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MONS. SCHNEIDER: «LOS FIELES TIENEN EL DERECHO DE RECIBIR LA SANTA COMUNIÓN EN LA BOCA Y DE RODILLAS»

Mons. SchneiderA continuación transcribimos algunos extractos de la entrevista realizada recientemente a Mons. Athanasius Schneider en el blog tradinews, y traducida al español por Adelante la Fe, en la que el obispo de la República de Kazajistán se pronuncia, entre otros asuntos, sobre la actual falta de respeto a la Eucaristía, el problema de la comunión en la mano -«arqueologismo litúrgico»- y la propuesta de volver a realizarla en la boca y de rodillas, el lugar donde debe encontrarse el Sagrario en las Iglesias, y el papel a jugar por los obispos en relación a estos asuntos.

«Señor Obispo, a menudo, para justificar la comunión en la mano, se arguye con el “retorno a los orígenes”. ¿Este argumento tiene fundamento?

-Este argumento es un mito, o quizá un engaño intencional, porque la realidad es bastante diferente. En realidad, el rito de la comunión en la mano, practicado actualmente, nos ha llegado de las comunidades calvinistas, y no tiene nada que ver con el uso de los primeros siglos. Los documentos literarios e iconográficos nos revelan que, durante los primeros siglos, en algunos lugares, la santa comunión se depositaba en la palma de la mano derecha, y no en la mano izquierda, como se hace hoy. A continuación, los fieles inclinaban profundamente la cabeza hasta la palma de su mano, y cogían la santa Hostia directamente con sus labios; después, posiblemente, con la lengua, recogían las partículas que hubiesen podido quedar en la palma. Los hombres se lavaban las manos antes de la comunión.

La palma de las mujeres debía ser recubierta con un lienzo blanco y este lienzo era purificado después de la comunión. Hay, además, otra diferencia de peso, y es que a partir del siglo IV, tanto en Oriente como en Occidente, los fieles comulgaban generalmente una o dos veces al año. Una especie de ley psicológica hacía que se viviese una acción poco común y sagrada con mucho más cuidado y atención que las acciones frecuentes o cotidianas. Si se realiza, por tanto, a menudo una acción sagrada, los gestos deben ser tanto más cuidadosos y reverenciales, para evitar la rutina.

Por último, queda este importante aspecto teológico, que señala: la liturgia sabe por naturaleza que una creencia orgánica tiende a hacerse más profunda y a una mayor perfección, paralelamente al crecimiento de la Fe. El retorno, sin más, a las expresiones de la liturgia o de la Fe en su estado embrionario, es un error teológico; por otro lado, es una pretensión típica de los herejes. En su clásica Encíclica sobre la liturgia, la Mediator Dei, el Papa Pio XII ha condenado tal postura, denominándola “arqueologismo litúrgico”.

Usted enseña que en los tiempos de persecución es cuando la conciencia del respeto debido al Santo Sacramento se extrema. ¿La ausencia de persecución en nuestro mundo occidental explica, por sí sola, una cierta falta de respeto?

-La ausencia de persecución no explica por sí misma la falta de respeto. Antes del concilio Vaticano II, hubo en Europa un largo periodo sin persecución alguna; sin embargo, el respeto a Tan Santo Sacramento era muy profundo y era muy común. En mi opinión, la causa mediata está en la reforma litúrgica en general, que ha reducido los gestos y las palabras tan claras respecto a la sacralidad a un mínimum, y en particular en el modo de la liturgia de la Misa, que se ha vuelto impreciso, dejando paso a la creatividad o a la subjetividad del celebrante y de los demás participantes. La causa inmediata de la falta de respeto es, sin ninguna duda, el mismo rito moderno de la comunión en la mano; un rito que desde el punto de vista objetivo y fenomenológico es bastante banal y de carácter profano, inventado por los calvinistas para los que la Eucaristía es un puro símbolo.

Como causa general de la falta de respeto se puede señalar también una catequesis y una predicación doctrinalmente muy defectuosa, e incluso a veces puramente protestante. Es preciso efectuar los gestos litúrgicos acordes con lo que se cree; si no, tarde o temprano, se acaba por creer según los gestos que se han realizado

¿En qué lugar piensa Usted que se debe poner el Santo Sacramento en la iglesia que lo abriga?

