud. le cuesta mucho confesarse?  No nos extraña: a todos nos cuesta... ¿Experimenta miedo y vergüenza ...? Y si hace ya varios años que no se confiesa, mucho más aún...

 

Mil excusas le van a entorpecer entonces la claridad de su decisión. Después de tantos años uno no está bien seguro de lo que ha hecho... Pensamientos, palabras, mentiras, deudas, sexo, odio, rencor... ¡Cuantas flaquezas y debilidades que gustaríamos de enterrar, olvidándonos para siempre de ellas...! ¡Y ahora sobreviene esa idea funesta de la CONFESIÓN...!

 

¿Vale la pena confesarse?  La parte humana de la confesión ¿Dios o un hombre?

¿Por qué buscamos excusas?

 

¿VALE LA PENA CONFESARSE?

 

¿Vale la pena confesarse...?. Usted no está seguro ni de eso... Sabe que es débil... Sabe que tal vez vuelva a caer: no es de hierro ni de granito. Está en un mundo en dónde no es fácil la virtud. En donde la verdad, la honestidad, la justicia, la castidad, la mansedumbre... ¡no dan dividendos! ¿Vale la pena confesarse...? ¿Vale realmente la pena...?

 

Y sin embargo, allí, dentro de Ud., a pesar de todos los argumentos en contra, Ud. sabe que vale la pena... Hay algo: un lastre que le pesa y que no le deja vivir... hay una sensación desagradable, insufrible, del que tiene las manos sucias... del que siente que sus ojos están sucios... y que su alma está sucia... Ese hombre se convence de que tiene, de alguna manera, que empezar de nuevo... Como en los viejos tiempos de la Escuela primaria cuando a hurtadillas arrancaba una o dos hojas del cuaderno de clase para que no hubiese en él ningún borrón... ¿Habrá alguna fórmula sencilla para arrancar hojas del cuaderno de la vida, y limpiar todas las manchas descargando nuestra conciencia...?

 

Hay gente que dice que ha encontrado esa fórmula. Van a un psiquiatra, o a un psicoanalista. A él le descubren su conciencia,. Y tratan de investigar el origen de sus errores y fracasos... Hablan durante horas en el consultorio psiquiátrico, tratando de hallar la serenidad perdida... Pero es difícil reconquistar la paz. Lo que han dicho, está dicho, lo que hicieron, hecho está... Nadie puede borrar de la mente totalmente su pasado, ni hacer desaparecer las cicatrices de sus recuerdos con un monólogo, como si fuese una goma de borrar...

 

Pero hablando, y hablando... –reconozcámoslo- uno se desahoga... Al compartir sus secretos, sus fracasos, su vida..., con otro, humanamente se libera. Es como si de pronto, consiguiésemos un amigo, un socio, un cómplice... Entre dos es más fácil llevar la carga, y compartir la responsabilidad de la vida diaria...

 

LA PARTE HUMANA DE LA CONFESIÓN

 

Este es también la parte humana de la confesión. La confesión descarga la conciencia, y la apuntala en el otro... con esta ventaja: que la confesión no son ni los honorarios, ni la idoneidad profesional, lo que hace que el otro escuche. No, en la confesión hay algo más. Aún en el plano humano Ud. se siente más seguro, más protegido en su confidencia, y en la serenidad del posterior consejo de ese hombre consagrado. Sabe que conscientemente no puede mentir, y que no le puede fallar..., y de que de sus labios no escapará ninguna infidencia, ni le perjudicará con el prejuicio, la pasión, o la prevención humana... el tiene que dar cuenta a Dios de todo lo que haga y diga: no se puede poner a inventar una nueva moral ni un nuevo dogma.En la confesión hay, además algo que ayuda a la reconstrucción de nuestra personalidad... Esta por el conflicto diario está en cierta manera deteriorada... ¿Cuál es la raíz de tantas personalidades fragmentadas? El que toda esa gente rehuye consciente e inconscientemente asumir sus propias responsabilidades. Buscan en el escapismo y la evasión, huir de su vida. Son “desertores” del puesto que la providencia les ha confiado: madres neurasténicas; esposos infieles; empleados deshonestos; hijos desobedientes; adolescentes en rebeldía. Inútilmente buscan alguien a quien echar la culpa de su desacomodación... Pero es inútil: ellos son los únicos culpables... Deberían a aprender a aceptarse a sí mismos y a su destino... Deberían aprender alegre y conscientemente su responsabilidad frente a Dios...En el psicoanálisis Ud. descarga su responsabilidad en el otro. En la confesión Ud. la asume frente a Dios. En el primero, se busca una transferencia y una explicación. Ud.,. se pone una etiqueta y se siente liberado... En la confesión Ud. es a la vez acusador, fiscal y juez de sí mismo... Ud. enfrenta su vida: no pone un polvo cicatrizante encima de la herida infectada... No la airea, la trata de curar... Si la cerrase sin antes haberla curado sería peor...¡Que alivio se siente cuando uno al fin se siente dueño y responsable de su vida...! ¡Ud. es responsable! ¡Ud. es libre...! Si en su acusación hay sencillez y esperanza, Ud. está en vías de curarse... Pero, para eso, tiene que hacer su confesión delante de Dios...

