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BENEDICTO XVI: NUEVO RESPALDO A LA MISA TRADICIONAL

Posted in Misa Tradicional en el mundo, Summorum Pontificum with tags , on 27/10/2014 by unavocesevilla

Santo Padre Benedicto XVICon ocasión de la Peregrinación Internacional Populus Summorum Pontificum 2014celebrada el pasado fin de semana en Roma, y cuyo culmen fue la Misa Pontifical que celebró S.E.R. el Cardenal Burke en la Basílica de San Pedro, Su Santidad el Papa emérito Benedicto XVI dirigió una carta al delegado general de dicha Peregrinación, don Giuseppe Capoccia, en el que, una vez más, muestra su respaldo a la Misa tradicional. A continuación transcribimos en español su texto y publicamos una fotografía de la misiva:

Ilustrísimo Señor Delegado General:

Finalmente encuentro tiempo de agradecerle por su carta del 21 de agosto pasado. Estoy muy contento de que el usus antiquior viva ahora una paz plena en la Iglesia, también entre los jóvenes, apoyado y celebrado por grandes cardenales.

Espiritualmente estaré con Vosotros.

Mi estado de “monje de clausura” no me permite una presencia también exterior. Dejo mi clausura solo en casos particulares, invitado personalmente por el Papa.

En comunión de oración y amistad.

Vuestro en el Señor

Benedicto XVI“.

Benedetto Coetus Oct-10-2014

WEB RECOMENDADA: ADELANTE LA FE

Posted in Liturgia, Misa Tradicional en el mundo with tags on 21/10/2014 by unavocesevilla

text1021El pasado 19 de octubre vio la luz una nueva web de opinión e información católica bautizada como: “Adelante la Fe“. Fundada por el sacerdote sevillano Santiago González y dirigida por Miguel Ángel Yañez, cuenta con colaboradores de la talla de Mons. Livieres, Roberto de Mattei, el Padre Gálvez, el Padre Romanoski, el también sacerdote sevillano Francisco Javier Domínguez, Sonia Vázquez, y como especialista en liturgia el padre Juan Manuel Rodríguez de la Rosa. Además contiene una sección a través de la cual se puede ver diariamente en directo la Santa Misa tradicional que se oficia en Guadalajara (Méjico), por sacerdotes de la Fraternidad de San Pedro.Por todo ello, recomendamos a nuestros lectores su consulta y difusión.

Para conocer la nueva web puede pinchar aquí.

SECRETARIO DE LA ACADEMIA PONTIFICIA LATINITAS DEFIENDE LA MISA TRADICIONAL Y SU SENTIDO DE LO SAGRADO

Posted in Misa Tradicional en el mundo, Summorum Pontificum with tags on 16/10/2014 by unavocesevilla

Messa_tradizionaleEl varias veces recomendado blog católico El Búho Escrutador nos ofrece en esta ocasión la traducción de una interesantísima entrevista a don Roberto Spataro SDB, secretario de la Pontificia Academia Latinitas, creada por Benedicto XVI en 2012 para estudio y difusión de la lengua y cultura latinas, ofrecida a Lettera Napoletana con ocasión de su visita a Bacoli (Nápoles), el pasado 27 de julio. Don Spataro, docente de literatura cristiana, es un gran amante y defensor de la liturgia tradicional. En sus respuestas, breves pero incisivas, resalta el papel siempre actual y necesario de la Forma Extraordinaria del rito Romano.

P.¿Considera que la Misa en el rito romano antiguo sea una respuesta, para los fieles que participan en ella, a la pérdida del sentido de lo sagrado en nuestra sociedad?

R.Estoy de acuerdo. En el mundo occidental, como está a la vista de todos, el proceso de secularización se vuelve dramáticamente siempre más agresivo e invasivo. Por tanto, es necesario ofrecer espacios donde lo “sagrado”, es decir, la presencia objetiva de Dios, sea comunicado y aprendido, acogido y asimilado. La Misa “tridentina” privilegia un lenguaje, hecho de palabras en una lengua reservada a Dios, y de elocuentes símbolos, que involucran todos los sentidos externos e internos del hombre, capaz de transmitir inmediatamente y con eficacia la belleza y la potencia de lo “sagrado”.

P.¿Cómo explica el hecho de que sobre todo en los países anglosajones, pero también en Brasil, sean especialmente los jóvenes los más atraídos por el rito tradicional?

R.En los países anglosajones sucede un fenómeno significativo: no son pocos los jóvenes que procedentes de varias denominaciones protestantes adhieren al Catolicismo y aman la Misa “tridentina” porque en ella encuentran lo que, movidos por la gracia de Dios, buscaban: la naturaleza sacrificial de la Misa, el papel insustituible del sacerdocio ordenado, la fe en la presencia real y en la transubstanciación. Por otra parte, perciben en la Misa Tridentina una verdadera y propia suma de la fe católica a la que han dado su apoyo con entusiasmo y, a veces, soportando obstáculos e incomprensiones.

P.En relación al clero, se encuentran mucho más fácilmente sacerdotes de entre 30 a 40 años dispuestos a celebrar el rito tridentino que sacerdotes de entre 50 a 60. ¿Cómo es eso?

R.Los sacerdotes que hoy tienen entre 50 y 70 años se formaron en los años del postconcilio, cuando existía una cierta sospecha, por no decir una verdadera y propia hostilidad, hacia la Tradición, y se buscaba, en la teología y en la pastoral, un “novum” concebido ingenuamente como un “bonum”. Están, por tanto, psicológicamente bloqueados hacia lo que consideran un “retorno al pasado”. En las generaciones más jóvenes, especialmente entre aquellos seminaristas y jóvenes que han seguido con alegría la enseñanza del Papa Benedicto XVI, este prejuicio no existe, porque no han vivido ni los años del Concilio ni las primeras décadas que le siguieron. Para algunos de ellos, la Tradición es un recurso, un “regreso al futuro”, si se me permite el oxímoron.