-El Sagrario contiene la Presencia Real del Cuerpo y de la Sangre de nuestro Dios Encarnado, con su alma humana y con la plenitud de su divinidad. En ninguna otra parte, por todo el universo visible, nuestro Dios está tan real y tan cercano a nosotros, con su infinito fuego de Amor redentor, como en el Sagrario. El Sagrario es más que la Zarza ardiendo, es más que el templo de Salomón. El Tabernáculo es ya una Presencia misteriosa de la Jerusalén celestial, con el Cordero inmolado puesto en el centro de la misma ciudad celeste. Por tanto, lo lógico e incluso imperativamente necesario desde el punto de vista d la Fe católica, es colocar a Cristo Eucarístico, es decir, a nuestro Cordero inmolado y vivo presente en el Sagrario, en el centro de nuestras iglesias.

Usted asegura que volver a la comunión de rodillas y en la boca traerá un muy numero de gracias a la Iglesia militante. Pero ¿qué propone usted para generalizar este retorno: la supresión del indulto, ya antiguo (1969), que autorizaba la Comunión en la mano? ¿Qué entiende usted por “norma litúrgica a instaurar para la abolición de la Comunión en la mano?

-Es necesario, seguramente, proceder por etapas. Entre los fieles que reciben la santa Comunión en la mano, la mayor parte lo hacen de total buena fe. Unos obran por docilidad, por obediencia, porque el párroco o incluso el obispo lo han aconsejado o impuesto. Sin embargo, probablemente hay también gentes que comulgan así porque no creen en la Presencia Real. Por último, somos conscientes de que algunas personas comulgan en la mano con una Fe y una devoción profundas y están movidos por preferencias subjetivas, olvidando desgraciadamente las malas consecuencias objetivas de esta praxis litúrgica.

Sería necesario en primerísimo lugar, dar frecuentemente a los niños y a los adultos una catequesis y una predicación integras y precisas sobre la Eucaristía, especialmente sobre la grandeza y la sublimidad de la santa comunión. Luego, habría que explicar concretamente los peligros reales y frecuentes respecto a la pérdida y el robo de las partículas eucarísticas, poniendo en evidencia sobre todo el hecho horrible de que Nuestro Señor, presente en la santa Eucaristía, en numerosas iglesias, es pisoteado por los fieles. Después es preciso informar a los fieles de que la Comunión en la mano es una excepción a la ley litúrgica, un indulto, insistiendo al mismo tiempo sobre el hecho de que la Comunión en la boca y de rodillas es la norma. Esto exige lógicamente poner un reclinatorio, un banco para la comunión o, mejor aún, una balaustrada a disposición de los fieles, para no discriminar a los que tienen el derecho de recibir la santa Comunión en la boca y de rodillas

Otra medida útil sería que el obispo diocesano publicase una carta pastoral específica sobre la Eucaristía y la santa Comunión, invitando a los fieles, vivamente y de manera argumentada, a recibir al Señor Eucarístico en la boca y de rodillas. La Santa Sede debería hacer lo mismo de cara a todos los obispos y de todas las diócesis del mundo. El último paso en este proceso sería la prohibición formal de la práctica de la Comunión en la mano».

Para acceder a la entrevista completa pulse aquí.

LA MISA TRADICIONAL: OH BELLEZA, SIEMPRE ANTIGUA Y SIEMPRE NUEVA

EmberSaturday2FLATOfrecemos a nuestros lectores un magnífico artículo sobre la Misa tradicional que ha sido publicado en inglés por el prestigiso blog tradicionalista internacional RORATE CÆLI, y en español por el recomendado blog español ADELANTE LA FE, del cual lo transcribimos.

El articulista nos hace reflexionar sobre la antigüedad del Rito Romano tradicional y el valor de celebrar al día de hoy la Santa Misa como lo hicieron nuestros antepasados.