 

¿DIOS?

 

¿Dios...? ¡Que pocas veces pensamos en Dios! ¡Que pocas veces sentimos a Dios...! Para la mayorías es algo oscuro y misterioso que le da miedo... Un ser infinito, y lejano, siempre silencioso... Y no es así... Está cerca suyo... Y lo va a sentir en la medida que Ud. se coloque en su verdadera medida... Sea Ud. humilde, no se haga el Dios... Si cae de rodillas frente a Dios lo conocerá a Dios... Si, precisamente cuando nos sentimos pecadores, es cuando estamos en vías de curarnos... ¿por qué? Porque allí, frente a nuestra miseria aprendemos a ser humildes –una virtud desconocida hoy...- y a través de ella reconocemos a Dios tal cual es...

Una de las dimensiones más impresionantes de Dios, es su misericordia... La misericordia es el amor de Dios por el pecador. Dios entendámonos- no ama el pecado, pero sí al pecador... el vino a decirnos que “era amigo de pecadores...” “que no venía por los justos, sino por los pecadores” Y que “hay más gozo en el cielo por un pecador que se convierte que por noventa y nueve que hacen penitencia”. La misericordia es la dimensión infinita del perdón de Dios. Quien cayendo de rodillas en la confesión haya sentido alguna vez que Dios le perdona, sin condiciones... El que sienta como otrora la mujer adúltera la pregunta de Cristo: ¿nadie te ha condenado, mujer...? Pues yo tampoco te condenaré, pero no quieras más pecar comprenderá cuan necesaria sea en su vida la confesión. Pero no una confesión "rutinaria", "ritual"... una de esas etiquetas sin contenido... No: la confesión tiene que ser auténtica, comprometida, verdadera... Esa es la confesión que le sugerimos que haga en esta semana... Será un comienzo de Vida verdadera. Como el comienzo de la sinfonía de una orquesta... Un canto a la vida... Un nuevo amanecer.

 

¿POR QUÉ BUSCAMOS EXCUSAS?

 

¿Por qué buscamos excusas para no confesarnos? La gran mayoría de las veces porque la confesión nos humilla... O porque no nos perdonamos... o porque nos parece inútil confesarnos, si tenemos la convicción de que volveremos a caer... ¿De qué vale vaciar el tarro de basura -me dijo alguien alguna vez- si después lo volveremos a llenar... ?

Empecemos por lo último: con ese argumento nadie nunca haría nada... Ni se cortaría el pelo, ni se lavarían las manos... Hay gestos trascendentes en la vida... Gestos definitivos e irrevocables... Pero hay otros que hay que repetir sin cesar... Ud., por ejemplo, no puede tomar la decisión de guardar el equilibrio de ahora para siempre... Lo tiene que guardar en cada instante, si no resbala, cae, se viene abajo... Ese es el género de propósito que debemos aprender a hacer en la confesión... En resumidas cuentas, es el mismo que Ud. tiene que hacer cuando va al médico y se compromete a tomar los remedios y a cuidarse...

Porque tiene que persuadirse que estamos todo un poco enfermos... Enfermos de sexualidad, de egoísmo, de envidia, de rencores, de violencia, de resentimiento, de pasiones mal domadas, de agravios, de mentiras, de injusticias, y de mil cosas más... Hay gente que frente a este hecho de experiencia diaria, se contenta con decir: "... Yo soy así..." "Es mi naturaleza y no la puedo cambiar" Esa frase es falsa. Refleja una cobardía y una comodidad. Es en el fondo un suicidio... Ud. tiene que aceptar su vida como un punto de partida, pero no puede renunciar a progresar...