P.En una reciente conferencia usted habló de “minorías creativas” en relación a los grupos de fieles que se organizan para pedir a los párrocos celebrar con el Vetus Ordo y ha recordado que las reformas, también litúrgicas, han comenzado a veces de pequeñas comunidades monásticas.

R.El concepto de “minoría creativa” ha sido valorizado por el entonces Cardenal Ratzinger para describir grupos de personas que, con sus fuertes motivaciones, su testimonio de vida, a veces con su organización, y sobre todo con su adhesión a un pensamiento “fuerte”, inspirado en los valores del humanismo cristiano, los “principios no negociables”, pueden regenerar desde dentro la sociedad corroída por la “dictadura del relativismo”, un poco como las antiguas comunidades monásticas han salvado y renovado de modo creativo la civilización romana en su crepúsculo. En el fondo, “minoría creativa” es un concepto cercano a la categoría bíblica de “pequeño resto”, aquellos pocos que, a causa de su fidelidad a Dios, se vuelven un instrumento de su acción redentora. Incluso en las épocas más oscuras de la historia, Dios, en su providencia, siempre suscita la presencia de personas piadosas y buenas, humildes y valientes.

P.Después del Motu Proprio Summorum Pontificum de Benedicto XVI piensa que el clima esté cambiando y que, al menos en Italia, la difusión del rito romano antiguo ocurra con mayor dificultad?

R.No estoy en condiciones de establecer un “ranking” nacional de resistencia al Motu Proprio. Ciertamente, miembros del clero y conocidos prelados en Italia no han ocultado su oposición a Summorum Pontificum. Pero séame permitido decir que, no pocas veces, gentes que expresan su desacuerdo con la Misa tridentina tienen un conocimiento superficial y contestan un documento pontificio sin haberlo leído nunca en su totalidad.

P.Para tantos católicos desorientados por la agresión de la cultura laicista y por la desacralización, ¿piensa que el retorno de la Misa tridentina sea una esperanza?

R.¡Indudablemente! En torno a esta noble forma litúrgica, realmente culmen et fons (culmen y fuente), fieles laicos y sacerdotes organizan su propia vida espiritual. Sacan los tesoros de la gracia divina y encuentran, como puedo constatar sobre todo entre los fieles laicos, un alimento sólido para corroborar la propia fe y dar un testimonio valiente, en un ambiente que tiende a marginar el Cristianismo y su incidencia social, con los resultados de volver el mundo, justo por su indiferencia y hostilidad a Dios, menos humano y misericordioso, como nos lo recuerda el Papa Francisco.”.

Fuente: Lettera Napoletana, en www.summorumpontificum.org/2014/09/don-roberto-spataro-la-messa-tridentina-difende-il-senso-del-sacro/

ARTÍCULO: EXPERIENCIA DE UNA MISA TRADICIONAL

Posted in Asociación Una Voce Sevilla, Misa Tradicional en el mundo with tags on 23/09/2014 by unavocesevilla

25122013557El blog El Búho escrutador ha tenido la gentileza de traducir un artículo denominado, La Misa no ha terminado, Deo gratias, publicado en La Nuova Bussola Quotidiana, el escritor italiano Rino Cammilleri nos cuenta, las impresiones que le ha causado su reciente encuentro con la liturgia tradicional, en la pequeña iglesia de su pueblo veraniego.

Una experiencia que nos sumerje en las razones por las cuales se hace recomendable la asistencia a la Misa tradicional.

A continuación transcribimos parte del artículo.

La experiencia es aquella cosa que cuando ya la has hecho, notas que es demasiado tarde. De hecho, hoy sé –por experiencia- que, tanto mi abuelo (hombre muy religioso) como el Padre Pío (santo, asceta y místico) tenían razón. Ambos pasaron sus apuros por culpa del clero: las vicisitudes del Padre Pío son conocidas (reléase mi libro La vida del Padre Pío, Ed. Piemme, reimpreso varias veces), y mi abuelo (que era comerciante) salió medio arruinado económicamente por haberse fiado de unos sacerdotes en un negocio. Dicho todo esto, voy al grano.

Desde hace muchos años que en mi mente la Misa dominical está asociada a una hora de martirio que con gusto preferiría evitar. Tedio. Tristeza. Homilías banales e interminables. Cancioncillas pop con letra estúpida. Agotadoras y retóricas invocaciones al Padre eterno que terminan con un “escúchanos Señor”. Sudorosos signos de paz. Ridícula mini procesión para llevar “los dones” al altar. Avisos parroquiales kilométricos para escuchar de pie antes de la bendición final (es decir, abusivamente incorporados en la liturgia). Un “Demos gracias a Dios”, que es (para mí) un grito de alivio antes de salir -¡finalmente!- para ver las estrellas. Repito: ningún afán de polémica. Solo se trata de mis personales sensaciones.

Ahora, sin embargo, he descubierto que en la pequeña ciudad sobre el Lago Maggiore, donde suelo pasar el verano hay un sacerdote que dice la Misa antigua. Una sola, el sábado por la tarde. Fui allí por curiosidad. Sí, porque cuando regía el viejo rito no solía ir, así que para mí era una verdadera novedad. Asombro: el celebrante hacía casi todo el solo, los asistentes debían “responder” en raras ocasiones. Silencio. El centro de todo era el tabernáculo, no el show del sacerdote. Uno, en un rincón, entonaba los antiguos himnos en latín y -sorpresa- alguna cosa me derretía por dentro. No me daba cuenta del paso del tiempo, me encontraba atento y concentrado como nunca, realmente estaba “participando”. Salí incluso traspasado por un sentido de lo sagrado que nunca antes había experimentado. Había a disposición unos libros para seguir la Misa, aquellos con cintas de color rojo para señalar las páginas. Yo no entendía mucho, pero -otra sorpresa- una bengalesa sentada a mi lado, captando mi dificultad, comenzó a indicarme los pasos correctos.