«Leyendo el Comentario de Santo Tomás sobre las Sentencias de Pedro Lombardo, me di cuenta de que hace un argumento basado en la Colecta para el Domingo de Pascua. Fui a mirar mi Baronio Misal y encontré que, en efecto, la oración que utilizamos hoy en el usus antiquior es idéntica a la que citó alrededor del 1250.

A veces, durante la Misa o cuando leo a los Padres y Doctores de la Iglesia, quedo a menudo poderosamente impresionado por cuán vasto es el legado de la historia, la cultura y la oración que está imbuido y preservado en la liturgia Romana tradicional. Nuestras oraciones y ceremonias se remontan en muchos casos al primer milenio de la Iglesia. El Rito tradicional Romano habla en el mismo idioma, respira la misma atmósfera que los Padres y Doctores de la Iglesia y todo el ejército de los santos, y nos lleva a su presencia.

La mayoría de nosotros estamos bajo la influencia del nombre equivocado de: “Misa Tridentina”, – una frase que, aunque defendible como lo es, lleva a algunas personas a la implicación de que esta forma litúrgica se inventó alguna manera o masivamente se cambió en la era del Concilio de Trento. Como los estudiantes de la historia litúrgica saben, sin embargo, la realidad es muy diferente: la sustancia del Misal de Pío V ya había estado presente durante muchos siglos, y, de hecho, si nos remontamos al tiempo de San Gregorio el Grande (m. 604), encontraremos el “núcleo” del Rito Romano ya ahí (por eso la preferencia que algunos tienen para llamar el usus antiquior el “Rito Gregoriano”). Como el Padre Hunwicke ha señalado, el Canon Romano es tan antiguo que su teología de la consagración precede a la controversia sobre la divinidad del Espíritu Santo, y por lo tanto carece de una epíclesis de la clase que la liturgia Bizantina, para combatir esta herejía e insertada en una fecha posterior. El Canon Romano opera en la creencia mas antigua de que todo lo que el Padre aprueba y ratifica se llevará a cabo – incluso la renovación del sacrificio de su Hijo bajo el pan y el vino consagrados. El Padre lo quiere, y se hace.

(Creo que, por cierto, el P. Hunwicke merece el apodo de “Canonista romano” por sus muchos finos artículos en defensa de la antigüedad, la primacía, la pureza y la rectitud del Canon Romano para los ritos litúrgicos Occidentales que deben su origen a Roma, y sus críticas apuntadas a la calamitosa innovación de la introducción de múltiples oraciones Eucarísticas).

Volviendo al punto de partida: ¿Cuál es el valor de simplemente hacer lo que hicieron nuestros ancestros? ¿Cuál es el valor de participar en una Misa que es, en gran parte de su formulación y ceremonias, la misma que la que oraba Santo Tomás de Aquino o San Francisco de Asís, San Carlos Borromeo o Santa Teresa de Lisieux? ¿Cuál es el valor de ir llevando en la mente y en el corazón de uno, susurrando en nuestros labios, o cantando con nuestra propia voz, las oraciones que se remontan, sin cambios, siglo tras siglo tras siglo?

Aunque puede ser difícil expresar este valor sutil en palabras, no es difícil ver por qué tal oración, a través de los siglos, a través de los continentes, a través de las culturas, de la profundidad llamando a la profundidad, de época a época y de santo a santo, tenga tan grande atractivo para los jóvenes que están descubriendo o redescubriendo su fe. Hay fuerza en saber que te sujetas de una gigante e indestructible cuerda que te conecta a un sinnúmero de santos hombres y mujeres antes de nosotros, todos los cuales están ahora en la gloria celestial, para los cuales esta misma liturgia los preparó en la tierra. Hay consuelo en sentir que, en medio de un mundo de constante cambio, en efecto un mundo moderno de casi neurótica movilidad, desplazamiento, y desperdicio, las cosas más importantes no cambian, de hecho nunca cambiarán. Hay una inmensa paz en volver, semana tras semana, a las lecturas, las oraciones, las antífonas, las ceremonias, que han sobrevivido a cada guerra, hambre, peste, y persecución, y llevar con ellos el aura de atemporalidad, el ardor de la adoración, el sabor de la santidad, la dulzura de la salmodia. Uno viene a Misa, y se encuentra que es verdaderamente, simplemente, puramente la Misa – como era, como debería ser, como será hasta el fin de los tiempos.