Ud. progresa en el plano material anhela mayores comodidades de las que tiene: una heladera mejor; una casa mejor; unas vacaciones mejores; un mejor puesto; un mejor sueldo... Todo está bien, pero anhele también progresar espiritualmente... Cada día tiene que ser un poco mejor... Hoy mejor de lo que fue ayer, mañana mejor de lo que es hoy.

 

NO PACTE CON SUS DEFECTOS...

 

No pacte con sus defectos... No cierre sus ojos ante sus contradicciones... No niegue sus errores... No quiera defender sus vicios... No los pregone si no quiere, pero reconózcalos delante de Dios... Delante de Él sea humilde: es la simple actitud que uno tiene delante del médico a quien le enseña sus llagas, y le habla de su enfermedad.

Volvamos a ser sinceros con Dios. Ud. no es de hierro ni de mármol... Reconozca delante de El que es un pecador... "Señor quiero ver... " Señor ¡quiero curarme!" Busque con Dios su verdadero progreso... No lo haga consistir en ambicionar un lavarropas o un auto...

Aunque haga años que Ud. no se confiesa... Aunque haga se haya olvidado las oraciones, y apenas si sepa hacer la señal de la Cruz... Ud. puede confesarse. Lo más importante es que ese encuentro con Dios sea inolvidable... ¡Qué Ud. se acerque a Él con deseo de sanarse! ¡Que con un grito de sinceridad diga en la confesión: "¡Señor! ¡Pequé...!"

 

NO IMPROVISE SU CONFESIÓN

 

No improvise su confesión: haga previamente un examen de conciencia... Recuerde cuánto tiempo hace, más o menos, de su última confesión, y eso dígalo al principio de su confesión. Luego, siguiendo los mandamientos diga los pecados que recuerde con sus circunstancias agravantes... Frente a problemas pendientes, proponga sus dudas, y las soluciones a las que ha echado mano hasta ahora... Pida consejo al sacerdote: recuérdelo, es hermano suyo y tiene la obligación de ayudarle...

Al terminar su confesión escuche la penitencia que se le da. Son unas oraciones, o es tal vez, una meditación, o algo que se le pide que haga... Si no puede hacerlo dígaselo francamente al sacerdote. Y luego mientras él rece la absolución sobre su cabeza inclinada, rece el acto de contrición con toda sinceridad... Si no la recuerda, pídale perdón a Dios con sus propias palabras... Sentirá una nueva Vida, se lo garantizo...

Volvamos a la pregunta inicial: ¿A Ud. le cuesta mucho confesarse?... Le decíamos al principio: No nos extraña a todos nos cuesta... Pero ¡qué bien se siente uno después que se ha confesado bien!... Es la sensación de bienestar que uno siente después de arreglar su ropero, o su habitación... A la tranquilidad que uno siente después que ha pagado una deuda... A la paz y felicidad que uno goza cuando después de la operación el médico le dice: ¡Amigo, la operación ha sido brava, pero Ud. se ha salvado!.. Goce Ud. también de esa terapéutica de Dios... Es el mejor regalo divino, y está allí a su mano...

EXAMEN DE CONCIENCIA PARA HACER UNA BUENA CONFESION.

 

Este examen es para aquellos que, amando a Cristo, no se conforman con evitar pecados graves, sino que desean amarle con todo el corazón. 

Amarás a Dios sobre todas las cosas (Primer mandamiento).
No tomarás el nombre de Dios en vano. (Segundo Mandamiento)
¿He amado a Dios sobretodos las cosas  o he preferido a alguien o ha algo antes que a el?.
    -¿A quién (que) le he dado la mayor atención?
    -¿He hecho de mi familia, trabajo, apostolados, programas, ideas u otras cosas buenas mi primer  amor?
    -¿Se en la práctica lo que es confiar en el amor y el poder de Dios?
    -¿Le confío todo a Dios o ando queriendo hacerlo yo solo?
    -¿Confío en Dios cuando todo
parece ir mal?
    -¿He caído en superstición u otra práctica religiosa ajena al cristianismo?

¿He negado a Dios o alguna verdad de fe? ¿Creo firmemente todo cuanto enseña la Iglesia Católica?