¡Una bengalesa! El 5 de agosto, una lectora romana me escribió contándome de la Misa a la que había asistido por la mañana en la Basílica de Santa María La Mayor. Cada año, en el aniversario de la fiesta, se celebra solemnemente en latín. Escribe la lectora: “Me encontré cantando y respondiendo junto a una pareja de jóvenes alemanes y dos negras americanas que conocían a la perfección las partes de la misa en latín, tanto rezadas como cantadas; lo mismo me sucedió hace años con unos japoneses; y este es un modo verdaderamente conmovedor de sentir y experimentar la catolicidad de la Iglesia”. Desde luego: para «ponerse al día» con los años sesenta -del siglo pasado- la Iglesia renunció a su lengua sagrada (mientras que el judaísmo y el islamismo mantienen rigurosamente la suya). El resultado de lo que Vittorio Messori definió en una entrevista como “un golpe clerical” es que si recorro, que sé yo, España, tengo que asistir a Misas en catalán, castellano, euskera y así sucesivamente.

En el turista católico con dificultad advierto a un hermano y la “catolicidad” de la que hablaba la lectora se convierte en teoría, no en un sentimiento palpable. Perdón, pero nosotros también estamos hechos de cuerpo. En aquella pequeña iglesia en el Lago Maggiore he visto a un sacerdote que llevaba a Dios las oraciones del pueblo que estaba detrás de él en religioso (es el caso de decirlo) recogimiento. Naturalmente –me ha contado después- se ha enemistado con el obispo y con todos los colegas de la diócesis a causa de su obstinación –llamada de “lefebvriana”- de querer celebrar una (¡solo una!) Misa a la semana según el motu proprio de Benedicto XVI. Pero tranquilos, cuando haya terminado el verano y esté de regreso en la ciudad no tengo ninguna intención de recorrer kilómetros para ir a buscar una Misa de rito “extraordinario” (sic!). Ofreceré, como siempre, mi pena dominical al Señor en la parroquia acostumbrada, en descargo de mis pecados.”.

Para consultar el artículo completo pinche aquí.

MEXICO: 300 SEMINARISTAS ASISTEN A MISA TRADICIONAL

Posted in Misa Tradicional en el mundo, Paix Liturgique with tags , , , on 16/09/2014 by unavocesevilla

Virgen de GuadupeGuadalajara es la sede de una de las principales archidiócesis mexicanas. Con una sólida tradición católica, tiene más de 2000 sacerdotes y, sobre todo, cuenta con el seminario mayor más grande del mundo. Fundado en 1696, lo forma actualmente 600 seminaristas, es decir, reúne más de la mitad del total de los seminarios españoles y casi tanto como todos los seminarios franceses juntos…

 

El pasado 2 de junio, por primera vez desde la reforma litúrgica, un sacerdote subió al altar del Señor en la capilla del seminario San José de Guadalajara para celebrar la misa según el misal de San Juan XXIII. El padre Jonathan Romanoski, uno de los sacerdotes de la Fraternidad San Pedro instalados en Guadalajara, celebró esta misa en presencia de casi 300 estudiantes del seminario. Cabe señalar que incluso antes del motu proprio Summorum Pontificum la diócesis de Guadalajara había acogido la liturgia tradicional, de modo que la cohabitación entre ambas formas litúrgicas romanas se desarrolla allí sin inconvenientes.

 

El padre Romanoski, originario de Pensylvania y ordenado en 2008 por el cardenal Carstrillón Hoyos, ya había tenido la oportunidad de animar talleres de descubrimiento de la forma extraordinaria en el ámbito del seminario. Sin embargo, dichos talleres tuvieron un carácter limitado, mientras que la misa del 2 de junio reunió a casi la mitad de los seminaristas y fue cantada de modo muy oficial por la schola del seminario.

 

Antes de la celebración, organizada a pedido de los seminaristas, el padre Romanosky expuso brevemente las principales características de la forma extraordinaria del rito romano. Esperemos que esta misa del 2 de junio de 2014 haga historia, dado que ha permitido a muchos futuros sacerdotes descubrir, en el marco muy oficial y «normal» de su seminario, la belleza y la riqueza de la liturgia tradicional.

¿Podrá suceder esto alguna vez en España?

Fuente: Paix Liturgica

Misa seminario Guadalajara

PREFECTO PARA EL CULTO DIVINO: EN DEFENSA DE LA MISA TRADICIONAL Y SUMMORUM PONTIFICUM

Posted in Asociación Una Voce Sevilla, Misa Tradicional en el mundo, Summorum Pontificum with tags on 17/07/2014 by unavocesevilla

Cardenal CañizaresDe gran trascendencia para la celebración de la Misa tradicional en el orbe católico y los fieles que la promueven podemos considerar lo escrito por Su Eminecia el Cardenal don Antonio Cañizarez, Prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, en el prólogo para el libro “Los principios de interpretación del motu proprio Summorum Pontificum“, tesis doctoral de fray Alberto Soria Jiménez, O.S.B., ahora publicado por Ediciones Cristiandad, y que pueden descargar pinchando aquí.

No obstante, a continuación transcribimos los principales párrafos del referido prólogo:

-“La concepción, claramente presente tanto en el motu proprio como en los documentos a él vinculados, de que la liturgia heredada constituye una riqueza a conservar, se comprende en el espíritu del movimiento litúrgico en la línea de Romano Guardini, al que Benedicto XVI tanto debía en surelación personal con la liturgia desde su juventud.”.