, ha habido cambios, pero estos cambios son como ondas en la superficie de un vasto mar, tranquilo en sus profundidades. La identidad y la integridad de la liturgia se reducen incluso a nosotros, cada generación manteniendo lo que se le entregó mientras lo embellece con ofrendas de su propia devoción.

Aun cuando no podemos ponerlo en palabras, esta realidad, esta sensación de inmensa profundidad y amplitud, del colapso del tiempo y la distancia a medida que entramos en comunión con una innumerable multitud de fieles, es parte de la experiencia indefinible de asistir a la Misa Tradicional en latín. Bendito sea Jesucristo, “el mismo ayer, hoy y siempre”, que ha plasmado su amor eterno en una liturgia que es su despejado espejo.

Si pienso en Dios tengo que gemir; si cavilo, mi espíritu desfallece.
Tu mantienes insomnes mis ojos; estoy perturbado, incapaz de hablar.
Pienso en los días antiguos y considero los años eternos.
Por la noche medito en mi corazón, reflexiono y mi espíritu inquiere:
¿Es que nos desechará el Señor por todos los siglos? ¿No volverá a sernos favorable?
¿Se habrá agotado para siempre su bondad? ¿Será vana su promesa hecha para todas las generaciones?
¿Se habrá olvidado Dios de su clemencia? o ¿en su ira habrá contenido su misericordia?
Y dije: “Este es mi dolor: que la diestra del Altísimo haya cambiado”.
Recordaré, pues, los hechos de Yahvé; sí, me acuerdo de tus antiguas maravillas;
Medito todas tus obras y peso tus hazañas.
Santo es tu camino, oh Dios, ¿Qué Dios hay tan grande como el Dios nuestro?

(Salmos, 76: 4-14 Biblia Mons. Straubinger)»

[Traducido por Eduardo Alfaro Robles. Posteado por ]

FIUV: COMUNICADO DE PRENSA EN RELACIÓN A LAS AMENAZAS DE EXCOMUNIÓN A LA FSSPX

LOGO FIUVLa Federación Internacional Una Voce (FIUV) emitió el pasado 04 de noviembre un comunicado de prensa, que publicó en su web en español, y  que por ser de interés nos hacemos eco y a continuación transcribimos:

«Federación Internacional Una Voce:
Amenazas de excomuniones a la FSSPX pueden ser ilegales»

LONDRES, 4 de noviembre de 2014 – La Federación Internacional Una Voce, que busca promover las tradiciones, particularmente las tradiciones litúrgicas de la Iglesia Católica Romana dentro de las estructuras oficiales de la iglesia, cuestionaron hoy la legalidad de una «notificación» fechada el 14 de octubre de 2014 emitida por la Sede Romana de Albano, Italia, donde afirma la excomunión de quienes reciban los sacramentos de, o asistan a servicios religiosos por la Sociedad de San Pío X (SSPX).
La Federación cuestiona la legalidad de otra “notificación”, en términos similares, de S.E.R. Mons. Óscar Sarlinga, obispo de la Diócesis de Zárate-Campana en la Argentina, publicada el 3 de noviembre de 2014.

La Federación, que es un movimiento laico independiente de cualquier comunidad sacerdotal o religiosa, cree que la preservación de la doctrina, legislación y justicia, así como buena práctica pastoral, dentro de la iglesia es importante. La Federación cree que estas «notificaciones» tienden a implicar que cualquier persona que haya asistido a los servicios de la SSPX no es o no será bienvenida en las parroquias en estas diócesis.
Este punto de vista es claramente contradictorio con el énfasis del Sumo Pontífice, Papa Francisco, respecto a la misericordia y perdón, así como la «apertura de corazón», solicitada por el Papa Benedicto XVI como un preludio a una sanación o reparación de divisiones «en el corazón de la iglesia».

El obispo de Albano, Italia, es S.E.R. Mons. Marcello Semeraro, portavoz de prensa de la Conferencia Episcopal Italiana y Secretario del Consejo interno Pontificio compuesto por 9 consejeros.