¿He participado en cultos satánicos, consulta a adivinos o  espiritistas, de magia o brujería? Lectura de la mano, cartas, tarot, guija?

¿Leo y creo en los horóscopos?

 

¿He practicado la brujería y la hechicería?

¿Me he acercado indignamente a recibir algún sacramento?

¿He blasfemado o prestado juramento innecesariamente?

¿Hago con desgana, descuido o poco interés lo que a Dios y salvación de mi alma toca?

¿He faltado a Misa sin causa justa?

¿He callado  por pena pecados en la confesión?

¿Hago el firme propósito de cultivar y mejorar mi vida espiritual, mi vida de fe, mediante la formación de la misma? ¿Cuido con esmero de mi relación con Dios?

Oración Diaria

¿Hago diariamente el ejercicio del cristiano y soy fiel a mis deberes en la oración, con los que manifiesto mi amor a Dios e imploro su misericordia?
Cómo ha sido diariamente mi:
-¿Tiempo personal con Dios; liturgia de las horas; oración familiar?
-¿He alabado a Dios; le he dado gracias o me he quejado?
-¿Intercedo por mi familia, grupo, Iglesia, por el mundo?
-¿He orado con el corazón, abierto al Espíritu Santo?
-¿Tomo tiempo para discernir?
-¿Se lo que es esperar al Señor, escucharlo? -¿Lo he hecho?
-¿Cuándo me da alguna enseñanza la guardo en mi
corazón y busco profundizarla?
-¿Incluyo a mi esposo/a (u otra persona formada y prudente) en mi discernimiento o solo les informo?; -¿Escucho, obedezco y respeto a los que tienen legitima autoridad sobre mi (leyes justas, jefes, etc.)?.
-¿Qué criterios tengo para determinar si algo que quiero hacer es del Espíritu Santo o es mío?,-¿Me parece importante tener y seguir siempre esos criterios?
-¿Uso los dones que Dios me dio para su gloria?
    -¿Estoy abierto a recibir nuevos dones según Dios disponga?
    -¿He sido legalista (haciendo solo lo necesario para cumplir) o vivo mi fe
en el Espíritu     
      entregándome con todo el corazón?

Obediencia
-¿Busco conocer en la oración la voluntad de Dios para mi vida?
-¿Obedezco la enseñanza del magisterio o interpreto a mi manera?
-¿Qué motiva mi vida, la voluntad de Dios o mis propios "buenos" planes (mi voluntad).
-¿Le permito a Dios guiarme o le "entrego" los planes ya hechos para que los bendiga?.
-¿Mis gustos, criterios, dudas, confusiones, pensamientos, actitudes y valores -en que instancias no han estado bajo el Señor?
-¿En mis gustos, mis criterios, miedos, dudas, confusiones...

Estudio
-¿Estudio mí fe católica (Biblia, magisterio, libros sólidos) o me contento con mi propio modo de entender a Dios?,  ¿Estoy avanzando en mi formación como debo?.
-¿Qué pasos prácticos doy para formarme en la fe?

Orden y Prioridades
-¿Mi tiempo responde a las prioridades de Dios o a las presiones de cualquier persona u ocasión para `quedar bien'?); ¿Interpreto lo que hago en la perspectiva de la vida eterna?; ¿Reflexiono sobre mi muerte; sobre el juicio final?
-¿Tengo prioridades claras y soy firme para vivirlas? ¿Pierdo el tiempo (revistas, programas, etc.) que no edifican?
-¿Tengo un horario y organizo el día con disciplina, dando tiempo a cada área con sabiduría: oración, familia, trabajo...?; ¿En que me he desordenado? ¿Me quedo en algo que me gusta sabiendo que es hora de hacer otra cosa?
-¿Respeto
el tiempo y necesidades de otros: cuando busco ayuda, en el teléfono, etc..?
-¿Cuido la salud; tengo algún vicio, falta de ejercicio, descanso, alimentación... Me cuido demasiado?

Santificarás el día del Señor. (Tercer Mandamiento)
¿Guardo el día del Señor mediante el descanso, obras buenas y oración o en cambio trabajo innecesariamente ese día?
-¿Voy a misa todos los domingos?;¿He adorado y rendido todo mi corazón ante Jesús sacramentado que me espera en el sagrario?
-¿Lo he amado y consolado por tanto que se le ofende?
-¿Voy a misa diaria si puedo?; ¿he recibido con preparación al Señor?