 

-“Es muy importante la demostración, presente en esta investigación, de que la actitud de Benedicto XVI no constituye tanto una novedad o cambio de rumbo de gobierno, cuanto una concreción de lo que ya Juan Pablo II había emprendido con iniciativas tales como la consulta a la comisión cardenalicia, el motu proprio Ecclesia Dei y la creación de la Pontificia Comisión del mismo nombre, la misa del cardenal Castrillón Hoyos en Santa María la Mayor en 2003 o las palabras del papa a la congregación del culto divino en ese mismo año.”.

 

-“La historia del proceso hace ver que, desde el inicio, el deseo de conservar la forma tradicional de la misa no era exclusivo de integristas, sino que gente del mundo de la cultura o escritores como Agatha Christie o Jorge Luis Borges firmaron una carta solicitando su preservación y S. Josemaría Escrivá hizo uso de un indulto personal otorgado espontáneamente por el mismo Mons. Bugnini. Se advierte también la preocupación de Benedicto XVI por poner de relieve que la Iglesia no desecha su pasado: al declarar que el misal de 1962 “no ha sido jamás jurídicamente abrogado”, ha puesto de manifiesto la coherencia que desea mantener la Iglesia. En efecto, ella no puede permitirse prescindir, olvidar ni renunciar a los tesoros y a la rica herencia de la tradición del rito romano, pues sería una traición y una negación de sí misma, porque no se puede abandonar la herencia histórica de la liturgia de la Iglesia, ni querer establecer todo ex novo sin amputar partes fundamentales de la misma Iglesia.”.

 

-“En efecto, la legislación en un principio fue muy limitada, tenía solo en cuenta al mundo clerical y prácticamente ignoraba a los laicos, dado que la principal preocupación era disciplinar: controlar la potencial desobediencia a la legislación que se acababa de promulgar. Con el tiempo, la situación ha ido tomando un mayor perfil pastoral, para ir al encuentro de las necesidades de estos fieles, lo que se termina reflejando en un fuerte cambio de tono en la terminología usada: es así que ya no se habla más del “problema” de los sacerdotes y fieles que seguían vinculados al llamado rito tridentino, sino de la “riqueza” que su conservación representa.

Se ha creado de este modo una situación análoga a la que había sido normal por tantos siglos, porque debemos recordar que san Pío V no impidió el uso de las tradiciones litúrgicas que tuvieran al menos doscientos años de antigüedad. Muchas órdenes religiosas y diócesis conservaron así su rito propio; como arzobispo de Toledo, he podido vivir esta realidad con el rito mozárabe. El motu proprio ha modificado la situación reciente, haciendo comprender que la celebración de la forma extraordinaria debería ser normal, eliminando todo condicionamiento por razón del número de fieles interesados y no poniendo otras condiciones, para participar en dicha celebración, que las normalmente requeridas para cualquier celebración pública de la misa, lo que ha permitido un amplio acceso a esta herencia que, si bien de derecho era un patrimonio espiritual de todos los fieles, es, de hecho, ignorada por una gran parte. En efecto, las restricciones actuales a la celebración en la forma extraordinaria no son distintas que las que hay para cualquier otra celebración, en el rito que sea.”.

 

– “[…]el verdadero espíritu del documento conciliar Sacrosanctum Concilium- no es el de encarar la reforma como una ruptura con la tradición sino, por el contrario, como una confirmación de la Tradición en su sentido profundo.”.

 

– “Una cierta crisis, que ha podido afectar de manera importante a la liturgia y a la misma Iglesia desde los años posteriores al concilio hasta hoy, se debe al hecho de que frecuentemente en el centro no está Dios y la adoración de Él, sino los hombres y su capacidad «hacedora». En la historia del posconcilio ciertamente la constitución sobre la liturgia no fue entendida a partir de esteprimado fundamental de Dios y de la adoración, sino como un

libro de recetas sobre lo que podemos hacer con la liturgia. Sin embargo, cuanto más la hacemos nosotros y para nosotros mismos, tanto menos atrayente es, ya que todos advierten claramente que lo esencial se ha perdido”. Cuando sucede lo que el cardenal Ratzinger describía, es decir, cuando se pretende que la liturgia la hagamos nosotros y esto se impone, entonces, los fieles y las comunidades se secan, se debilitan y languidecen.

Por eso es absolutamente infundado decir que las prescripciones de Summorum Pontificum serían un “atentado” contra el concilio; una afirmación tal manifiesta un gran desconocimiento del concilio mismo, pues el hecho de brindar a todos los fieles la ocasión de conocer y apreciar los múltiples tesoros de la liturgia de la Iglesia es precisamente lo que deseó ardientemente esta magna asamblea al decir: “El sacrosanto concilio, ateniéndose fielmente a la Tradición, declara que la Santa Madre Iglesia atribuye igual derecho y honor a todos los ritos legítimamente reconocidos y quiere que en el futuro se conserven y fomenten por todos los medios”(Sacrosanctum Concilium 4).”.

 

– “[…] el entonces cardenal Ratzinger ha llegado a decir, hablando de la liberalización de la celebración de la antigua liturgia, que “no se trata de un ataque contra el concilio, sino de una realización de este (me atrevería a decir) incluso más fiel que lo que actualmente se presenta como realización del concilio”.”.

 

– “Con frecuencia, en medio de la polémica, no se advierte que las críticas al rito recibido de la tradición romana alcanzan también a las demás tradiciones, en primer lugar a la ortodoxa: ¡casi todos aquellos aspectos litúrgicos que fuertemente atacan quienes se han opuesto a la conservación del misal antiguo son precisamente aspectos que teníamos en común con la tradición oriental! Un signo que confirma esto, por contraste, son las expresiones entusiastamente positivas que han llegado del mundo ortodoxo al publicarse el motu proprio.”.