La Federación está solicitando a la Santa Sede que aconseje que estas “notificaciones” están parcialmente incorrectas y que requieren ser modificadas con el fin de cumplir con la ley canónica y las decisiones de la Santa Sede.

TRASFONDO
El 14 de octubre de 2014, la Cancillería de la Diócesis de Albano emitió una notificación a los párrocos afirmando que quien asiste a los servicios de la SSPX, incluyendo, al parecer, los niños, tal modo «rompen a comunión con la iglesia católica» y sólo pueden ser readmitidos a la Iglesia después de «un camino personal adecuado de reconciliación». La notificación dice:

«Los fieles católicos no pueden participar en la misa, ni solicitar o recibir los sacramentos de o en la Sociedad (SSPX). Actuando lo contrario significaría romper la comunión con la iglesia católica. Por lo tanto, cualquier fiel católico que solicite y recibe los sacramentos en la Sociedad de San Pío X, se colocará él mismo, de facto, en la condición de no estar en comunión con la Iglesia Católica. Una readmisión a la Iglesia Católica debe ser precedida por una trayectoria personal adecuada de reconciliación, según la disciplina eclesiástica establecida por el Obispo.»

S.E.R. Mons. Óscar Sarlinga, obispo de Zárate-Campana en Argentina, en una carta a su diócesis con fechada el 3 de noviembre de 2014, establece:

«No es lícito para los fieles católicos participar en la celebración de la Misa en estas condiciones, ni solicitar ni recibir los sacramentos por parte de los sacerdotes de la mencionada «Sociedad de San Pío X», incluyendo en lugares privados convertidos en lugares de culto, y sin excluir, en caso de obstinación, también incurrir en sanciones “ferendae sententiae” que pueden aplicar, según el espíritu eclesial y la protección de los fieles. En el caso de ruptura de la comunión eclesiástica por los motivos fundados antes mencionados, para ser readmitido en la Iglesia Católica (y eventualmente de la eliminación de la censura canónica), una trayectoria personal de reconciliación será necesaria, según la disciplina asesorada por la Santa Sede y la propia Diócesis, establecida por el Obispo diocesano».

RESUMEN CANÓNICO
La actitud de la Santa Sede siempre ha sido que los fieles laicos que reciben los sacramentos de sacerdotes de la SSPX no están excomulgados. Los ejemplos son los siguientes.

A. En 1991, S.E.R. Mons. Joseph Ferrario, obispo de Honolulu (Hawái, EE.UU.), declaró que seis laicos católicos quedaron excomulgados por motivos cismáticos al haber solicitado los servicios de un obispo de la SSPX para administrar el sacramento de la Confirmación. Estos apelaron ante la Santa Sede que, a través de S.E.R. Joseph Cardenal Ratzinger como prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, declaró dicho Decreto inválido porque su acción, aunque considerada reprochable, no constituía un cisma.

B. El 5 de septiembre de 2005, la Santa Sede, a través de la Pontificia Comisión “Ecclesia Dei”, afirmó que «los fieles que asisten a las Misas de la fraternidad mencionada no están excomulgados, y los sacerdotes que las celebran tampoco no lo están — de hecho los últimos, de hecho, están suspendidos.» (Protocolo n. 55/2005, firmado por el entonces Secretario de la Pontificia Comisión “Ecclesia Dei”, Mons. Camille Perl).

C. El 27 de septiembre de 2002, citado y reafirmado el 18 de enero de 2003, la Santa Sede, a través de la Pontificia Comisión Ecclesia Dei, afirmó «En sentido estricto usted puede cumplir con el precepto dominical asistiendo a una misa celebrada por un sacerdote de la Sociedad de San Pío X.» (Cartas firmadas por Mons. Camille Perl).

«Para romper la comunión con la Iglesia Católica», es decir, excomunión, sólo puede incurrirse donde hay tanto una «violación externa de una ley o precepto» y es «gravemente imputable por dolo o culpabilidad» (canon 1321) y sólo si el castigo adecuado es propiamente la excomunión.