La Cruz
-¿He meditado ante la cruz?; ¿busco su poder transformador y su sabiduría?; ¿como se manifiesta en mi vida?
-¿Pido a Dios la gracia de amar la cruz?
-¿Me he salido de la voluntad de Dios por evitar la cruz?
-¿Uno mi cruz a la de Cristo?: problemas, enfermedades, responsabilidades, personas, mi edad, mi vocación...
-¿Busco la satisfacción de todas mis necesidades físicas y emocionales o se mortificarme por amor a Jesús?.
-¿Me uno a la cruz del que sufre?; ¿Me sacrifico para amar?.

Confesión
-¿Rechazo el pecado aunque este sea aceptable según la cultura?; ¿He pensado o actuado ligeramente como si la rectitud de los santos es "exageración"?
-¿He evitado la ocasión de pecado: ambientes, programas, malas amistades...?
-¿Busco que Dios me enseñe mi pecado (también pecados viejos y olvidados)?.
-¿Reconozco y reparo con responsabilidad mis pecados y faltas o me justifico?
-¿Cuándo me corrigen, lo agradezco?.
-¿Cuándo fue mi última confesión?, ¿Minimicé el pecado por pena?; ¿han habido cambios?.
-¿Hice una confesión completa o escondí algo?
-¿Hay algo (hábito, herida, complejo) que el enemigo usa para su provecho?; ¿Qué
hago para permitirle a Dios que me libere?
-¿Debo reconciliarme con alguien y no lo he hecho?

María
-¿Me he consagrado a Ella y, si lo he hecho, vivo mi consagración plenamente? -¿Cómo?
-¿Acepto su cuidado maternal?; Me dejo formar por ella? -¿Cómo?.
-¿Recurro a ella en oración, medito su vida?.

Me preocupo por cultivar y aumentar cada día mi devoción y amor hacia la Virgen santísima?

¿Rezo el Rosario todos los días como es su deseo?

Relaciones con otros
-¿Están todas mis relaciones a la luz del Señor: amorosas, castas, sanas y sinceras?
-¿Guardo odios o enemistades?
-Peleas, rivalidades, violencias, ambiciones, discordias, sectarismo, disensiones, envidias, ebriedades
-¿He sido fiel a los compromisos con mis hermanos y con otros?; ¿Estoy creciendo en estos compromisos?
-¿Soy confiable en el hogar, grupo, trabajo...?; -¿Cumplo mis promesas, compromisos, guardo confidencialidad?
-¿Busco la unidad en el Señor? (Fil. 2, 1-11, 1 Cor. 10,17)
-¿Soy servicial?
-¿Soy atento sin ser curioso?
-¿Soy prudente en lo que hablo y como actúo?
-¿Soy agradecido por el servicio de rutina que recibo?

En el Hogar
Honrarás a tu padre y a tu madre (Cuarto mandamiento).
-¿Obedezco, cuido y honro a mis padres según mi edad y sus necesidades?
-¿Pongo malas caras?
-¿Doy tiempo a la familia?; ¿Cenar juntos?; ¿Diversiones?
-¿Hospitalidad?
-¿Relación con hermanos?
-¿Responsabilidad en los estudios?
-¿Ayuda económica al hogar según necesidad?

Casados: (además de lo mencionado)
-¿Protejo mi casa y los míos de las malas influencias del ambiente? ¿Cómo?
-¿He manipulado con mis estados de ánimo y enfados para que se haga lo que quiero?
-¿Permito que otros (padres, amigos) manipulen o se antepongan al matrimonio? .
-¿Honro y respeto a mi esposo/a en todo momento?
-¿He compartido con mi esposo/a la visión para la familia?; ¿le escucho con interés?;
-¿Le expreso amor, cariño y respeto a mi esposo/a?;
-¿Con mis hijos?
-¿Detecto los problemas y los enfrento con sabiduría?
-¿Qué medidas tomo para
que mi casa sea un hogar?
-¿Soy responsable y ordenado con la economía?; ¿Les ayudo para que puedan orar, estudiar, descansar, ir a su grupo, cumplir sus responsabilidades?
Formación: de los hijos: ¿comparto con ellos, enseño y guío?, ¿escucho?, ¿disciplino con sabiduría?; ¿les doy buena educación para ser buenos cristianos?