 

-“Benedicto XVI manifestó con su legislación su amor paterno y comprensión hacia aquellos que están especialmente vinculados con la tradición litúrgica romana y que corrían el peligro de convertirse, de modo permanente, en marginados eclesiales; es así como, hablando de esto, recordó con claridad que “nadie está de más en la Iglesia”, dando muestras de una sensibilidad que anticipaba la preocupación del actual papa Francisco por las “periferias existenciales”.”.

 

-“Pero el motu proprio ha producido además un fenómeno que es para muchos sorprendente y que constituye un verdadero “signo de los tiempos”: el interés que la forma extraordinaria del rito romano suscita, especialmente entre jóvenes que nunca la vivieron como forma ordinaria y que manifiesta una sed de “lenguajes”, que no son ya los de “más de lo mismo” y que nos llaman desde fronteras nuevas y, para muchos pastores, imprevistas. El abrir la riqueza litúrgica de la Iglesia a todos los fieles ha hecho posible el descubrimiento de los tesoros de este patrimonio a quienes aún los ignoraban, con lo que esta forma litúrgica está suscitando más que nunca numerosas vocaciones sacerdotales y religiosas a lo largo del mundo, dispuestas a entregar sus vidas al servicio de la evangelización.”.

 

Antonio Cañizares Llovera

Cardenal Prefecto de la Congregación para el

Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos

Roma, 25 de julio de 2013

Santiago Apóstol, patrono de España

JUAN XXIII: UN NUEVO SANTO PATRONO PARA EL MISAL TRADICIONAL

Posted in Liturgia, Misa Tradicional en el mundo, Paix Liturgique, Summorum Pontificum with tags on 09/06/2014 by unavocesevilla

San Juan XXIIIA continuación transcribimos y recomendamos la lectura de un interesante artículo publicado por el blog PAIX LITURGIQUE tras la reciente proclamación, por S.S. Francisco, de Juan XXIII como santo:

El papa Francisco acaba de canonizar, el pasado 27 de abril de 2014, al papa Juan Pablo II y también a Juan XXIII. Bien conocidos son los debates que suscitó la canonización de este último, dado que Juan XXIII fue el papa que convocó un concilio cuyos frutos, cincuenta años después, son muy diferentes de lo anunciado en su momento. Como la vocación de Paix Liturgique es, tal como indica su nombre, esencialmente litúrgica –y no de manera irenista, ya que actúa a favor de la misa tradicional y de su mayor difusión, como columna vertebral de la renovación de la Iglesia y de su extensión misionera– no entraremos en el debate teológico, y sólo nos limitaremos a manifestar nuestra alegría por la canonización del papa a quien debemos la última edición del misal que nos acompaña a lo largo del año litúrgico.”.

 

I –  JUAN XXIII, HEREDERO DE UNA VISIÓN HIPERTRADICIONAL DE LA FE

«La memoria de Juan XXIII es un verdadero desafío», constataba el periodista francés Jean Mercier en La Vie, el 22 de abril de 2014. Y prosigue: «Calificar a Juan XXIII como papa “progresista” es una simplificación a ultranza. Nacido en 1881 en una familia pobre de la región de Bérgamo, en el norte de Italia, Angelo Roncalli es heredero de una visión hipertradicional de la fe, que conservará hasta el fin de su vida. Su modelo, incluso, era Pío X, conocido por su virulencia antimodernista. Cuando se explaya en su diario íntimo, Roncalli se remite a los valores del concilio de Trento, exaltando las mortificaciones y los sacrificios. En la víspera de su muerte, se ofrece a Dios según una concepción expiatoria muy común en la época. “El altar quiere una víctima, heme aquí dispuesto”. Resulta fácil imaginar sus reacciones si hubiera conocido los cuestionamientos a la autoridad en el seno de la Iglesia después de 1968, o ciertas experimentaciones litúrgicas de vanguardia de los años 1970 en materia de catequesis o de liturgia…».

 

En el diario italiano Libero, Andrea Morigi insiste aún con mayor énfasis que Jean Mercier y consagra un artículo a «ese Juan XXIII que agrada a los tradicionalistas». Allí narra un episodio de la vida de Juan XXIII, extraído de su diario cuando era nuncio en París: «Asistí a misa en Saint-Séverin. Me enfrié. La música ha mejorado mucho pero la misa cara al pueblo es una grave falta de respeto de las leyes litúrgicas. Leen el Canon en voz alta y no en secreto, como lo prescribe el misal. […] Advertí al párroco sobre la gravedad de este abuso y creo que cesará de hacerlo. ¡Oh, cuántas dificultades tengo con estas cabezas calientes y un poco estrafalarias!». Si tenemos en cuenta que esta anécdota data de 1951, encontramos aquí materia para reflexionar sobre la calidad de la formación litúrgica antes del concilio y sobre el estado de espíritu del futuro papa en cuanto a un eventual aggionamento litúrgico.

 

A semejanza del papa Francisco, desde su elección, el papa Juan XXIII gozó en los medios de comunicación de una imagen de papa «bueno», dispuesto a hacer entrar en la Iglesia el viento fresco de la modernidad, cuando en realidad, el papa Roncalli era un hombre «muy conservador en el alma», según las palabras del cardenal Silvio Oddi, su colaborador en la nunciatura de París. En su artículo, Andrea Morigi recuerda que en 1959, Juan XXIII quiso celebrar la Semana Santa según los libros litúrgicos anteriores a la reforma permitida por su predecesor, Pío XII. Sabiendo que esa reforma llevaba la marca del futuro autor de la reforma de Pablo VI, Annibale Bugnini, nos podemos preguntar, como hace Jean Mercier, qué habría pensado Juan XXIII de la liturgia de los años 70…

 

En otro registro, Juan XXIII no comprendía la pérdida de identidad del sacerdocio que implicaba la experiencia de los sacerdotes-obreros: fue él, y no Pío XII, quien decidió poner fin a esta experiencia, en julio de 1959. Del mismo modo, fue él, y no Pío XII, quien condenó las confusas ensoñaciones del Padre Teilhard de Chardin por medio del Monitum del 30 de junio de 1962. También fue él quien aprovechó los 70 años de Rerum Novarum para recordar los fundamentos de la doctrina social de la Iglesia en la encíclica Mater et Magistra.

