La asociación UNA VOCE SEVILLA, constituida el 23 de noviembre del año del Señor de 2004, aniversario de la Toma de Sevilla por el Rey San Fernando, surge como iniciativa de un grupo de fieles laicos sevillanos -en su mayoría jóvenes- amantes de la Doctrina y Liturgia tradicional de la Iglesia, con el fin principal de promover y celebrar en nuestra ciudad la Santa Misa a la que durante siglos asistieron y participaron nuestros antepasados en la Fe, por considerarla un bien espiritual para toda la Iglesia y un tesoro que merece ser custodiado y vivido para mayor gloria de Dios.

Desde aquella fecha, la Misa “en latín” o «gregoriana» -como también es conocida-, promovida por Una Voce Sevilla y para este grupo estable de laicos, se ha celebrado en nuestra ciudad en más de medio millar de ocasiones -incluida la Catedral-, gracias al motu proprio Summorum Pontificum de S.S. Benedicto XVI, habiendo sido acogida de forma sucesiva y estable en cuatro de sus templos: La Parroquia de San Bernardo, el Convento de la Visitación, la Iglesia del Señor San Jorge y en el Oratorio Escuela de Cristo, encontrándose actualmente suspendida la Misa y la atención pastoral para nuestra comunidad.

En la actualidad, aquel pequeño grupo de jóvenes que fundaron en 2004 la Asociación UNA VOCE SEVILLA, forman una nutrida Comunidad de fieles laicos en la Archidiócesis de Sevilla, conforme al artículo 215 del Código de Derecho Canónico. Comunidad en continuo crecimiento, constituida principalmente por familias y jóvenes que viven en común la Fe y los Sacramentos en torno a la Liturgia tradicional, promoviendo la Santa Misa según el rito Romano tradicional y otras actividades asociativas en torno al apostolado de la Tradición. Tradición que viven con gran compromiso cristiano y eclesialidad, orando, adorando y encontrándose con Dios en cada Misa, colaborando como acólitos o con el canto gregoriano, formándose a través de conferencias y charlas, organizando retiros, peregrinaciones y convivencias, ayudando a los más necesitados…etc.

Adheridos incondicionalmente a la Santa Madre Iglesia, en comunión con el Santo Padre y en obediencia a sus legítimos pastores, según el principio de la recta razón de santo Tomás de Aquino, hemos asumido esta honorable causa, al estar convencidos de que, de esta manera, rendimos a la Iglesia el mejor de los servicios, así como una auténtica fidelidad a su Magisterio, contra todo obstáculo y ambigüedad que pueda debilitar esta venerable tradición litúrgica.

Deo grátias

«Alégrense en la esperanza, sean pacientes en la tribulación y perseverantes en la oración«. Romanos 12,12.

¡Que nuestros patrones principales, San Fernando y Ntra. Sra. de la Antigua, nos sigan colmando de bendiciones y nos protejan!

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