No matarás. (Quinto Mandamiento).
¿De algún modo he matado o atentado contra la vida? (ej.: consejo, apoyo o participación en  aborto, suicidio, conducir sin cuidado, actos irresponsables que ponen una vida en peligro, agresión, violencia, etc.? ¿He atentado contra la dignidad de alguien?.

No cometerás actos impuros. (no adulterio, no fornicación) (Sexto Mandamiento)
-¿He buscado afectividad fuera del orden del Señor?
-¿Como distingo entre sentimentalismo y una auténtica relación de amor entre hermanos?; ¿Me relaciono según mi estado de ánimo o lo que edifica en el amor?
-¿Fantasías o actos impuros, conmigo mismo o con otros?

¿Me he deleitado en pensamientos, tocamientos o deseos impuros?

¿He consentido miradas libres y curiosas? ¿ Las he provocado?

¿He sabido vivir castamente el noviazgo evitando todo aquello que excede a este?
-¿Participo de conversaciones pecaminosas, chistes, o programas de radio o televisión, video o Internet inmorales? ¿Leo o veo libros o películas pornográficas?

¿Tengo actitud seductora, inmodestia en vestir? Esto es el uso de ropas cortas y escasas de tela, que cubran el cuerpo como es debido y nos ayuden a guardar la castidad y la pureza.
-¿Obedezco el plan de Dios para la sexualidad en mi estado de vida?

Antes de asistir a un espectáculo, fiesta o leer un libro, me ha enterado antes de su clasificación moral?

¿He sido causa de que otros pequen por mi conversación, modo de vestir, prestamos de libros o películas?

No robarás (Séptimo mandamiento).
-¿De algún modo he robado?
    ¿Descuidando o no devolviendo propiedad ajena o común)?
    ¿Me aprovecho de mi puesto para beneficio personal?

¿He engañado a otros cobrando mas de lo debido?

 

Al Hablar
No levantarás falsos testimonios ni mentirás (Octavo Mandamiento)
-¿Quién inspira mis palabras: Dios o mi ego?¿He querido dar mi opinión en todo?
-¿Digo la verdad?; ¿He revelado secretos; He juzgado (o chismeado)?
-¿Me he quejado buscando conmiseración o desahogo?
-¿He puesto mi atención a lo indebido
-¿He hablado lo que no edifica: chistes con groserías, hirientes a una raza, nacionalidad, etc.?

Obras de Misericordia
-Corporales: solidaridad con enfermos/ hambrientos/ sedientos/presos/ desnudos/ forasteros/ enterrar los muertos. ¿Veo a estos como hermanos por los que me entrego o estadísticas?.
-Espirituales: dar buen consejo/ corregir/ perdonar (¿guardo algún resentimiento?)/ consolar/ sufrir con paciencia las molestias del prójimo/ rezar por los vivos y los muertos.
-¿Estoy atento al dolor ajeno?; ¿ Sufro con paciencia los defectos del prójimo y los corrijo con caridad? ¿Hago a acepción de personas según su apariencia, raza, color o condición?

-¿Vivo en sencillez?; -¿Imito a Cristo que fue pobre?, ¿soy libre de apegos materiales?
-¿Se refleja esto en mi actitud en las compras?; ¿me dejo llevar por antojos?; ¿cuales?
-¿Coopero con las obras de la Iglesia con verdadero sacrificio y amor o doy de mis sobras?

Evangelización
-¿Doy testimonio publico de mi fe católica, de palabra y obras?; ¿Soy sal de la tierra y luz del mundo?
-¿Me esfuerzo de todo corazón para que Cristo sea conocido, amado y mejor servido  por todos?
-¿Estoy en comunión con el espíritu misionero de la Iglesia?
-¿Comunicó  a mis amistades al Señor o dejo que ellas me arrastren al mundo? Me he preocupado por catequizar y dar a conocer a Dios Ntro. Sr. o al menos rezo por lo que no le conocen, no creen , no adoran y no le aman?
-Cuando evangelizo, ¿lo hago con seguridad
o como si fuera una opinión cualquiera?; ¿Respondo al Espíritu o me paraliza el `que dirán', la pena o la vergüenza frene a los otros?