La excomunión no es la pena adecuada para quienes «participan en la misa» o «solicitan o reciben los sacramentos» por parte de los sacerdotes de la SSPX o en lugares de culto administrados por la SSPX. Por lo tanto:

A. Por consiguiente no es correcto que la excomunión es incurrió en tal modo.

B. En ningún caso, los menores de 16 años no pueden incurrir en una penalidad (canon 1323.1); Esto aplicaría a los menores de esta edad que recibieron el Bautismo o la Confirmación.

Aún basando un argumento canónico en la suposición de que la SSPX no tiene ningún estatuto canónico dentro de la Iglesia y que sus sacerdotes están suspendidos, tras la ordenación sin las cartas dimisorias, no quiere decir que aquellos fieles laicos que busquen los sacramentos por parte de estos sacerdotes cometen un acto ilegal.

Afirmar lo contrario también entra en conflicto con la disposición canónica (canon 1335) para la suspensión de cualquier prohibición de la celebración de los sacramentos o sacramentales, o el ejercicio de potestad de gobierno, cuando uno de los fieles lo solicita para «cualquier razón justa».

Además, las notificaciones parecen impugnar el decreto de la Congregación para los Obispos, fechado el 21 de enero de 2009 respecto al levantamiento de las excomuniones de los obispos de la SSPX y en cambio parecen que quieren volver a imponer las excomuniones, dentro de cada diócesis, contrariamente al decreto emitido por esta Congregación de la Santa Sede.

Por otra parte, sería incongruente por el legislador levantar la excomunión de los Obispos (de la SSPX) al imponer o mantenerla en los fieles laicos a quienes ministran.

CONCLUSIÓN
La Federación está obligada así a cuestionar las notificaciones ya que parecen socavar la legislación pontificia y el Derecho Canónico.

FIN DEL COMUNICADO

Federación Internacional Una Voce: Un movimiento laical

La Federación Internacional Una Voce es un movimiento laical cuyos objetivos principales son asegurar que el “Missale Romanum” (edición 1962 del Papa Juan XXIII) se mantenga en la Iglesia como la referencia de una de las formas de celebración litúrgica; que sea apoyado y promovido el uso del latín, el canto gregoriano y polifonía sagrada.

Una Asamblea General se convoca cada dos años en Roma para elegir a los nuevos miembros de la Junta Directiva. El actual presidente es el Sr. James Bogle, miembro de “Una Voce Australia” y “The Latin Mass Society” de Inglaterra y Gales.

La Federación está reconocida por la Santa Sede, sus opiniones son recibidas con cortesía y respetadas por las Congregaciones romanas implicadas. Los representantes de la FIUV son recibidos por ellos de la misma manera. Con el transcurso de los años, la Federación ha intervenido exitosamente en muchas ocasiones, en Roma, para solicitar el mantenimiento de la Misa tradicional y la práctica de la antigua liturgia.».

Para conocer el original del comunicado de prensa de la FIUV en inglés puede pinchar aquí.

 

FIUV: ESTUDIOS SOBRE LITURGIA TRADICIONAL

LOGO FIUVLa Federación Internacional Una Voce (FIUV), entidad que agrupa a nivel mundial  desde 1964 a diversas organizaciones  formadas por  seglares y  vinculadas con la Misa Tradicional, entre las que se encuentra desde 2007 la Asociación Una Voce Sevilla, publica en su web desde 2012 unos interesantes estudios sobre aspectos concretos del Misal de 1962, en particular aquellos que podrían resultar confusos y requerir una explicación para quienes no estén familiarizados con el Rito Romano tradicional, así como sobre aquellos que pudieran considerarse objeto de la reforma, prevista en el motu proprio de S.S. Benedicto XVI  Summorum Pontificum. La colección completa se puede consultar aquí.

El último estudio realizado por la FIUV, que ha sido traducido al español por el blog Rorate Caeli y publicado por la recientemente creada y recomendada web Adelante la Fe, aborda, entre otros, algunos aspectos del calendario del Rito Extraordinario: Septuagésima, vigilias y octavas. Septuagésima, es el tiempo litúrgico comprendido entre los tres domingos que preceden al Miércoles de Ceniza (llamados de Septuagésima, Sexagésima y Quinquagésima), que no existe en el Novus Ordo.

Para conocer el estudio en español pinche aquí.