 

Con los excelentes latinistas que conformaban su entorno, como Mons. Felici o su amigo el cardenal Antonio Bacci, se consagró a la restauración del latín propio de la Iglesia, en especial ese magnífico latín –distinto del latín ciceroniano– forjado en la Antigüedad tardía, que se convirtió en la lengua litúrgica de la Iglesia de Roma. Así, con gran solemnidad firmó la constitución Veterum sapientia el 22 de febrero de 1962, día de la cátedra de San Pedro. No lo hizo en el despacho del papa, como es costumbre, sino sobre la tumba de San Pedro, en presencia de todos los cardenales, arzobispos y obispos presentes en Roma, con todo el ceremonial que corresponde normalmente a la promulgación de un dogma. Esta constitución recordaba el lugar del latín, su dignidad, su carácter sagrado en el uso de la Iglesia de Roma. Juan XXIII llegaba al punto de disponer que se debía utilizar nuevamente el latín como lengua de enseñanza eclesiástica, no sólo en las universidades romanas, sino en los cursos dados en los seminarios del mundo entero. Una medida destinada, desafortunadamente, a naufragar en la tempestad conciliar y cuya falta de aplicación se hace sentir de modo dramático en nuestros días.

 

II – EL PAPA DEL MISAL SUMMORUM PONTIFICUM Y sobre todo, Juan XXIII publicó una nueva «edición típica» (normativa) del misal tridentino de San Pío V (1570), y del breviario tridentino del mismo San Pío V (1569). El motu proprio «Rubricarum instructum», del 25 de julio de 1960, aprobó un nuevo cuerpo de rúbricas del breviario y del misal romanos. Las mínimas simplificaciones del misal se refieren a las reglas sobre las colectas y las oraciones, así como a la clasificación de las fiestas. En lo que al rito propiamente dicho se refiere, las simplificaciones más visibles son la supresión del Confiteor antes de la comunión y la unificación del missus (despedida): prácticamente siempre: «Ite Missa est». Se ve, pues, el carácter más que moderado, ínfimo incluso, de las modificaciones introducidas en el misal por Juan XXIII, quien, por otro lado, introdujo, piadosamente, la mención de San José en el canon. Es cierto que el pontificado del papa Roncalli no se reduce a estas disposiciones. Otras tienen una orientación diferente. Sin embargo, estas disposiciones «conservadoras», en el mejor sentido del término, no deben ser olvidadas. Y no debemos olvidarlas, puesto que las ediciones del breviario y del misal romano que promulgó constituyen la referencia oficial de la liturgia que el motu proprio de Benedicto XVI del 7 de julio de 2007, declaró que nunca había sido abolida. En los hechos, el papa Roncallli permitió que se conservara para el futuro una edición del misal prácticamente idéntica, hasta en los detalles, al misal del siglo XVI, misal cuya estructura y fórmulas estaban fijadas ya desde al menos el siglo VI y cuyo canon está «documentado» desde fines del siglo IV. Esta reforma resueltamente conservadora del papa Roncalli, muestra con claridad que la Iglesia de Roma consideraba como intangible esta Santa Misa, que era para ella como un Credo litúrgico. Nos parece justo y necesario darle gracias y pedir al nuevo santo que interceda, junto al Divino Maestro, para que conceda durablemente la paz litúrgica a su Iglesia.

BREVE CATEQUESIS SOBRE LA MISA TRADICIONAL

Posted in Asociación Una Voce Sevilla, Misa Tradicional en el mundo with tags on 07/04/2014 by unavocesevilla

SAN_MA~1El blog El Búho Escrutador, varias veces recomendado, ha publicado una traducción castellana de un hermoso texto de Antonio Margheriti Mastino, a modo de breve catequesis sobre la Misa según el Rito Romano tradicional, especialmente cuando se celebra y participa -sacerdote y fieles- imbuidos de una atmósfera de silencio, soledad, y recogimiento. Dentro de una concisión casi poética, el autor nos hace sentir el drama sacrificial que se renueva en toda Misa y que la liturgia tradicional logra significar tan convincentemente.