Dominio de las Emociones: Resentimientos, caprichos, impulsos, miedos....
-¿Cuáles son mis emociones mas salientes?; ¿Las someto al Señor para encausarlas para el bien? ¿de que forma están afectando mi comportamiento?
-¿Busco primero mi interés y comodidad o servir con amor?

Pecados Capitales y Virtudes Contrarias
incluye pensamientos

Soberbia / Humildad
-¿He sido humilde al pensar, me he comparado con otros, he tratado de llamar la atención con mi sabiduría', mi físico, etc.?; ¿Me reconozco pequeñito?; ¿Desprecio a otros en mi corazón?
-¿Me he resentido por el trato o puesto recibido?; ¿Cual es la motivación de mis aspiraciones?.
-¿Distingo entre lo que es doctrina y lo que es mi opinión?; -¿Soy prudente al dar mi opinión; creo que es la única; creo que sin mi presencia las cosas no van bien?
-¿Se distinguir lo que es mi misión o me entrometo en lo que no me corresponde?
-¿Reconozco que no tengo razón de gloriarme sino en Cristo?; ¿En que forma mis acciones están mezcladas con orgullo, vanidad, egoísmo?
-¿Reconozco mis errores y pido perdón?
-¿Puedo ayudar sin mandar?

Avaricia / Generosidad
-¿Estoy apegado a las cosas, ¿Sacrifico tiempo, dinero, para servir a otros según el plan de Dios?.
-¿Juego con el dinero? ¿Empleo bien mi dinero o lo despilfarro y malgasto?

Lujuria / Castidad  (ya examinado arriba)

Ira vs. Paciencia
-¿Se lidiar con las cruces, enfermedades, problemas con relaciones, trabajo, etc.?
-¿pierdo la paz; manifiesto mal humor cuando las cosas no son como yo espero?
-¿Le hecho la culpa a las circunstancias (ej. "me sacaron de quicio").

Gula vs. Templanza
-¿Como mas de lo necesario?, ¿ayuno?
-¿Estoy adicto al alcohol, la droga, píldoras?

Envidia vs. Caridad
-¿Siento celos por posiciones, talentos... otros grupos de la Iglesia? o me alegro cuando otros mejoran. ¿que casos puedo pensar en que no me alegre?

Pereza vs. Diligencia-¿Me he quedado dormido como los discípulos ante lo que Jesús me pedía?
-¿Soy atento a cumplir mis deberes?
-¿Qué hago para edificar mi familia y grupo?
-¿Soy rápido a servir aun cuando no tengo ganas?
-¿`Descanso' mas de lo necesario?
-¿Dejo las cosas para mas tarde?

Bienaventuranzas (Mateo 5, 1-2)
-¿He sido pobre de espíritu, libre de apegos?,
-¿He sido manso, paciente, humilde edificando con medios santos?
-¿He llorado ante los pecados que ofenden a Dios? He hecho lo posible por evitarles o al menos repararles?  Esto es ataques a la Iglesia, al Orden sacerdotal, a las cosas santas  y sagradas, o leyes que destruyen la familia y la civilización cristiana, como el aborto, el divorcio, la eutanasia, la clonación, el trabajo con embriones, las uniones libres y homosexuales
-¿He tenido hambre y sed de justicia?
-¿He sido misericordioso?
-¿He sido limpio de corazón, puro de
pensamiento?
-¿Trabajo por la paz, en mi persona, hogar, grupo, mundo?
-¿Sufro con gozo al ser perseguido por causa de la justicia, por mi fe  (como reacciono ante las criticas "injustas" o incomprensiones?

Después del examen se deben hacer resoluciones por escrito, valorando el estado actual para trabajar en el y revisarlo mas tarde.

 

Preceptos de la Iglesia

 

- ¿He oído Misa con atención, y devoción todos los Domingos y Fiestas de guardar?

-¿He confesado mis pecados al menos una vez al ano, en estado grave o ante el peligro de muerte?

-¿He comulgado en estado de gracia, con piedad y fervor al menos una vez al año?

-¿He guardado la abstinencia y el ayuno los días señalados por la Iglesia?

-¿He contribuido con generosidad y según mis posibilidades al sostenimiento de la Iglesia, de obras buenas y de los pobres?

-¿Soy casado por la Iglesia?

- ¿Según mis posibilidades he defendido los derechos de Dios y de la Iglesia?

