CRÓNICA MISA PRELATICIA TRADICIONAL MONS. SCHNEIDER EN SEVILLA
Más de dos centenares de fieles -destacando jóvenes y familias numerosas -, algunos venidos de distintos puntos de España y Portugal- se dieron cita el pasado Domingo 11 de diciembre, III de Adviento o Gaudete, en la Iglesia Parroquial de Santa Cruz (Sevilla), para participar en la celebración de la Misa prelaticia tradicional oficiada por Monseñor Athanasius Schneider, obispo auxiliar de Astaná (Kazajistán), y que contó con el beneplácito del Sr. Arzobispo de Sevilla. La Santa Misa se celebró en el altar mayor de la Parroquia, ante el Santísimo Cristo de las Misericordias, imagen titular de la Hermandad de Santa Cruz.
Cabe destacar que, tras más de cuarenta años, un prelado ha vuelto a celebrar en la sede de San Isidoro la Santa Misa según se vino haciendo durante muchos siglos en la Iglesia Católica. Rito de la Misa cuyo uso volvió a normalizarse tras la promulgación del Motu Proprio Summorum Pontificum de Benedicto XVI en dos mil siete.
La Santa Misa prelaticia, organizada por la Asociación Una Voce Sevilla con ocasión de la visita a la capital hispalense de este obispo de Asia que promueve la liturgia tradicional, fue servida en el altar por el capellán de nuestra Asociación, el Rvdo. P. Pablo Díez Herrera, y por el Rvdo. P. Fernando Reyes Rico, Párroco de Alcalá del Río (Sevilla), junto a miembros de la Escuela de Acólitos Servite Domine de esta Asociación.
Los motetes gregorianos correspondientes al tiempo litúrgico que se cantaron y el acompañamiento musical corrieron a cargo de la excelente organista Dña. Sonia Vázquez, venida para la ocasión desde Galicia, y la Schola Gregoriana Laudate Dominum perteneciente a Una Voce Sevilla.
El prelado oficiante en su bella y profunda homilía titulada “La Santa Misa, divino tesoro” recordó a los presentes que en esos momentos iban a participar “en la obra más santa, grandiosa, maravillosa y divina de toda la creación y en toda la eternidad: el Santo Sacrificio de la Misa, en sustancia el Santo Sacrificio del Gólgota”.
PARA LEER LA HOMILÍA PINCHE AQUÍ.
Es de destacar la devoción, piedad y recogimiento de los fieles participantes que llenaron el templo para la ocasión, lo que confirma -una vez más- que la Misa tradicional es un tesoro espiritual de la Iglesia, y una realidad eclesial cada vez más consolidada y extendida, que ofrece desde hace casi una década años en esta Archidiócesis frutos espirituales y pastorales a tener en cuenta.
Al finalizar la Santa Misa, y tras ser saludado por el Párroco de Santa Cruz en la sacristía, Monseñor Schneider fue acompañado por los presbíteros, acólitos y monaguillos -participantes en el servicio del altar-, junto a un nutrido grupo de miembros de nuestra Asociación, a rezar al Oratorio de la Escuela de Cristo, templo habitual de la celebración dominical de la Misa tradicional en Sevilla. Asimismo, es este lugar, el Presidente de la Asociación agradeció al prelado oficiante su visita a la capital hispalense y la confianza puesta en la Asociación que preside para organizar la Misa prelaticia ya celebrada. A continuación, Mons. Schneider dirigió unas palabras de agradecimiento a los allí congregados por el apostolado realizado hasta el momento en la promoción de la liturgia tradicional en la Archidiócesis, y les animó a continuar en esta tarea por ser un bien para la Iglesia en la actualidad.
Pueden ver un VIDEO RESUMEN DE LA SANTA MISA PINCHANDO AQUÍ.
Finalmente, la Asociación Una Voce Sevilla quiere hacer público un sincero agradecimiento a nuestros prelados, por haber designado el templo adecuado para la celebración de la Santa Misa, así como a nuestro Capellán, por su buen hacer en la preparación y desarrollo de ésta; asimismo, al Párroco de Santa Cruz, por el gesto de acogida fraternal, junto a algunos miembros de la Parroquia, facilitando todo lo necesario para el buen desarrollo de la función litúrgica; y a aquellos miembros de la Asociación Una Voce Sevilla y fieles que con su esfuerzo y colaboración han hecho posible este memorable evento.
Deo gratias.
UNA VOCE SEVILLA
Athanasius Schneider: «La más profunda de las lecciones que he aprendido de la celebración de la tradicional forma de decir la Misa es esto: Yo solo soy sólo un pobre instrumento de lo sobrenatural, y de una elevada acción sagrada, cuyo celebrante principal es Cristo, Sumo y Eterno Sacerdote. Siento que durante la celebración de la Misa, pierdo, en cierto sentido, mi libertad individual, por las palabras y los gestos que son prescritos incluso en sus detalles más pequeños, y no soy capaz de deshacerme de ellos. En mi corazón siento profundamente que sólo soy un siervo y un ministro, que aunque con libre albedrío en la fe y en el amor, no se cumple mi voluntad, sino la voluntad de Otro».
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