En el Altar a la hora de nona. Silencio y soledad del Gólgota: asistiendo a la misa antigua
Antonio Margheriti Mastino
Hay dos aspectos en particular que nos dan cuenta del sentido profundo de la Misa, especialmente según el rito Extraordinario, que yo personalmente prefiero: el silencio y la soledad. El altar, antes, durante y después del Sacrificio, está envuelto en el silencio. Y de la soledad del celebrante, “Alter Christus” (otro Cristo).
Pero cómo, se dirá, la Pascua y su celebración son también “un triunfo”. Ciertamente, así es. Pero también es el perpetuarse de la pasión y muerte de Cristo. Ellas se desarrollan en el silencio, en la soledad, en la traición, en las negaciones, en la huida de los discípulos. En la Última Cena, Cristo es traicionado y vendido por Judas; en el huerto de los Olivos, en la noche que precede al suplicio, Cristo es dejado solo sudando sangre, mientras los discípulos se duermen en lugar de orar con él, lo único que les había pedido. En esa misma noche Pedro lo niega tres veces; ninguno intenta salvarlo, ninguno se ofrece a llevar la Cruz por un momento (el mismo Cireneo fue obligado a hacerlo). Ninguno parece ya conocerlo o reconocerlo.
Cristo en un instante de dolor verdaderamente humano, hace presente en voz alta a su Dios, al Abbá (a su Padre), el abismo de desgracia y soledad en el que se precipita inerte.
La “soledad.” La misma soledad, que en ese momento sobre el altar del Sacrificio Supremo, nuevo Gólgota, donde verdaderamente y de nuevo irrumpe la Pasión de Cristo, experimenta el sacerdote, “Alter Christus”.
El sacerdote está solo delante del altar. Y a esta soledad se suma la sombra propia de la soledad que es el silencio. Sobre la colina desolada del Gólgota, y aun antes, en el huerto y, más tarde, en el sepulcro, Cristo está solo y en silencio. Es el silencio de su obediencia, del cáliz de la amargura, del sudor ensangrentado. Es el silencio de la impotencia, que por un momento parece también de Dios. “Padre mío, Abbá, ¿por qué me has abandonado?”. El “silencio” de Dios, en ese instante, parece como el abismarse de la Divinidad.
Pero es también la impotencia y desolación que procede del primer y perpetuo “sí” manifestado en la obediencia de María, que acepta que este Hijo no era para ella: “Stabat Mater Dolorosa…”, al pie de la cruz. Es ese silencio tremendo que también advierte, en su lecho de muerte, la pequeña gran Teresa de Lisieux, cuando se queja, en aquel momento extremo de agonía e incertidumbre, de la “no presencia de Dios.”
Silencio. Como permanecieron en silencio los discípulos, María, y todos cuantos amaban a Cristo el Mesías; al pie de la cruz o escondidos, todos callaron, impotentes, por obediencia o por cobardía, todos quedan en silencio, incluso como petrificados por el dolor y la confusión, o simplemente porque así “debían de suceder” las cosas… todos permanecieron en silencio. Sólo asistieron a la pasión y muerte del Hijo de Dios.
Es la misma razón por la que los fieles no deben “participar”, sino asistir a la misa del Sacrificio. En profundo silencio; el mismo silencio que envuelve al sacerdote mientras realiza el Sacrificio de Cristo. Y también de sí mismo. Sólo tienen que “aceptar”, secundar lo ineluctable, aquel milagro que no nos ha dejado “huérfanos” sobre la tierra, como lo había prometido el Mesías.
Pero entonces, ¿qué sucede con la Resurrección? Ciertamente es un triunfo. Pero es un triunfo conocido en la sombra, propio de un Dios sin arrogancia. Y acontece una vez  más en medio del silencio y de la soledad. Dentro de un sepulcro de piedra, en la noche, en ausencia de todos, excepto los soldados llamados a vigilar el exterior de la tumba. De la misma manera, en voz baja, en el silencioso y casi secreto y oscuro susurrar del sacerdote “Alter Christus” sobre el altar del Sacrificio, se hará presente la Resurrección. Siempre en medio del silencio y de la soledad.
He aquí explicado el por qué y el cómo del asistir al Santo Sacrificio de la Misa. De la Misa antigua. Lejos del clamor y del ruido, del bullicio y de los síndromes de protagonismo, de los micrófonos trepidantes y aturdidores, de la exuberante palabrería huera y de los aplausos de la misa reformada típica de los años 70, los años más cansadores de consignas, populistas, inútiles que jamás se hayan visto en la faz de la tierra.
Fuente:
http://www.papalepapale.com/cucciamastino/mastinate-quotidiane/sullaltare-allora-nona-silenzio-e-solitudine-del-golgota-a

BENEDICTO XVI: AGRADECIMIENTO Y FRUTOS DEL PONTIFICADO

Posted in Asociación Una Voce Sevilla, Misa Tradicional en el mundo, Paix Liturgique with tags on 11/02/2014 by unavocesevilla

Benedicto XVIEl once de febrero del pasado año, festividad de la Aparición de Nuestra Señora la Virgen Inmaculada (Lourdes), el Papa emérito anunció a la Cristiandad su renuncia. Han sido varias las ocasiones – que en el día de hoy queremos reiterar-, en las que públicamente la Asociación Una Voce Sevilla ha manifestado su profunda gratitud al Santo Padre Benedicto XVI por todo lo realizado en su pontificado en favor de la liturgia en la Iglesia, a pesar de las grandes dificultades y oposiciones con las que contó, y en concreto por la promulgación del Motu Proprio Summorum Pontificum,  en 2007, el cual ofreció nuevamente a todos los fieles la posibilidad de beneficiarse de todas las riquezas litúrgicas, espirituales y pastorales que se contienen en el misal codificado por San Pio V y promulgado por el beato Juan XXIII.

Traemos a colación, en el día de hoy, entre otros muchos, los siguientes frutos del referido Motu Proprio:

1º Los 348 Cardenales y Obispos que desde ese año han oficiado y/o asistido a actos litúrgicos según el Rito Romano tradicional. Para conocer sus nombres y nacionalidad, pueden consultar la lista elaborada por el blog Acción Litúrgica.

2º Los progresos en la celebración de la Santa Misa según la Forma Extraordinaria en un país como Estados Unidos, como se corrobora en un estudio publicado por la web Pax Liturgique, en su correo 42, que refleja hasta que punto aquella tiene asegurado un futuro esperanzador debido a la demanda que existe en torno a ella.

Dios guarde al Santo Padre emérito Benedicto XVI, definido por el Papa Francisco como “un hombre valiente y humilde”, por muchos años.