¿He aprobado de palabra u obra acciones o corrientes de pensamientos que se opongan abiertamente a la moral y enseñanzas de la iglesia?

¿Pertenezco a asociaciones acatólicas como la masonería,  PCC , UJC, New Age o grupos espiritistas o ocultistas teosóficos?

Al finalizar el examen se hará el acto de contrición perfecta:

 Señor mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Padre, Creador y Redentor mío. Por ser Vos, quien sois , bondad infinita y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón el haberte ofendido, también me pesa porque he perdido el cielo y merecido el infierno. Ayudado de vuestra divina gracia propongo firmemente nunca mas volver a pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuera impuesta. Amen

Pasos del sacramento.

De rodillas ante el sacerdote.

Señal de la Cruz: En el nombre del padre, del Hijo y del Espíritu Santo

-Saludo: ¡Ave María Purísima! ¡Sin pecado Concebida!

               ¡Bendígame, Padre porque he pecado! El Señor este en tus labios y en tu corazón para que arrepentido de tus pecados les reconozcas y confieses bien.

Mi última confesión fue…

Cumplí la penitencia que me fue impuesta…

Me acuso o pido perdón de ….

Luego el sacerdote dialogara, preguntara si considera alguna aclaracion y terminara dando unos consejos e imponiendo la penitencia.

Absolución: “Yo te absuelvo de todos tus pecados En el nombre del padre, del Hijo y del Espíritu Santo.”  (Harás la señal de la cruz sobre tu cuerpo.)

Podéis quedar en paz o ir en paz.

Demos gracias a Dios.

                                                                                                         J.h.S.

Examen de Obras

Cuadro de texto:                                                                                        Mes de ………………. Año ……………..

                   1    2     3    4   5    6    7    8    9    10    11    12   13    14    15   16    17    18    19    20   21   22   23    24    25   26    27    28  29  30   31  Total:

 

Misas:                   

Comuniones:

Rosarios:

Sacrificios:

Mortificaciones:

Obras de caridad:

Ejercicios de piedad:

Oración mental:

Lectura espiritual:

Jaculatorias:

 

 

Pensamiento: "¿Qué estáis haciendo? ¡Rezad! ¡Rezad mucho! Los corazones de Jesús y de María tienen sobre vosotros designios de misericordia. Ofreced constantemente oraciones y sacrificios al Altísimo!”

Ejemplo a imitar.

 

Involuntariamente fui testigo del hecho que les voy a contar y que no pude evitar dada mi proximidad al confesionario.

Un penitente arrodillado delante del sacerdote, ministro de Dios, dispuesto a confesar y recibir la absolución de sus pecados. Pero como pude observar, se trataba de un sordo mudo que únicamente podía expresarse a fuerza de sonidos guturales o ininteligibles que decía a viva voz. Los repetía una y otra tratando de ver un gesto de comprensión del sacerdote, que estaría pasando  un mal rato a no ser capaz de entender lo que aquel buen hombre le procuraba decir.

El sacerdote se levanto del confesionario para llevarse pienso yo, al penitente a la sacristía y ver la forma de comprender lo que quería decir, y cuando iniciaban la marcha se les acercó una mujer, que debía ser la esposa del sordomudo, que hizo de interprete traduciendo los sonidos incomprensibles en miserias y pecados de su marido. Hecha así la confesión, sacerdote y penitente volvieron al confesionario para dar y recibir respectivamente la absolución. Puedo asegurarles no haber visto jamás un rostro que estresara mayor felicidad que el de aquella persona, por haber conseguido lo que tanto deseaba y no saber como lo lograría. ¡Que bonita lección de fe y humildad la de este sordomudo! Me llevó a pensar de que había visto el reverso de la medalla, de cómo nos comportamos la mayoría de los cristianos de hoy en día; nos preciamos de ser buenos creyentes y luego vivimos de espalda o nos olvidamos de lo que más  nos puede ayudar a hacerlo: la recepción de los sacramentos empezando por el de la penitencia. Gracias a Dios no tenemos impedimentos físicos, para contar nuestras miserias,

Pero lo dejamos para otro día, mejor ocasión o –lo que es peor- acabamos convenciéndonos de que no nos ha falta confesarnos. Sencillamente lo contrario de lo que hizo este hombre que no entendía de falsos respetos humanos, pero sí, y mucho de mar a Dios.

 

Francisco Segura.