IN MEMORIAM: CARDENAL BARTOLUCCI

Posted in Misa Tradicional en el mundo, Música, Summorum Pontificum with tags , on 17/12/2013 by unavocesevilla

Cardenal Bartolucci-2-A la edad de 96 años falleció el pasado 11 de noviembre el cardenal Domenico Bartolucci. Gran músico y compositor, fue nombrado Maestro de la Capilla Sixtina con el Papa Pío XII, y fue preterido y relevado, en las últimas décadas del pasado siglo XX.

Benedicto XVI lo rehabilitó nombrándolo Maestro emérito perpetuo de la citada Capilla Sixtina, y creándolo cardenal en el consistorio de 20 de noviembre de 2010, con el título de Cardenal diácono de los Santísimos Nombres de Jesús y María en vía Lata.

Gran amante de la liturgia romana tradicional celebró ésta durante toda su larga vida.

La web recomendada El Búho escrutador  al cumplirse un mes de su fallecimiento, a modo de humilde homenaje -al que se une nuestra Asociación-, recoge una selección de textos esclarecedores tomados de diversas entrevistas que concedió en sus últimos años, luego de su nombramiento como Cardenal por el Papa Benedicto XVI:

Los Padres del Concilio no tenían ninguna intención de cambiar la liturgia, y por lo tanto tampoco tuvieron intención de cambiar la música sacra en su relación con ella. El Papa Pío XII había comenzado la reforma de la Semana Santa, pero en la Mediator Dei había expresado también indicaciones claras y se presentaban los principios para una comprensión auténtica de la liturgia, los cuales lamentablemente no fueron tenidos en cuenta más adelante. Además, conociendo a Juan XXIII, estoy seguro de que no habría permitido todos los cambios que han empobrecido extremadamente la vida litúrgica de la Iglesia”.
Una lectura coherente del documento sobre la liturgia pone de manifiesto que, en la práctica, lo que se hizo no correspondía a los deseos de los Padres. Hubo una gran banalización de nuestra adoración, que fue alentada por una manera pragmática e incompleta de interpretar la Sacrosanctum Concilium”.
El lugar de la música en la liturgia antigua era muy grande, y nuestro papel no era para divertir a los fieles, sino un verdadero ministerio litúrgico”.
 
“Yo diría que todos los cambios que se produjeron, y que a mi juicio son negativos, se determinaron por el trabajo de aplicación de los documentos conciliares. Esto fue hecho por una comisión (el Consilium ad exsequendam constitutionem de sacra Liturgia), que no cumplieron con papel, y en la que trabajaron personas que querían imponer sus propias ideas, distanciándose de las ideas oficiales de los documentos. La forma en que esta comisión trabajó ha sido analizada en un estudio muy preciso por Nicola Giampietro, OFM Cap., basándose en los diarios del cardenal Ferdinando Antonelli, que analizó la evolución de la reforma litúrgica 1948-1970. Esta contribución académica ha puesto mucha luz sobre las acciones de las comisiones, sobre la pobre formación de sus miembros, y la falta de profesionalidad con que se desmanteló el patrimonio litúrgico que la Iglesia siempre había celosamente guardado en su vida litúrgica. Como observaba el cardenal en sus notas personales: “La ley litúrgica, que hasta que el Concilio era sagrada, para muchos ya no existe. Todo el mundo se considera autorizado a hacer lo que le gusta, y muchos de los jóvenes hacen exactamente eso. [ … ] En el Consilium hay pocos obispos que tengan una competencia especial en liturgia, muy pocos son teólogos reales. La deficiencia más grave en todo el Consilium es la de los teólogos. [ … ] Estamos en el reino de la confusión. Lo lamento, porque las consecuencias serán tristes“.
Después del Concilio, y después de los diversos experimentos que por desgracia se permitieron (como si la liturgia de la Iglesia fuera algo para experimentar, o hacer en un tablero de dibujo), se produjo una liturgia que era sustancialmente nueva”.
 
“Benedicto XVI ama mucho el canto gregoriano y la polifonía y quiere recuperar el uso del latín. Entiende que sin el latín el repertorio del pasado está destinado a ser archivado. Es necesario tornar a una liturgia que de espacio a la música, al gusto de lo bello, y también al verdadero arte sagrado“.
Hay contextos en donde se requiere una Schola Cantorum o en cualquier caso un coro que pueda hacer verdadero arte. Pensemos, por ejemplo, del repertorio del canto Gregoriano que requiere que verdaderos artistas hagan lo que debería ser, o del gran repertorio polifónico. En estos casos el pueblo participa en todo derecho, siendo alimentado y escuchando, pero son los cantores quienes ponen su profesionalismo y su competencia al servicio de otros. Tristemente, en estos años de innovación, muchos han pensado que participar significa “hacer cualquier cosa”.
Yo no sé si, ¡ay de mí!, han estado en un funeral: “aleluyas”, aplausos, frases risueñas; uno se pregunta si esta gente leyó alguna vez el Evangelio. Nuestro Señor mismo lloró sobre Lázaro y su muerte. Aquí, con este sentimentalismo insípido, no se respeta ni siquiera el dolor de una madre. Yo les habría mostrado cómo asistía el pueblo a una Misa de difuntos, con qué compunción y devoción se entonaba aquel magnífico y tremendo Dies Irae”.
“Mire, defender el rito antiguo no es ser del pasado sino ser “de siempre”. Vea, se comete un error cuando a la misa tradicional se la llama “Misa de San Pío V” o “Tridentina”, como si fuese la Misa de una época particular: es nuestra Misa, la romana, es universal en los tiempos y en los lugares, una única lengua desde la Oceanía hasta el Ártico”.

 

Cuando se hacen desgarros en el tejido litúrgico, esos agujeros son difíciles de cubrir, ¡y se ven! Nuestra liturgia plurisecular debemos contemplarla con veneración y recordar que, en el afán de“mejorarla”, corremos el riesgo de hacerle sólo daños”.

Requiescat in pace

Fuentes: