PROGRAMA ACTOS X ANIVERSARIO SUMMORUM PONTIFICUM EN SEVILLA (SÁBADO 11 NOV.)
/0 Comentarios/en Gregoriano, Liturgia tradicional, Misa gregoriana, Misa Tradicional en Sevilla, Summorum Pontificum, Una Voce Sevilla /por Una Voce Sevilla - Misa TradicionalPROGRAMA ACTOS X ANIVERSARIO SUMMORUM PONTIFICUM EN SEVILLA
Sábado, 11 de noviembre de 2017
– 12:00 horas: Conferencia-coloquio: “La Misa tradicional y la paz litúrgica propuesta por Benedicto XVI”. Por el Rvdo. P. Gabriel Diaz Patri. Investigador del Centro Internacional de Estudios Litúrgicos (Francia). Lugar: Salón de Actos del Palacio Arzobispal (plaza Virgen de los Reyes s/n). Entrada libre.
– 14:30 horas: Comida-menú de confraternidad en el Casino Militar (Pasaje del Ateneo s/n -calle Sierpes-). Precio: 15 euros -se adjunta menú-. Menú Infantil: 8 euros. Plazas limitadas. Reserva previa antes del lunes 6 de noviembre en: asociacion@unavocesevilla.info Puede asistir todo el que lo desee.
– 18:00 horas: Santa Misa solemne tradicional de acción de gracias en el altar de San Fernando de la Capilla Real de la Santa Iglesia Catedral de Sevilla, y a la que asistirá al coro el Excmo. y Rvdmo. Sr. Arzobispo de Sevilla, don Juan José Asenjo Pelegrina. Acceso por plaza Virgen de los Reyes.
La Misa será celebrada por el Rvdo. P. Pablo Díez Herrera (Capellán de Una Voce Sevilla), asistido como diácono por el canónigo Rvdo. P. Raúl Olazabal (Superior en España del Instituto Cristo Rey Sumo Sacerdote) y como subdiácono el Rvdo. P. Fernando Reyes Rico (Párroco Alcalá del Río -Sevilla-). El servicio del altar será complementado por miembros de la Escuela de Acólitos Servite Dómino, perteneciente a nuestra asociación.
Por la Capilla Musical Gregoriana de la Catedral de Sevilla será interpretado el proprio tradicional de la festividad de la Virgen de los Reyes -elaborado por el Cardenal Segura en 1948-, que se ha recuperado para la ocasión tras más de 50 años, y el ordinario de la Misa de Angelis.
La música de órgano correrá a cargo del Sr. don José Enrique Ayarra, Canónigo Organista titular de la Catedral de Sevilla desde 1961.
Finalizará la Santa Misa con el canto de la Salve Regina ante la Patrona de la Ciudad y de la Archidiócesis y el Te Deum de acción de gracias.
En la organización de los actos participará el grupo joven Sursum Corda de nuestra asociación.
Con el ruego de tu asistencia y difusión de esta conmemoración y actos entre familiares y amigos.
Para más información: asociacion@unavocesevilla.info
UNA VOCE SEVILLA
CARTEL X ANIVERSARIO SUMMORUM PONTIFICUM SEVILLA (SÁBADO 11 NOV.)
/0 Comentarios/en Escuela de Cristo, Gregoriano, Liturgia tradicional, Misa gregoriana, Misa Tradicional en Sevilla, Summorum Pontificum, Una Voce Sevilla /por Una Voce Sevilla - Misa TradicionalVILLAVICIOSA (CÓRDOBA): SÁBADO 28 OCT. PEREGRINACIÓN JUNTO AL GRUPO JOVEN DE UNA VOCE SEVILLA AL MONASTERIO TRADICIONAL SAN JOSÉ
/0 Comentarios/en Liturgia tradicional, Misa gregoriana, Misa Tradicional en España, Summorum Pontificum, Una Voce Sevilla /por Una Voce Sevilla - Misa TradicionalLes informamos que por iniciativa del grupo joven de Una Voce Sevilla –Sursum Corda-, hemos organizado, junto a la asociación hermana Una Voce Córdoba, -D.m.- para el próximo sábado 28 octubre, una peregrinación al Monasterio tradicional de monjas de clausura, Oasis San José, de Villaviciosa (Córdoba), que se encuentra en el cerro de un bello paraje natural.
A las 12 de la mañana, en la Capilla del Monasterio, se celebrará Santa Misa tradicional cantada por el Capellán de la comunidad y acompañada en el canto gregoriano por las monjas que la forman. Previamente, a las 11:15 horas, el grupo joven Sursum Corda, junto a aquellos jóvenes o no tan jóvenes que lo deseen, subirán caminando al Monasterio rezando el Santo Rosario, desde una distancia aproximada de 3 km.
Asimismo, tras la Misa, en un lugar cercano, se tiene prevista una comida de confraternidad.
Animamos a todos los fieles de la liturgia tradicional a su asistencia.
Para más información: asociacion@unavocesevilla.info
UNA VOCE SEVILLA
BENEDICTO XVI: «LA IGLESIA ESTÁ EN PELIGRO CUANDO EL PRIMADO DE DIOS NO APARECE MÁS EN LA LITURGIA Y ASÍ EN LA VIDA»
/0 Comentarios/en Liturgia tradicional, Summorum Pontificum, Una Voce Sevilla /por Una Voce Sevilla - Misa TradicionalA continuación, les ofrecemos el interesantísimo Prefacio del Papa Emérito Benedicto XVI a la edición en lengua rusa del volumen IX de las Obras Completas de Joseph Ratzinger: «Teología de la Liturgia», publicado por la Casa Editorial del Patriarcado de Moscú, y traducido al español por el blog Dominus est, en el cual el Santo Padre reflexiona sobre la necesidad actual de dar prioridad a Dios en la Liturgia ante malentendidos de la reforma litúrgica.
Nihil Operi Dei praeponatur – Nada se anteponga al Culto Divino. Con estas palabras San Benito, en su regla (43, 3) ha establecido la prioridad absoluta del Culto Divino respecto a todas las otras tareas de la vida monástica. Esto, también en la vida monástica, no resultaba inmediatamente hecho puesto que para los monjes era tarea esencial también el trabajo en la agricultura y en la ciencia.
Tanto en la agricultura como en la artesanía y en el trabajo de formación podían haber tenido urgencias que parecerían más importantes que la liturgia. Frente a todo esto (San) Benito con la prioridad asignada a la liturgia, hace hincapié inequívocamente en la prioridad de Dios mismo en nuestra vida “A la hora del Oficio Divino, apenas se haga la señal, dejado todo aquello que tengas entre las manos, se acude con la máxima solicitud”. (43, 1)
En la consciencia de los hombres de hoy las cosas de Dios y entre ellas la liturgia no aparecen en absoluto urgentes. Hay urgencia para toda cosa posible. Las cosas de Dios parecen no ser urgentes. Ahora, se podría afirmar que la vida monástica es en todo caso una cosa diferente a la vida de los hombres del mundo, y esto es totalmente correcto. Y todavía la prioridad de Dios que hemos olvidado vale para todos. Si Dios ya no es más importante, se mueven los criterios para establecer aquello que es importante. El hombre al dejar de lado a Dios, se somete él mismo a las constricciones que le vuelven esclavo de fuerzas materiales y que son tan opuestas a su dignidad.
En los años sucesivos al Concilio Vaticano II fui nuevamente consciente de la prioridad de Dios y de la divina liturgia. El malentendido de la reforma litúrgica que está ampliamente difundido en la Iglesia Católica portó el poner siempre en primer plano el aspecto de la instrucción y el de la propia actividad y creatividad. El hacer a los hombres casi olvidar la presencia de Dios. En una situación como tal se hace siempre más claro que la existencia de la Iglesia viene de la justa celebración de la liturgia y que la Iglesia está en peligro cuando el primado de Dios no aparece más en la liturgia y así en la vida. La causa más profunda de la crisis que ha trastornado a la Iglesia reside en el oscurecimiento de la prioridad de Dios en la liturgia. Todo esto me llevó a dedicarme al tema de la liturgia más ampliamente que en el pasado porque sabía que la verdadera renovación de la liturgia es una condición fundamental para la renovación de la Iglesia. Sobre la base de esta convicción nacen los estudios que se han recopilado en el presente volumen 11 de mis “Obras completas”. Pero en el fondo, a pesar de todas las diferencias, la esencia de la liturgia en Oriente y Occidente es única y es la misma. Y así espero que este libro pueda ayudar también a los cristianos de Rusia a comprender de un modo nuevo y mejor el gran regalo que se nos ha dado en la Santa Liturgia.
Ciudad del Vaticano, en la Fiesta de San Benito,
11 de julio de 2015
Benedicto XVI
NACE EL GRUPO JOVEN TRADICIONAL DE UNA VOCE SEVILLA
/0 Comentarios/en Escuela de Cristo, Gregoriano, Liturgia tradicional, Misa gregoriana, Misa Tradicional en España, Misa Tradicional en Sevilla, Summorum Pontificum, Una Voce Sevilla /por Una Voce Sevilla - Misa TradicionalNos complace informales que, el pasado 3 de septiembre de 2017, festividad de San Pio X, a cuyo patronazgo se encomiendan, un grupo de jóvenes, católicos sevillanos comprometidos con la tradición litúrgica de la Iglesia, y en concreto con el apostolado de la Misa tradicional, constituyeron en el Oratorio Escuela de Cristo de nuestra ciudad, el grupo joven SURSUM CORDA de la Asociación Una Voce Sevilla, asistiendo recientemente al II Encuentro Summorum Pontificum Andalucía celebrado en Córdoba, junto a otro jóvenes tradicionales procedentes de otras diócesis de Andalucía.
El GRUPO JOVEN SURSUM CORDA desarrollará las siguientes actividades:
– Promoción, colaboración y participación en la Misa tradicional.
– Adoración Santísimo Sacramento.
– Catequesis de perseverancia y charlas formación.
– Convivencias y excursiones.
– Retiros de espiritualidad.
– Formación como acólitos.
– Aprendizaje canto gregoriano.
– Labor social con los más necesitados.
SURSUM CORDA está abierto a todos aquellos jóvenes que deseen vivir su fe desde la Tradición y cuenta con una pestaña en la web de Una Voce Sevilla donde se anunciarán de forma más detallada cada una de las actividades que realicen.
Para acceder a la pestaña web de SURSUM CORDA pinchar aquí.
Si quieres pertenecer al grupo joven Sursum Corda o más información puedes escribirnos a: asociacion@unavocesevilla.info
SEVILLA: 11-NOV. MISA TRADICIONAL-GREGORIANA CATEDRAL X ANIVERSARIO SUMMORUM PONTIFICUM
/0 Comentarios/en Gregoriano, Liturgia tradicional, Misa gregoriana, Misa Tradicional en Sevilla, Summorum Pontificum, Una Voce Sevilla /por Una Voce Sevilla - Misa TradicionalNos congratula anunciarles, que, en acción de gracias por el X Aniversario del motu proprio Summorum Pontificum de S.S. Benedicto XVI, el sábado 11 de noviembre, a las 6 de la tarde, en la Capilla Real de la Santa Iglesia Catedral de Sevilla, se oficiará -D.m.- Santa Misa solemne según el Rito Romano tradicional o Forma Extraordinaria, contando con la asistencia del Excmo. y Rvdmo. Sr. D. Juan José Asenjo Pelegrina, Arzobispo de Sevilla. Ante ello, manifestamos nuestro agradecimiento al Prelado y al Cabildo Catedral por la acogida a este grupo de fieles católicos de la archidiócesis hispalense.
Será una celebración litúrgica única, pues volverá a celebrarse en la Catedral de Sevilla tras más de cuarenta años.
Asimismo, informábamos en nuestra web –pinchar aquí-, que el pasado 16 de septiembre se cumplieron 10 años de la recuperación para la diócesis de Sevilla de la celebración de la Misa tradicional. Fecha en la que se dio inicio a un periodo ininterrumpido de esta celebración de la Misa conforme al referido motu proprio, que, con la ayuda de Nuestro Señor y su Santísima Madre, promovida por la asociación Una Voce Sevilla y el beneplácito del Sr. Arzobispo, se celebra desde entonces, cada Domingo y día de precepto, habiéndose consolidado y constituyendo en torno a ella una realidad eclesial que sigue creciendo. Es por ello, que además del acto principal conmemorativo del aniversario, la Misa tradicional de acción de gracias en la Catedral, se está organizando otros actos complementarios, una conferencia y una comida de hermandad abierta a todo aquel que desee asistir.
En próximas publicaciones daremos más detalles sobre la celebración litúrgica y demás actos anunciados. No obstante, pueden escribirnos a: asociacion@unavocesevilla.info
Animamos a todos a difundir y asistir a tan importante celebración.
UNA VOCE SEVILLA
NOTA: Con la carta apostólica motu proprio data “Summorum Pontificum”, promulgada el 7 de julio de 2007, y que entró en vigor el 14 de septiembre de ese mismo año, el Santo Padre Benedicto XVI promulgó una ley universal para la Iglesia con el fin de reglamentar el uso de la Liturgia romana anterior a la reforma efectuada en 1970, haciendo con ello más accesible a la Iglesia universal la riqueza de esta liturgia también llamada tradicional o gregoriana, e ilustrando de forma autorizada las razones de su decisión en la Carta a los obispos que acompañaba la publicación del referido motu proprio.
“Lo que para las generaciones anteriores era sagrado, también para nosotros permanece sagrado y grande y no puede ser improvisamente totalmente prohibido o incluso perjudicial. Nos hace bien a todos conservar las riquezas que han crecido en la fe y en la oración de la Iglesia y de darles el justo puesto” (Benedicto XVI. Carta a los Obispos que acompaña al motu proprio Summorum Pontificum)
CRÓNICA Y FOTOGRAFIAS II ENCUENTRO SUMMORUM PONTIFICUM ANDALUCÍA (CÓRDOBA)
/0 Comentarios/en Liturgia tradicional, Misa gregoriana, Misa Tradicional en España, Summorum Pontificum, Una Voce Sevilla /por Una Voce Sevilla - Misa TradicionalTranscribimos a continuación la crónica oficial del exitoso II Encuentro Summorum Pontificum Andalucía, publicada en el blog de la Comisión Misa Tradicional Andalucía:
«Varios centenares de fieles, procedentes de toda Andalucía, se congregaron en Córdoba el pasado día 23 de septiembre, sábado, para participar en el II Encuentro Summorum Pontificum Andalucía, convocado por la Comisión Misa Tradicional Andalucía, que coordina a las asociaciones y grupos de fieles que en las distintas diócesis andaluzas promueven la celebración de la liturgia romana tradicional. Al Encuentro, en el que se conmemoró el décimo aniversario de la entrada en vigor del motu proprio Summorum Pontificum, mediante el cual S.S. Benedicto XVI normalizó el uso de la citada liturgia en la Iglesia, asistieron representaciones de las diez diócesis andaluzas: Almería, Asidonia-Jerez, Cádiz y Ceuta, Córdoba, Granada, Guadix, Huelva, Jaén, Málaga y Sevilla.
El Encuentro comenzó a las 12’30 horas en el salón de actos del Palacio Episcopal, con una conferencia que fue pronunciada por Mons. Alberto José González Chaves, delegado diocesano para la vida consagrada de la diócesis de Córdoba. “La Misa tradicional: un gran legado litúrgico de Benedicto XVI” fue el título de la magistral conferencia con la que Mons. González Chaves abrió este II Encuentro. En sus palabras hizo un recorrido sobre la situación de la liturgia católica a partir de la Constitución Sacrosanctum Concilium, la obra litúrgica de Joseph Ratzinger como teólogo y como Cardenal Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe y el magisterio de Benedicto XVI sobre la misma cuestión, para terminar refiriéndose al motu proprio Summorum Pontificum, repasando las principales características de la forma extraordinaria del rito romano y la situación actual de la misma en el mundo. La conferencia fue seguida con vivo interés por un público que casi llenaba el gran salón de actos del Obispado, y a continuación tuvo lugar un interesante coloquio en el que los presentes plantearon diversas cuestiones de actualidad relativas a la liturgia tradicional de la Iglesia. Finalizó el acto con unas palabras de agradecimiento en nombre de la Comisión organizadora, haciendo entrega a Mons. González Chaves de una placa como pequeña muestra de gratitud por su participación. Es imposible resumir en esta breve crónica la excelente conferencia de Mons. González Chaves, por lo que exhortamos a una lectura completa de la misma que se publicará en próximas entradas en esta web.
Concluido el acto de la conferencia, más de ciento cincuenta personas (entre ellas casi una veintena de niños) se reunieron en un restaurante en las inmediaciones de la Catedral, para una comida de hermandad que permitió el conocimiento, la confraternización y la comunicación entre fieles y familias devotas de la liturgia tradicional venidos de toda Andalucía.
A las siete de la tarde, en la impar Santa Iglesia Catedral de Córdoba, tuvo lugar la culminación de este II Encuentro con la Santa Misa prelaticia en acción de gracias por el décimo aniversario del motu proprio Summorum Pontificum. El Santo Sacrificio fue celebrado según la Forma Extraordinaria en el altar mayor de la Catedral tras más de 40 años, por el Excmo. y Rvdmo. Sr. D. Demetrio Fernández González, Obispo de Córdoba. Asistieron al Obispo celebrante, como capellanes, Mons. Alberto José González Chaves y Fr. Joaquín Pacheco Galán, O.F.M. Sirvieron en el altar uno de los sacristanes de la Catedral y varios de los acólitos y monaguillos habituales de la misa tradicional de Córdoba, Jerez y Sevilla. La excelente armonización de la Santa Misa corrió a cargo de la schola y organista del Instituto Cristo Rey Sumo Sacerdote (Madrid), encabezada por el Rvdo. P. Alexis Rouquayrol. Asimismo, colaboraron en la organización de la celebración litúrgica más de una veintena de jóvenes pertenecientes al recién creado grupo joven Misa Tradicional Andalucía, que además acompañaron al Obispo en la entrada a la Catedral.
En su homilía, pronunciada desde uno de los impresionantes púlpitos de la capilla mayor de la catedral, el Sr. Obispo recordó que “El Papa Benedicto XVI, recogiendo lo establecido por el Papa san Juan Pablo II, estableció hace diez años algunas normas en el motu proprio Summorum Pontificum, en virtud de las cuales hoy celebramos esta liturgia por el Rito extraordinario (que nunca fue abrogado) en la Santa Iglesia Catedral de Córdoba” y que “La Eucaristía es el sacramento de la unidad, de la unión de unos con otros en el mismo Cuerpo de Cristo. No usemos la Misa para dividirnos, para establecer comparaciones, para contraponer un Rito con otro. El uso de uno y otro Rito no establece ninguna división entre los mismos, nos recuerda Benedicto XVI. No la establezcamos nosotros”. Y añadió: “Ciertamente, la Iglesia reconoce el derecho de emplear este Rito, que no siempre es reconocido. Cualquier menosprecio sea respondido con un mayor aprecio, como nos enseña el Señor, pero sin entrar en conflicto con nadie”.
Los fieles que abarrotaban todos los espacios disponibles, en número que estimamos cercano al medio millar – creemos que es la asistencia más numerosa a una Misa tradicional en España desde la reforma litúrgica de 1970-, siguieron la celebración con una ejemplar actitud piadosa y recogida. Durante todo el tiempo que duró la ceremonia, el confesionario estuvo atendido por el Rvdo. P. Juan Evangelista Vila Gallardo, capellán del monasterio del Oasis de Jesús Sacerdote de Villaviciosa de Córdoba. Igualmente, asistieron a la misa varios religiosos Esclavos de la Eucaristía y de María Virgen.
La misa finalizó con el canto del Salve Regina a la Stma. Virgen María y, una vez despojado el Sr. Obispo de los ornamentos, el Tedeum en acción de gracias por el décimo aniversario del Summorum Pontificum. Concluida la ceremonia religiosa, todos los fieles que lo desearon se acercaron a saludar al Sr. Obispo, al hay que agradecer el gesto de cercanía que tuvo con éstos.
No podemos concluir esta crónica sin expresar nuestro más vivo agradecimiento al Sr. Obispo de Córdoba, a los sacerdotes y religiosos que actuaron como capellanes y que asistieron a los actos de este Encuentro, a los acólitos, al Excmo. Cabido Catedral, al personal de la Santa Iglesia Catedral y del Palacio Episcopal, a la schola que contribuyó a realzar la celebración, a todos los fieles que participaron de los actos demostrando que la liturgia tradicional, si bien es un derecho, es ante todo una realidad eclesial en nuestra región, cada vez más demandada, que merece ser acogida con generosidad por todos, pues nutre la vida espiritual de fieles, de toda edad y condición, y familias, muchas de ellas numerosas.
Encomendamos a Dios nuestro Señor, por intercesión de la Stma. Virgen María, los frutos espirituales de este Encuentro, pidiendo que sirva para la difusión y apostolado de la liturgia tradicional por todas las diócesis de Andalucía y España. Desde la misma terminación de este II Encuentro, la Comisión Misa Tradicional Andalucía comienza a preparar el III Encuentro Summorum Pontificum Andalucía, que se celebrará, Dios mediante, en el año 2018.
Fotografías: D. Antonio Varo, Diócesis de Córdoba y Comisión Misa Tradicional Andalucía,
En próximas entradas de esta web, además del texto de la conferencia, publicaremos el álbum fotográfico y video del Encuentro.
INVITACIÓN II ENCUENTRO SUMMORUM PONTIFICUM ANDALUCÍA
/0 Comentarios/en Gregoriano, Liturgia tradicional, Misa gregoriana, Misa Tradicional en el mundo, Summorum Pontificum, Una Voce Sevilla /por Una Voce Sevilla - Misa TradicionalX ANIVERSARIO DE LA PRIMERA MISA TRADICIONAL EN SEVILLA
/0 Comentarios/en Gregoriano, Liturgia tradicional, Misa gregoriana, Misa Tradicional en España, Misa Tradicional en Sevilla, Summorum Pontificum, Una Voce Sevilla /por Una Voce Sevilla - Misa TradicionalEl próximo sábado 16 de septiembre se cumplirán, Dios mediante, 10 años de la celebración en Sevilla de la primera Misa tradicional tras la entrada en vigor del motu proprio Summorum Pontificum de S.S. Benedicto XVI en la festividad de la Exaltación de la Santa Cruz de 2007. Motu proprio con el que el Santo Padre normalizó la celebración de la Santa Misa según el Rito romano tradicional o Forma Extraordinaria, la reconoció como no abolida y cuestión de derecho para las sacerdotes y fieles.
Esta primera Misa tradicional en Sevilla se celebró en la Parroquia de San Bernardo, fue oficiada por el Rvdo. P. Fernando Reyes Rico, y contó con la acogida generosa de su Párroco, el querido D. José Alvarez Allende -q.e.p.d.-.
La Asociación de laicos Una Voce Sevilla fue pionera en España en promover la Misa conforme al motu proprio Summorum Pontificum, habiendo llegado, con la ayuda de Dios, a cumplir una década de celebración ininterrumpida en nuestra ciudad. Asimismo, para lograrlo, la Asociación ha contando desde sus inicios hasta el día de hoy con la ayuda inestimable de un grupo de personas, fieles y comprometidas, que a base de sacrificio y perseverancia han solventado cada uno de los obstáculos que se han ido presentando a lo largo de estos diez años.
A todos ellos, nuestro más profundo agradecimiento.
Desde ese día hasta hoy, la Misa “en latín”, como es conocida por muchos sevillanos, fue acogida en cuatro templos de la Ciudad: La Parroquia de San Bernardo, el Convento de la Visitación de las monjas salesas, la Iglesia del Señor San Jorge y Capilla de la Sala del Cristo del Hospital de la Santa Caridad, y por último, en los últimos cuatro años, en el Oratorio de la Escuela de Cristo. Con ello, han sido muchos los sevillanos y visitantes los que han tenido la oportunidad de asistir a su celebración y recibir sus frutos espirituales, en unos casos volviendo a revivir la Misa de su juventud o en otros, los más jóvenes, conociendo y participando por primera vez la Misa de siempre. Creciendo en los últimos tiempos la asistencia a ella de fieles sevillanos y en ocasiones de turistas de otros países que la demandan. En posteriores entradas daremos cuenta más detallada de las celebraciones en dichos templos.
Próximamente, les anunciaremos una gran noticia relacionada con la celebración del X aniversario de la entrada en vigor motu proprio Summorum Pontificum en Sevilla.
DEO GRATIAS
A continuación, una serie de fotografías para el recuerdo de esa primera misa y un artículo del diario ABC que puede servir de crónica de lo que aconteció y pueden leer aquí.
EL SÁBADO 23 SEPTIEMBRE CÓRDOBA ACOGERÁ EL II ENCUENTRO SUMMORUM PONTIFICUM ANDALUCÍA
/0 Comentarios/en Liturgia tradicional, Misa gregoriana, Misa Tradicional en el mundo, Misa Tradicional en España, Summorum Pontificum, Una Voce Sevilla /por Una Voce Sevilla - Misa TradicionalLa ciudad de Córdoba acogerá el sábado 23 de septiembre un acontecimiento muy especial. Se trata del II ENCUENTRO SUMMORUM PONTIFICUM ANDALUCÍA. Organizado por la COMISIÓN MISA TRADICIONAL ANDALUCÍA, la jornada se dividirá en dos grandes actos. El primero consistirá en una conferencia-coloquio, que será pronunciada en el Salón de Actos del Palacio Episcopal, a las 12:30 horas, por el delegado diocesano para la Vida Consagrada de Córdoba, Monseñor Alberto-José González Chaves. Y llevará por título: «La Misa tradicional: Un gran legado litúrgico de Benedicto XVI».
El programa detallado del Encuentro es:
– 12:30 horas: Salón de Actos del Palacio Episcopal (c/ Torrijos nº 12 -junto a Catedral-). Conferencia-coloquio: “La Misa tradicional: Un gran legado litúrgico de Benedicto XVI”. Por Monseñor Alberto-José González Chaves, delegado diocesano para la Vida Consagrada de Córdoba.
– 14:30 horas: Comida-menú de hermandad en lugar cercano al Salón de Actos (para más detalles y reserva escribir a misatradicionalandalucia@gmail.com o asociación@unavocesevilla.info)
– 19:00 horas: Altar Mayor de la Catedral de Córdoba. Santa Misa tradicional-gregoriana de acción de gracias oficiada por el Excmo. y Rvdmo. D. Demetrio Fernández González, obispo de Córdoba.
Para más información pueden escribir a: misatradicionalandalucia@gmail.com o https://www.facebook.com/misatradicionalandalucia/Animamos a todos nuestros amigos, asociados y lectores a participar de tan importante celebración.
La COMISIÓN MISA TRADICIONAL ANDALUCÍA fue constituida el 04 de junio del año del Señor de 2016 en Montilla (Córdoba), ante las reliquias del apóstol de Andalucía, San Juan de Ávila, y en el marco de la celebración del I Encuentro Summorum Pontificum Andalucía, con el objetivo de unir y coordinar a las distintas asociaciones y grupos de fieles existentes en Andalucía amantes del tesoro litúrgico tradicional de la Iglesia Católica que, en concreto, promueven en sus respectivas diócesis la celebración de la Misa tradicional o gregoriana.
Con la carta apostólica motu proprio data “Summorum Pontificum”, promulgada el 7 de julio de 2007, y que entró en vigor el 14 de septiembre de ese mismo año, el Santo Padre Benedicto XVI promulgó una ley universal para la Iglesia con el fin de reglamentar el uso de la Liturgia romana anterior a la reforma efectuada en 1970, haciendo con ello más accesible a la Iglesia universal la riqueza de esta liturgia también llamada tradicional o gregoriana, e ilustrando de forma autorizada las razones de su decisión en la Carta a los obispos que acompañaba la publicación del referido motu proprio. Desde entonces, la celebración de la Misa tradicional, conforme a Summorum Pontificum, se ha extendido a casi todas las diócesis de Andalucía, con el beneplácito de sus obispos y el crecimiento de fieles que la demandan.
“Lo que para las generaciones anteriores era sagrado, también para nosotros permanece sagrado y grande y no puede ser improvisamente totalmente prohibido o incluso perjudicial. Nos hace bien a todos conservar las riquezas que han crecido en la fe y en la oración de la Iglesia y de darles el justo puesto” (Benedicto XVI. Carta a los Obispos que acompaña al motu proprio Summorum Pontificum)
ARTICULO: EL TESTIMONIO DE UN SACERDOTE QUE CELEBRA LA MISA TRADICIONAL
/0 Comentarios/en Liturgia tradicional, Misa gregoriana, Misa Tradicional en el mundo, Summorum Pontificum, Una Voce Sevilla /por Una Voce Sevilla - Misa TradicionalLes ofrecemos a continuación, extraída de la web del capítulo chileno de la Federación Internacióna Una Voce, la Asociación Litúrgica Magnificat, una traducción propia de un valioso testimonio aparecido en el sitio norteamericano Liturgy Guy (el original puede leerse aquí, en inglés). En él, un sacerdote nos cuenta cómo el haber aprendido a celebrar la Misa tradicional lo ha hecho un mejor sacerdote. Conservando la celebración birritual, el sacerdote da cuenta de cómo el conocimiento de la Misa tradicional lo ha ayudado también a celebrar la Misa de Pablo VI de un modo más digno y con mayor recogimiento, proceso de enriquecimiento anhelado por S.S. Benedicto XVI al promulgar el motu proprio Summorum Pontificum. Ojalá testimonios como estos conduzcan a los obispos a atender al llamado del Papa emérito de poner a disposición de los seminaristas la posibilidad de aprender la liturgia perenne de la Iglesia.
Religión en libertad ha publicado un vídeo de la cuarta edición del congreso Ars Celebrandi, celebrado en la basílica de Nuestra Señora de Lichen (Polonia), durante el cual cuarenta sacerdotes polacos con destinos pastorales en todo el mundo aprendieron a celebrar la Misa tradicional y un centenar de laicos aprendieron a servirla, adquiriendo además una formación básica en gregoriano y polifonía.
SEVILLA: AVISO MISA TRADICIONAL EN AGOSTO
/0 Comentarios/en Barrio Santa Cruz, Escuela de Cristo, Liturgia tradicional, Misa gregoriana, Misa Tradicional en Sevilla, Summorum Pontificum, Una Voce Sevilla /por Una Voce Sevilla - Misa TradicionalLes informamos que las Misas a celebrar –D.m.- según el Rito Romano tradicional en Sevilla durante el mes de AGOSTO en el Oratorio Escuela de Cristo (Barrio de Santa), a las 10:30 horas, serán:
- 1ª DOMINGO (DÍA 6): Festividad de la Transfiguración del Señor. Oficiada por el Rvdo. P. Pablo Díez Herrera, capellán de la Asociación Una Voce Sevilla.
- MARTES 15: Festividad de la Asunción de Nuestra Señora a los cielos. Celebrada por el Rvdo. P. Fernando Reyes Rico, párroco de Alcalá del Río (Sevilla).
- 4ª DOMINGO (DIA 27): XII después de Pentecostés. Oficiada por nuestro capellán.
Asimismo, sentimos anunciarte, que, por razones ajenas a nuestra voluntad, se suspende la Misa tradicional en Sevilla correspondiente a los domingos 13 y 20 de agosto.
Sin más por el momento, te deseamos un santo y feliz verano en compañía de tus familiares y amigos.
Recibe un fraternal saludo in Xto et Maria,
UNA VOCE SEVILLA
SEVILLA: MARTES 25 JULIO MISA TRADICIONAL FESTIVIDAD SANTIAGO APOSTOL
/0 Comentarios/en Barrio Santa Cruz, Gregoriano, Liturgia tradicional, Misa gregoriana, Misa Tradicional en Sevilla, Summorum Pontificum, Una Voce Sevilla /por Una Voce Sevilla - Misa TradicionalLes informamos que, fieles a la tradición secular de la Iglesia española, el próximo MARTES 25 DE JULIO, con ocasión de la festividad de Santiago Apóstol, Patrón de las Españas -día de precepto-, se oficiará –D.m.- en su honor Santa Misa según el Rito Romano tradicional, a las 7 DE LA TARDE, en el Oratorio Escuela de Cristo de Sevilla, sito en el Barrio de Santa Cruz.
Se recuerda la obligación que tienen los fieles de participar en la Santa Misa los días de precepto.
“O sidus refúlgens Hispaniae, sancte Iacóbe Apóstole, intercede pro nobis ad Dóminum”
UNA VOCE SEVILLA
SANTA MISA ANTE LA TUMBA DE SANTIAGO APOSTOL (BASÍLICA DE SANTIAGO COMPOSTELA)
X ANIVERSARIO: SUMMORUM PONTIFICUM HA ENRIQUECIDO A LA IGLESIA
/0 Comentarios/en Gregoriano, Liturgia tradicional, Misa gregoriana, Misa Tradicional en el mundo, Summorum Pontificum, Una Voce Sevilla /por Una Voce Sevilla - Misa TradicionalEl interesante blog tradicional DOMINUS EST ha traducido al español un artículo de Dom Alcuin Reid publicado en el diario londinense THE CATHOLIC HERALD, con ocasión de cumplirse el pasado 7 de julio el X aniversario de la promulgación del motu proprio Summorum Pontificum por S.S. Benedicto XVI, y que a continuación transcribimos por ser un adalid en defensa de los beneficios que han supuesto para la Iglesia la aplicación de dicho documento del Vicario de Cristo durante esta ultima década.
«Al mediodía del 7 de julio de 2007 en Roma tuve el privilegio de estar presente en la primera misa solemne de un sacerdote recién ordenado. Como miembro de la Fraternidad de San Pedro, cantó lícitamente la misa según el usus antiquior—la forma tradicional del rito romano, tal como se usó antes de las reformas posteriores al Concilio Vaticano II. Fue una ocasión hermosa, pero que albergaba una distracción persistente.
Hasta entonces, los fieles, laicos, religiosos e incluso clérigos, no tenían libre acceso a los ritos litúrgicos antiguos. Era común (pero erróneamente) sostener que el permiso era requerido para celebrarlos. Ciertamente, la Santa Sede había alentado a los obispos a ser generosos en conceder tales permisos, pero como muchos bien recuerdan y con un sufrimiento no muy pequeño, en muchas diócesis de todo el mundo esto no era el caso: la parsimonia de un buen número de prelados era inamovible. Un liturgista inglés incluso llamó a “un período de transición obligatoria… todos los sacerdotes ordenados después de 1970, con quizás cinco años para prepararse exclusivamente para la celebración del novus ordo“.
La distracción de ese 7 de julio fue un hecho que exactamente esa misma hora se había publicado el muy esperado motu proprio del papa Benedicto, Summorum Pontificum, sobre el uso del rito tradicional. Fue quizás un sacrificio, valió la pena esperar una hora o algo así antes de leer sus tan esperadas provisiones.
Los primeros meses de 2007 habían visto una batalla llevada a cabo sobre lo que contendría. El mismo papa Benedicto escribió en su carta a los obispos de la misma fecha: “Los informes de prensa y los juicios hechos sin información suficiente han creado mucha confusión. Ha habido reacciones muy divergentes que van desde la aceptación entusiasta hasta la dura oposición, sobre un plan cuyos contenidos son en realidad desconocidos”. De hecho, se sabe que personalmente llamó a varios obispos antes de julio para insistir en que terminaran su oposición pública a un documento que ellos ni siquiera habían leído.
El problema era “el temor de que el documento quitaba importancia a la autoridad del Concilio Vaticano II, una de cuyas decisiones esenciales, la reforma litúrgica, estaba siendo cuestionada”. La respuesta del Papa fue clara: “Este temor es infundado”. Tenía razón: como rito moderno ya reformado después del concilio sigue siendo lo que comúnmente se encuentra en las parroquias hasta el día de hoy. No ha habido incineración pública generalizada de la Constitución del Consejo sobre la Sagrada Liturgia o de los libros litúrgicos producidos en su estela.
Otro tema era el temor de que un uso más amplio del rito antiguo “condujera a desórdenes o incluso divisiones dentro de las comunidades parroquiales”. El papa Benedicto respondió: “Este temor también me parece absolutamente infundado.” A pesar de algunos casos de imprudencia pastoral impuesta por el clero imponiendo el rito anterior (o aún el reciente) a las congregaciones sin preparación y formación adecuadas, la Iglesia hoy no está hendida con las parroquias divididas por causa de la inclusión del rito antiguo en su calendario. De hecho, muchas personas encuentran que su vida de fe y de culto se enriquece con esta diversidad ritual legítima.
Para el papa Benedicto XVI, Summorum Pontificum era “en particular llegar a una reconciliación interior en el corazón de la Iglesia”, de quitar obstáculos a esa comunión y unidad que Nuestro Señor desea entre todos los bautizados. Es un hecho que la reforma litúrgica que siguió al concilio fue abrupta y controvertida y privó a muchos católicos, algunos de los cuales simplemente dejaron de asistir a misa. Aquellos pequeños grupos de sacerdotes y laicos que continuaban con los ritos anteriores a la reforma de 1970 fueron condenados al ostracismo. Cuando, en lugar de caer en el desánimo, atraían a los jóvenes, que eran desterrados. Las divisiones eran reales y se hacían más arraigadas. En conformidad con los esfuerzos realizados por san Juan Pablo II, en 2007 el Santo Padre trató de hacer lo que pudo para sanar estas divisiones, insistiendo en que: “Lo que las generaciones anteriores consideraban sagrado, sigue siendo sagrado y grande para nosotros y no puede ser de repente totalmente prohibido o incluso considerado perjudicial”.
Así, también él hizo notar un fenómeno aparentemente interesante: “Inmediatamente después del Concilio Vaticano II”, observó, “se suponía que las solicitudes para el uso del misal de 1962 se limitarían a la generación anterior que había crecido con ello, mientras tanto, se había demostrado claramente que los jóvenes también habían descubierto esta forma litúrgica, habían sentido su atracción y encontrado en ella una forma de encuentro con el misterio de la santísima eucaristía, particularmente idóneo para ellos”.
Este es un elemento que a menudo se pasa por alto de Summorum Pontificum. El hecho de que el papa Benedicto XVI establezca con autoridad en la ley de la Iglesia que todos los fieles tienen el derecho legal a las ceremonias litúrgicas antiguas, incluyendo los sacramentos, y que los párrocos y no los obispos tienen ambos el deber de proporcionarlos y la autoridad de otra manera para decidir cuando sus celebraciones son apropiadas, no está motivado por la melancolía. Más bien, es una respuesta a la nueva e inesperada realidad de la Iglesia a principios del siglo XXI, donde los jóvenes que no conocían la liturgia anterior a la reforma de 1970 (ni siquiera las batallas libradas por ella) encuentran que en sus celebraciones, a menudo, mucho más que en otras celebraciones litúrgicas que han experimentado, pueden participar plenamente, conscientemente y activamente en la sagrada liturgia, “la fuente primaria e indispensable de la cual los fieles deben derivar el verdadero espíritu cristiano”, precisamente como el Concilio Vaticano II deseaba. En consecuencia, el papa Benedicto escribió: “Nos corresponde a todos conservar las riquezas que se han desarrollado en la fe y la oración de la Iglesia, y darles su valor conveniente”.
Cuando finalmente leíamos Summorum Pontificum el 7 de julio, y la carta que lo acompaña, estaba claro que el papa Benedicto había actuado como un “escriba que se ha hecho discípulo del Reino de los Cielos…semejante al dueño de una casa que saca de sus arcas lo nuevo y lo viejo”.(Mt 13, 52). Pero no todas las reacciones fueron tan placenteras. Un obispo italiano lamentaba que “hoy se ha anulado una reforma por la que tantos trabajaron, a expensas de grandes sacrificios, animados únicamente por el deseo de renovar la Iglesia, haya sido anulada… una importante reforma del concilio ha sido socavada…” El padre Mark Francis lamentaría que: “el Papa, que no es un liturgista formado, haya mostrado interés y sensibilidad en asuntos litúrgicos”, pero que con Summorum Pontificum demostró “una verdadera incomprensión del papel de la liturgia en la vida de la Iglesia”, y adoptó un “relativismo” litúrgico, ignorando “el axioma patrístico sagrado lex orandi, lex credendi“.
Había muchos otros “profetas del cataclismo”, incluyendo algunos obispos que rechazaban resumidamente cualquier sugerencia que a sus seminaristas se les diera tiempo para aprender a celebrar los ritos antiguos. Sin embargo, ningún catastrofista litúrgico se ha hecho sentir hasta ahora y muchos seminaristas parecen haber encontrado los medios para familiarizarse con los ritos antiguos. Para Summorum Pontificum se estableció una situación completamente nueva en la vida litúrgica de la Iglesia, que es un augurio muy bueno en efecto para la Iglesia de hoy y de mañana.
Como se ha señalado, el motu proprio establece que los ritos litúrgicos anteriores a 1970 deben estar libremente disponibles cuando los fieles los solicitan. Hoy en día, la mayoría de los fieles, incluido yo mismo, creció después del Concilio Vaticano II. Desconocíamos “los viejos tiempos”—cuando, ciertamente, el usus antiquior era a veces, de hecho demasiado, a menudo, celebrado mal, y cuando la misa cantada era una excepción en vez de la norma que debería ser. Cuando descubrimos la liturgia anterior y seguimos asistiendo a ella, fue con la expectativa de que realmente participaríamos en sus ritos y oraciones plenamente, conscientemente y realmente en las celebraciones óptimas, no minimalistas. Y descubrimos el inmenso tesoro de fe y cultura en el cual participar—un tesoro que se remonta a la Iglesia primitiva que no había sido empujado a través de un filtro ideológico de los años sesenta.
Este encuentro de nuestras generaciones post-conciliares con la liturgia pre-conciliar están realmente realizando, al menos en parte, el objetivo declarado de la Constitución del Concilio Vaticano II sobre la sagrada liturgia: impartir un vigor cada vez mayor a la vida cristiana a través de una participación profunda y comprometida en la liturgia, aunque la ironía signifique esto ser la liturgia no reformada es relevante. (Esto plantea interrogantes sobre la necesidad y utilidad de reformas específicas, y desmiente a los “fundamentalistas del Vaticano II” quiénes las idolatran, pero la discusión de eso es otro tema.) Sus demandas producen una respuesta en nosotros. Encontramos que la restricción y la belleza del ritual, el silencio en el que encontramos espacio para orar interiormente, la música que no intenta imitar al mundo ni calmar las emociones sino que nos desafía y facilita la adoración de lo divino, en realidad encontramos la experiencia ritual total de lo luminoso y de lo sagrado, para edificar y nutrir.
Esta dinámica también ha cambiado la manera en que nos acercamos y celebramos los ritos litúrgicos reformados. En comparación, son ritualmente bastante agilizados, demasiado para algunos. Y ciertamente, la teología de sus textos es a veces muy diferente o disminuida. Pero su celebración ahora está siendo enriquecida por aquellos inmersos en la tradición litúrgica no reformada. El papa Benedicto habló de este “enriquecimiento mutuo” en 2007 como posible resultado de su motu proprio. Ha sido un factor creciente en la vida litúrgica de la Iglesia desde entonces. Muchos jóvenes sacerdotes hablan elocuentemente que al celebrar el usus antiquior les ha permitido celebrar el usus recentior con mayor reverencia y significado. Este nuevo enfoque y modo de celebrar los ritos modernos de manera que estén en mayor continuidad con la tradición litúrgica está, sin duda, más en consonancia con las intenciones del concilio de algunas aplicaciones e interpretaciones de él hasta ahora. Esto no aborda el problema más importante de una “corrección de la reforma litúrgica”—un punto que no desaparecerá simplemente porque la gente no le guste, sino que hace mucho para corregir las celebraciones erróneas y a veces incluso abusos en los ritos modernos que hemos experimentado con demasiada frecuencia.
Algunos exégetas están tan enfurecidos por Summorum Pontificum como lo fueron en 2007 y afirman que promueve un “tradicionalismo” que está teniendo “un efecto negativo en la aceptación de otros documentos del Vaticano II, como los del ecumenismo, el diálogo interreligioso y la actividad misionera de la Iglesia”. (Como ocurre con muchos” -ismos “, el tradicionalismo es una exageración errónea y debe evitarse). Pero si el encuentro nuevo y vivificante con la tradición litúrgica no reformada hecha posible por el papa Benedicto XVI hace diez años conduce a una reevaluación crítica de la reforma litúrgica y de la implementación de otros documentos conciliares, ¿quiénes somos nosotros para juzgarlo adversamente? Porque si esto surge de fieles laicos y clérigos católicos para quienes el rótulo de “tradicionalista” es simplemente anticuado, ¿no podría esta nueva situación en la vida de la Iglesia ser de hecho uno de los “signos de los tiempos” de nuestros días, una señal en el que las autoridades de la Iglesia puedan oír algo de lo que el Espíritu Santo está diciendo en medio de nosotros? Gracias al papa Benedicto XVI, los laicos y el clero (deberían) haber tenido acceso a la tradición litúrgica no reformada sin tener que ser cualquier otra cosa que católicos durante diez años. Los frutos de esta medida son reales y están creciendo, para el bien de toda la Iglesia.
Después de la misa del 7 de julio de 2007 celebrábamos la ordenación del joven sacerdote con mayor alegría mientras leíamos el motu proprio del papa Benedicto y la carta de acompañamiento. Este sacerdote ahora da gracias a Dios Todopoderoso por diez años de ministerio fructífero, así como la Iglesia puede dar gracias a Dios Todopoderoso por los genuinos frutos de la sabiduría paterna del papa Benedicto y una profunda visión en la promulgación de Summorum Pontificum.».
Dom Alcuin Reid, es un monje del Monastère Saint-Benoît en la diócesis de Fréjus-Toulon, Francia, y un erudito litúrgico de renombre internacional, es el autor de “El usus antiquior-Su historia y su importancia en la Iglesia después del Concilio Vaticano II” (A. Reid, ed., T&T Clark compañero de liturgia, Bloomsbury, 2016).
[Traducción de R. Linares. Dominus Est. Artículo original]
Portada: Fraternidad Sacerdotal San Pedro (FSSP)
X ANIVERSARIO SUMMORUM PONTIFICUM EN ANDALUCÍA: (23-SEP) EL OBISPO DE CÓRDOBA OFICIARÁ MISA TRADICIONAL EN LA CATEDRAL
/0 Comentarios/en Gregoriano, Liturgia tradicional, Misa gregoriana, Misa Tradicional en España, Summorum Pontificum, Una Voce Sevilla /por Una Voce Sevilla - Misa TradicionalA continuación, les ofrecemos la excelente noticia ofrecida el pasado 7 de julio por la COMISIÓN MISA TRADICIONAL ANDALUCÍA:
«En el día en que se cumple el X aniversario de la promulgación del motu proprio Summorum Pontificum por S.S. Benedicto XVI, la COMISIÓN MISA TRADICIONAL ANDALUCÍA se complace anunciarles que, con motivo de dicho aniversario y como culmen del II ENCUENTRO SUMMORUM PONTIFICUM ANDALUCÍA, el sábado 23 de septiembre a las 19:00 horas, en el Altar Mayor de la Catedral de Córdoba (España), el Excmo. y Rvdmo. Sr. D. Demetrio Fernández González, Obispo de Córdoba oficiará -D.m.- la Santa Misa según la Forma Extraordinaria del Rito Romano o también llamada Misa tradicional o gregoriana, atendiendo con ello de manera generosa la petición de celebración por nuestra Comisión. Ante ello, manifestamos nuestro más profundo agradecimiento por el gesto paternal y de acogida del Obispo de Córdoba y el Cabildo Catedral a este grupo de fieles católicos de Andalucía.
Animamos a todos a participar de tan importante celebración litúrgica y del II Encuentro Summorum Pontificum el próximo 23 de septiembre.
En próximas publicaciones daremos más detalles sobre el asunto. No obstante, pueden escribirnos a: misatradicionalandalucia@gmail.com o consultar el blog Misa tradicional Andalucía.».
La COMISIÓN MISA TRADICIONAL ANDALUCÍA fue constituida el 04 de junio del año del Señor de 2016 en Montilla (Córdoba), ante las reliquias del apóstol de Andalucía, San Juan de Ávila, y en el marco de la celebración del I Encuentro Summorum Pontificum Andalucía, con el objetivo de unir y coordinar a las distintas asociaciones y grupos de fieles existentes en Andalucía amantes del tesoro litúrgico tradicional de la Iglesia Católica que, en concreto, promueven en sus respectivas diócesis la celebración de la Misa tradicional o gregoriana.
Con la carta apostólica motu proprio data “Summorum Pontificum”, promulgada el 7 de julio de 2007, y que entró en vigor el 14 de septiembre de ese mismo año, el Santo Padre Benedicto XVI promulgó una ley universal para la Iglesia con el fin de reglamentar el uso de la Liturgia romana anterior a la reforma efectuada en 1970, haciendo con ello más accesible a la Iglesia universal la riqueza de esta liturgia también llamada tradicional o gregoriana, e ilustrando de forma autorizada las razones de su decisión en la Carta a los obispos que acompañaba la publicación del referido motu proprio. Desde entonces, la celebración de la Misa tradicional, conforme a Summorum Pontificum, se ha extendido a casi todas las diócesis de Andalucía, con el beneplácito de sus obispos y el crecimiento de fieles que la demandan.
“Lo que para las generaciones anteriores era sagrado, también para nosotros permanece sagrado y grande y no puede ser improvisamente totalmente prohibido o incluso perjudicial. Nos hace bien a todos conservar las riquezas que han crecido en la fe y en la oración de la Iglesia y de darles el justo puesto” (Benedicto XVI. Carta a los Obispos que acompaña al motu proprio Summorum Pontificum)
X ANIVERSARIO SUMMORUM PONTIFICUM (2007-2017): EL RESURGIMIENTO DE LA MISA TRADICIONAL
/0 Comentarios/en Liturgia tradicional, Misa gregoriana, Misa Tradicional en el mundo, Summorum Pontificum, Una Voce Sevilla /por Una Voce Sevilla - Misa TradicionalEn el día en que se cumple el X aniversario de la promulgación del motu proprio Summorum Pontificum por S.S. Benedicto XVI, mediante el cual el Vicario de Cristo normalizaba el uso de la liturgia romana anterior a la reforma de 1970, y en concreto la celebración de la Santa Misa según el Rito Romano tradicional, la Asociación Una Voce Sevilla quiere ofrecer a sus lectores y amigos, como conmemoración y resumen de lo que ha significado para la Iglesia católica una década de vigencia Summorum Pontificum, unas palabras proféticas del poeta y ensayista italiano Tito Casini (1897-1987), publicadas en un artículo de 1976, que traducimos a continuación al español, y que podemos titular como: «Oda al resurgimiento de la Misa tradicional«:
«Resurgirá, sin duda alguna, […] la Misa resurgirá, como les digo a tantos que vienen a mí para lamentarse (y lo hacen, a veces, llorando). A quien me pregunta cómo puedo estar tan seguro de ello, le contesto (como poeta, si les parece) llevándolo a mi balcón y mostrándole el sol … Pronto anochecerá, y allí, en la iglesia de Santo Domingo [en Fiesole], los frailes cantarán vísperas: Iam sol recedit igneus. Pero, en pocas horas, esos mismos dominicos amigos míos cantarán prima: Iam lucis orto sidere, y así todos los días.
El sol, en efecto, se levantará nuevamente, volverá a resplandecer después de la noche para alegrar la tierra desde el cielo, porque … porque es el sol, y Dios lo dispuso así para nuestra vida y consuelo. Por lo tanto, añado que es y será igual con la Misa. La Misa que es nuestra, católica, de todos los tiempos y todos los pueblos: nuestro sol espiritual, tan hermoso, tan santo y tan santificante. La visión espeluznante de los murciélagos, salidos [de sus escondrijos] con la Reforma, [que creen] que su hora, la hora de las tinieblas, no terminará.
Recuerdo también que en este amplio balcón de mi casa estuvimos varios, hace algunos años, contemplando un eclipse total de sol. Recuerdo, y casi lo siento de nuevo, la sensación de frialdad, de tristeza y casi de desilusión al mirar, al sentir que el aire se oscurecía y helaba poco a poco. Recuerdo la ciudad en silencio, mientras las golondrinas … mientras los pájaros desaparecían, asustados, y los repugnantes quirópteros aparecían volando en el cielo.
Al que dijo, cuando el sol se hubo cubierto del todo: ¿Y si ya no se volviera a ver más?, pensamiento al que nadie respondió, casi como si no se hubieran dado cuenta de la intención jocosa con que lo dijo … El sol se vuelve a ver. De hecho, el sol se levanta de nuevo tras una breve noche, tan radiante como antes y, al parecer, aún más, mientras el aire se vuelve a poblar de golondrinas y los murciélagos regresan a sus guaridas.
Como antes, luminosa y bella, y sin embargo siendo la misma, el sol se ve mayor de lo que era, como en la ley leopardiana del placer como fruto del abandono, o en la parábola evangélica de la dracma perdida y encontrada.
Como antes, pero con más grandeza que antes: así será con la Misa, así será la Misa ante nuestros ojos, culpables de no haberla estimado dignamente antes del eclipse. Ante nuestros corazones culpables de no haberla amado lo suficiente«.
Fuente: Rorate Caeli
X ANIVERSARIO SUMMORUM PONTIFICUM: RELACIÓN 421 CARDENALES Y OBISPOS QUE HAN OFICIADO O PARTICIPADO EN LA LITURGIA TRADICIONAL
/0 Comentarios/en Gregoriano, Liturgia tradicional, Misa gregoriana, Misa Tradicional en el mundo, Summorum Pontificum, Una Voce Sevilla /por Una Voce Sevilla - Misa TradicionalA continuación, les ofrecemos el listado, elaborado por el blog Acción Litúrgica, de los 421 Cardenales y Obispos de todo el mundo, que han oficiado o asistido a la liturgia según la Forma Extraordinaria del Rito Romano o tradicional, tras la entrada en vigor del motu proprio Summorum Pontificum de S.S. Benedicto XVI el 7 de julio de 2007, que normalizó el uso de la Misa tradicional en el seno de la Iglesia, y del que en estos días se cumplirá una década de vigencia y abundantes frutos espirituales.
La ASOCIACIÓN UNA VOCE SEVILLA quiere dejar constancia pública de su profundo agradecimiento a todos ellos.
ALEMANIA: Cardenal Brandmüller (Presidente Emérito del Pontificio Consejo de Ciencias Históricas). Obispos Ackermann (Obispo de Tréveris), Dick (Obispo Auxiliar Emérito de Colonia), Hanke (Obispo de Eichsttät), Ipolt (Obispo de Görlitz), König (Obispo Auxiliar de Paderborn), Mixa (Obispo de Augsburgo), Ostermann (Obispo Auxiliar Emérito de Münster), Overbeck (Obispo de Essen), Zdarsa (Obispo de Augsburgo), y Ziegelbauer (Obispo Auxiliar de Augsburgo) .
ARGENTINA: Obispos Baseotto (Obispo Emérito Castrense de Argentina), Fenoy (Obispo de San Miguel), Laise (Obispo Emérito de San Luis), y Sánchez Sorondo (Canciller de la Pontificia Academia de Ciencias).
AUSTRALIA: Cardenal Pell (Arzobispo de Sidney). Arzobispos Coleridge (Arzobispo de Brisbane), Hart (Arzobispo de Melbourne), Hickey (Arzobispo de Perth) y Wilson (Arzobispo de Adelaide). Obispos Elliot (Obispo Auxiliar de Melbourne), Grech (Obispo de Sandhurst, +2010), Jarret (Obispo de Lismore, emérito en 2016), Long (Obispo Auxiliar de Melbourne), Mathys (Obispo de Armidale), Porteus (Obispo Auxiliar de Sidney), Prowse (Obispo de Sale), y Tomlinson (Obispo de Sandhurst).
AUSTRIA: Cardenal Stickler (Archivero Emérito de la Santa Sede, +2007). Obispos Fischer (Obispo Emérito de Feldkirch) y Laun (Obispo Auxiliar de Salzsburgo).
GUINEA CONAKRI: Cardenal Sarah (Prefecto para el Culto Divino).
MAURICIO: Obispo Piat (Obispo de Port-Louis; nombrado cardenal en 2016).
TAIWAN: Obispo Liu Tan-Kuei (Obispo Emérito de Hsinchu).
CARD. SARAH: REFLEXIONES SOBRE CÓMO DEBERÍA APLICARSE, EN LA UNIDAD Y LA PAZ, SUMMORUM PONTIFICUM
/0 Comentarios/en Gregoriano, Liturgia tradicional, Misa gregoriana, Misa Tradicional en el mundo, Summorum Pontificum, Una Voce Sevilla /por Una Voce Sevilla - Misa TradicionalEl próximo 7 de julio se cumplirá el X aniversario de la promulgación de la Carta Apostólica motu proprio data “Summorum Pontificum” por S.S. Benedicto XVI, mediante la cual el Vicario de Cristo “ha hecho más accesible a la Iglesia universal la riqueza de la Liturgia romana según el usus antiquior, “considerada como un tesoro precioso que hay que conservar” y “ofrecer a todos los fieles» [i]
En el marco de las celebraciones de este aniversario, el cardenal Robert Sarah, prefecto de la Sagrada Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, se pronunció recientemente en el XVIII Encuentro Litúrgico de Colonia, invitado por varias asociaciones eclesiales, entre ellas Una Voce Alemania. En su mensaje el cardenal Sarah realizó unas importantes reflexiones «sobre la manera en que debería aplicarse, en la unidad y en la paz, el motu proprio Summorum Pontificum.», y que a continuación ofrecemos íntegramente a nuestros lectores:
«Restaurar la liturgia
Como bien sabéis, lo que se llamó, a principios del siglo XX, el «movimiento litúrgico», respondía a la voluntad del Papa San Pío X, expresada en el Motu proprio Tra le sollecitudini (1903), de restaurar la liturgia para hacer más accesibles sus tesoros y para que fuera, de nuevo, la fuente de una vida auténticamente cristiana. De ahí la definición de la liturgia como «cumbre y fuente de la vida y de la misión de la Iglesia», presente en la Constitución sobre la Sagrada Liturgia Sacrosanctum Concilium del Concilio Vaticano II (n. 10).
No repetiremos nunca suficientemente que la liturgia, como cumbre y fuente de la Iglesia, encuentra su fundamento en Cristo mismo. Efectivamente, Nuestro Señor Jesucristo es el único y definitivo Sumo Sacerdote de la Alianza Nueva y Eterna, porque él mismo se ha ofrecido en sacrificio y quiere «que seamos santificados por la ofrenda única del cuerpo de Cristo Jesús» (cfr. He 10, 14). Del mismo modo, como declara el Catecismo de la Iglesia Católica: «Es el Misterio de Cristo lo que la Iglesia anuncia y celebra en su liturgia a fin de que los fieles vivan de él y den testimonio del mismo en el mundo» (n. 1068). Es en el marco del «movimiento litúrgico», del que uno de sus más bellos frutos fue la Constitución Sacrosanctum Concilium, donde conviene considerar el Motu proprio Summorum Pontificum del 7 de julio de 2007, cuyo décimo aniversario celebramos con gran alegría y acción de gracias este año. Podemos, por lo tanto, afirmar que el «movimiento litúrgico» iniciado por el Papa San Pío X nunca se ha interrumpido, y que sigue vigente hoy en día gracias al nuevo impulso que le confirió el Papa Benedicto XVI.
A este respecto, podemos mencionar el cuidado especial y la atención personal que éste demostraba cuando celebraba la Sagrada Liturgia; sus referencias continuas en sus discursos a su centralidad en la vida de la Iglesia; y, por último, sus dos documentos magisteriales: Sacramentum Caritatis y Summorum Pontificum. En otras palabras, lo que llamamos «aggiornamento litúrgico [puesta al día]» ha sido, de alguna manera, completado por el Motu proprio Summorum Pontificum del Papa Benedicto XVI.
¿De qué se trata? El Papa emérito establece la distinción entre dos formas del mismo rito romano: una forma llamada «ordinaria«, que corresponde a los textos litúrgicos del Misal romano revisado siguiendo las indicaciones del Concilio Vaticano II, y una forma denominada «extraordinaria«, que corresponde a la liturgia anterior al aggiornamento litúrgico. Por consiguiente, actualmente en el rito romano o latino hay dos Misales en vigor: el del Beato Papa Pablo VI, cuya tercera edición data del año 2002, y el de San Pío V, cuya última edición, promulgada por San Juan XXIII, se remonta a 1962.
Por un mutuo enriquecimiento
En la Carta a los obispos que acompañaba el Motu proprio, el Papa Benedicto XVI precisaba claramente que su decisión de que coexistieran los dos misales no tenía como finalidad, solamente, satisfacer el deseo de determinados grupos de fieles apegados a las formas litúrgicas anteriores al Concilio Vaticano II, sino también permitir el enriquecimiento mutuo de las dos formas del mismo rito romano, es decir: no sólo su coexistencia pacífica, sino la posibilidad de perfeccionar ambas poniendo en evidencia los mejores elementos que las caracterizan.
En particular escribía que «las dos Formas del uso del Rito romano pueden enriquecerse mutuamente: en el Misal antiguo se podrán y deberán inserir nuevos santos y algunos de los nuevos prefacios… En la celebración de la Misa según el Misal de Pablo VI se podrá manifestar, en un modo más intenso de cuanto se ha hecho a menudo hasta ahora, aquella sacralidad que atrae a muchos hacia el uso antiguo«. Es, por lo tanto, en estos términos que el Papa emérito manifestaba su deseo de relanzar el «movimiento litúrgico».
En las parroquias donde el Motu proprio ha sido puesto en marcha, los párrocos testimonian un mayor fervor entre los fieles y los sacerdotes, como el propio padre Rodheudt puede atestiguar. Se ha observado también una repercusión y una evolución espiritual positiva en la manera de vivir las celebraciones eucarísticas según la forma ordinaria, sobre todo el redescubrimiento de actitudes de adoración hacia el Santísimo Sacramento: arrodillarse, genuflexión y, también, un mayor recogimiento caracterizado por ese silencio sagrado que debe marcar los momentos importantes del Santo Sacrificio de la misa para permitir a los sacerdotes y a los fieles interiorizar el misterio de la fe que se está celebrando.
Es cierto que es necesario impulsar la formación litúrgica y espiritual. Del mismo modo, es necesario promover una pedagogía perfectamente ajustada para superar un cierto «rubricismo» demasiado formal al explicar los ritos del Misal tridentino a quienes no lo conocen, o lo conocen de una manera demasiado limitada y, a veces, … parcial. Para ello, es necesario y urgente poner a punto un misal bilingüe latín-lengua vernácula, en vista de una participación plena, consciente, íntima y más fructífera de los fieles en las celebraciones eucarísticas.
Es muy importante también resaltar la continuidad entre los dos Misales mediante catequesis litúrgicas apropiadas… Muchos sacerdotes, conscientes de trabajar para la renovación litúrgica, declaran que se trata de una tarea estimulante y hacen sus aportaciones al «movimiento litúrgico», tal como decíamos antes, es decir, a la renovación espiritual y mística y, por lo tanto, misionera, querida por el Concilio Vaticano II, y a la que nos llama con fuerza el Papa Francisco.
Por consiguiente, la liturgia debe reformarse siempre para ser más fiel a su esencia mística. Pero la mayor parte del tiempo esta «reforma», que ha sustituido a la verdadera «restauración» deseada por el Concilio Vaticano II, se ha realizado con un espíritu superficial y basándose en un único criterio: suprimir a toda costa una herencia que es percibida como totalmente negativa y superada, con el fin de abrir un abismo entre el antes y el después del Concilio.
Ahora bien, basta retomar la Constitución sobre la Sagrada Liturgia y leerla honestamente, sin traicionar su sentido, para ver que el verdadero objetivo del Concilio Vaticano II no era poner en marcha una reforma que se convirtiera en ocasión de ruptura con la Tradición, sino más bien lo contrario: reencontrar y confirmar la Tradición en su significado más profundo. De hecho, lo que llamamos la «reforma de la reforma» y que tal vez deberíamos llamar, más apropiadamente, «el enriquecimiento mutuo de los ritos», por utilizar una expresión del magisterio de Benedicto XVI, es una necesidad ante todo espiritual. Y atañe, es evidente, a las dos formas del rito romano.
La atención particular que hay que aportar a la liturgia, la urgencia de tener en alta estima y de trabajar en su belleza, su sacralidad y el mantenimiento del justo equilibrio entre fidelidad a la Tradición y legítima evolución y, por lo tanto, el rechazo absoluto y radical de toda hermenéutica de discontinuidad y ruptura: estos son el corazón y los elementos esenciales de toda liturgia cristiana auténtica.
El cardenal Joseph Ratzinger ha repetido incansablemente que la crisis que sacude a la Iglesia, cincuenta años después, sobre todo después del Vaticano II, está vinculada a la crisis de la liturgia y, por consiguiente, a la falta de respeto, a la desacralización y la eliminación de los elementos esenciales del culto divino. «Estoy convencido que la crisis de la Iglesia que vivimos hoy en día está muy vinculada a la desintegración de la liturgia«, escribía en Mi vida. Recuerdos (1927-1977).
Ciertamente, el Concilio Vaticano II quiso promover una participación mayor del pueblo de Dios y acrecentar de día en día la vida cristiana entre los fieles cristianos (cfr. Sacrosanctum Concilium, n. 1) y se han llevado a cabo iniciativas hermosas en este sentido. No obstante, no podemos cerrar los ojos ante el desastre, la devastación y el cisma que los promotores modernos de una liturgia viva han provocado al remodelar la liturgia de la Iglesia según sus propias ideas. Se han olvidado que el acto litúrgico es no sólo una oración, sino también y sobre todo un misterio en el que se realiza, para nosotros, algo que nosotros no podemos comprender plenamente, pero que debemos aceptar y recibir con fe, amor, obediencia y un silencio adorante. Es éste el verdadero significado de la participación activa de los fieles. No se trata sólo de una actividad únicamente externa, de un repartir papeles o funciones dentro de la liturgia, sino más bien de una receptividad intensamente activa: la recepción es, en Cristo y con Cristo, la ofrenda humilde de sí mismo en la oración silenciosa y con una actitud plenamente contemplativa.
La grave crisis de fe, no sólo a nivel de los fieles cristianos, sino también y sobre todo de muchos sacerdotes y obispos, nos ha hecho incapaces de comprender la liturgia eucarística como un sacrificio, como el acto idéntico, llevado a cabo una vez por todas por Jesucristo, haciendo presente el Sacrificio de la Cruz de manera incruenta, en toda la Iglesia, a través de los tiempos, los lugares, los pueblos y las naciones. A menudo tenemos la tendencia sacrílega a reducir la Santa Misa a una simple comida «comunitaria», a la celebración de una fiesta profana y a una autocelebración de la comunidad o, peor aún, a una diversión monstruosa contra la angustia de un vida que ya no tiene sentido o por el miedo de encontrarse con Dios cara a cara, puesto que su mirada nos obliga a quitar el velo y a mirar con verdad y sin esconderse la fealdad de nuestra interioridad.
Pero la Santa Misa no es una diversión. Es el sacrificio vivo de Cristo muerto en la Cruz para liberarnos del pecado y de la muerte en vista de revelar el amor y la gloria de Dios Padre. Muchos ignoran que la finalidad de toda celebración es la gloria y la adoración de Dios, la salvación y la santificación de los hombres porque, en la liturgia, «Dios es perfectamente glorificado y los hombres santificados» (Sacrosanctum Concilium, n. 7). La mayoría de los fieles -incluidos sacerdotes y obispos- ignoran esta enseñanza del Concilio. Como ignoran también que los verdaderos adoradores de Dios no son aquellos que, según sus ideas y creatividad, reforman la liturgia con la intención de hacer de ella algo que guste al mundo, sino que son los que, con el Evangelio, reforman en profundidad el mundo para que éste acceda a una liturgia que sea el reflejo de la liturgia que se celebra desde toda la eternidad en la Jerusalén celestial. Como ha subrayado a menudo Benedicto XVI, en la raíz de la liturgia se encuentra la adoración y, por consiguiente, Dios. Desde entonces, es necesario reconocer que la grave y profunda crisis que afecta a la liturgia y a la Iglesia desde el Concilio es debida al hecho de que su centro ya no es Dios y su adoración, sino los hombres y su pretendida capacidad de «hacer» algo para estar ocupados durante las celebraciones eucarísticas.
Incluso ahora, un número importante de eclesiásticos subestiman la gran crisis que atraviesa la Iglesia: relativismo en la enseñanza doctrinal, moral y disciplinaria; abusos graves; desacralización y banalización de la Santa Liturgia; visión puramente social y horizontal de la misión de la Iglesia. Muchos creen y afirman en voz alta que el Concilio Vaticano II suscitó una verdadera primavera en la Iglesia. Mientras tanto, un número cada vez mayor de eclesiásticos consideran esa «primavera» como un rechazo, una renuncia a su herencia multisecular o incluso como un cuestionamiento radical de su pasado y su Tradición.
Se reprocha a la Europa política el haber abandonado o negado sus raíces cristianas. Pero la primera que ha abandonado sus raíces y su pasado cristiano es, sin duda alguna la Iglesia católica post-conciliar.
Algunas Conferencias Episcopales se han negado incluso a traducir fielmente el texto original latino del Misal romano. Otras reclaman el derecho a que cada Iglesia local pueda traducir el Misal romano, no según la herencia sagrada de la Iglesia y siguiendo el método y los principios indicados por Liturgiam authenticam, sino según las fantasías, las ideologías y las expresiones culturas susceptibles, se dice, de ser comprendidas y aceptadas por el pueblo. Pero el pueblo desea ser iniciado en el lenguaje sagrado de Dios. También el Evangelio y la Revelación son «reinterpretados», «contextualizados» y adaptados a la cultura occidental decadente.
En 1968, el obispo de Metz (Francia) escribía en su boletín diocesano una terrible barbaridad que era la voluntad y expresión de una ruptura total con el pasado de la Iglesia. Según este obispo, debemos incluso replantear la concepción misma de la salvación traída por Jesucristo, puesto que la Iglesia apostólica y las comunidades cristianas de los primeros siglos del cristianismo no habían entendido nada del Evangelio. Sólo a partir de nuestra época hemos comprendido el plan de salvación de Jesús. He aquí la osada y sorprendente afirmación del obispo de Metz [Paul Joseph Schmitt, n.n.]: «La transformación del mundo (mutación de la civilización) enseña e impone un cambio en la concepción misma de la salvación traída por Jesucristo; dicha transformación nos revela que el pensamiento de la Iglesia sobre el plan de Dios era, antes de la transformación actual, insuficientemente evangélico… Ninguna época ha sido capaz de entender el ideal evangélico de vida fraternal como lo ha sido la nuestra» (citado por Jean Madiran, L’hérésie du XXe siècle, Nouvelles Editions Latines (NEL), 1968).
Con una visión como ésta, no son de extrañar las devastaciones, las destrucciones y la guerra que vinieron a continuación y que persisten actualmente a nivel litúrgico, doctrinal y moral: la pretensión es que ninguna época como la nuestra ha sido capaz de comprender el «ideal evangélico». Muchos se niegan a mirar a la cara la obra de autodestrucción que la propia Iglesia está llevando a cabo mediante la demolición planificada de sus fundamentos doctrinales, litúrgicos, morales y pastorales. Mientras las voces de eclesiásticos de alto rango se multiplican repitiendo obstinadamente evidentes errores doctrinales, morales y litúrgicos, ya condenados cientos de veces, y trabajan para destruir la poca fe que queda en el pueblo de Dios; mientras que la barca de la Iglesia, inundada por las olas, surca el mar tempestuoso de este mundo decadente, un número creciente de eclesiásticos y fieles grita: «Tout va très bien, Madame la Marquise! [Todo va muy bien, Señora Marquesa]» [es la frase irónica de una canción cómica de los años 30 en la que los empleados de una mujer noble la informan de una serie de catástrofes].
Pero la realidad es muy distinta. Efectivamente, como decía el cardenal Ratzinger: «Los Papas y los Padres conciliares esperaban una nueva unidad católica y ha sobrevenido una división tal que –en palabras de Pablo VI– se ha pasado de la autocrítica a la autodestrucción. Se esperaba un nuevo entusiasmo, y se ha terminado con demasiada frecuencia en el hastío y en el desaliento. Esperábamos un salto hacia delante, y nos hemos encontrado ante un proceso progresivo de decadencia que se ha desarrollado en buena medida bajo el signo de un presunto ‘espíritu del Concilio’, provocando de este modo su descrédito” (Joseph Ratzinger, Informe sobre la fe). «Nadie hoy en día se atreve honesta y seriamente a contestar las manifestaciones de crisis y de guerra litúrgicas a las que nos ha llevado el Concilio Vaticano II» (Joseph Ratzinger, Teoría de los principios teológicos, 1985).
Hoy procedemos a fragmentar y demoler el Santo Missale Romanum al abandonarlo en manos de las diversidades culturales y los fabricantes de textos litúrgicos. Me alegro de poder felicitar, aquí, el trabajo enorme y maravilloso realizado a través de Vox Clara por las Conferencias Episcopales de lengua inglesa y las Conferencias Episcopales de lengua española y coreana, etc., que han traducido el Missale Romanum fielmente y en perfecta conformidad con las indicaciones y principios de Liturgiam authenticam. La Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos les ha otorgado la recognitio.
Una guerra litúrgica
Tras la publicación de mi libro Dios o nada, me han preguntado acerca de esta «guerra litúrgica» que, demasiado a menudo, divide a los católicos desde hace decenios. He afirmado que se trata de una aberración, pues la liturgia es el ámbito por excelencia donde los católicos deberían hacer experiencia de unidad en la verdad, la fe y el amor; en consecuencia, es inconcebible celebrar la liturgia teniendo en el corazón sentimientos de lucha fratricida y rencor.
Hablando de esto, ¿acaso Jesús no pronunció unas exigentes palabras sobre la necesidad de reconciliarse con el propio hermano antes de presentar la ofrenda en el altar? (cfr. Mt 5, 23-24). Porque «la Liturgia misma impulsa a los fieles a que, saciados ‘con los sacramentos pascuales’, sean ‘concordes en la piedad’; ruega a Dios que ‘conserven en su vida lo que recibieron en la fe’, y la renovación de la Alianza del Señor con los hombres en la Eucaristía enciende y arrastra a los fieles a la apremiante caridad de Cristo. Por tanto, de la Liturgia, sobre todo de la Eucaristía, mana hacia nosotros la gracia como de su fuente y se obtiene con la máxima eficacia aquella santificación de los hombres en Cristo y aquella glorificación de Dios, a la cual las demás obras de la Iglesia tienden como a su fin» (Sacrosanctum Concilium, n. 10).
En este «cara a cara» con Dios que es la liturgia, nuestro corazón debe estar purificado de toda enemistad, lo que supone que cada uno debe ser respetado en su propia sensibilidad. Esto significa, concretamente, que si por una parte es necesario reafirmar que el Concilio Vaticano II nunca ha exigido que se haga tabula rasa del pasado, lo que implicaría abandonar el Misal llamado de San Pío V, que ha generado tantos santos -nombramos sólo estos tres admirables sacerdotes que son San Juan María Vianney, el cura de Ars; San Pío de Pietrelcina y San Josemaría Escrivá de Balaguer-, al mismo tiempo es esencial promover la renovación litúrgica deseada por el mismo Concilio y, por consiguiente, los libros puestos al día tras la publicación de la Constitución Sacrosanctum Concilium, en concreto el Misal llamado del Beato Papa Pablo VI.
Y yo añado que lo más importante, ya sea que se celebre según la forma ordinaria o la extraordinaria, es proporcionar a los fieles lo que necesitan: la belleza de la liturgia, su sacralidad, el silencio, el recogimiento, la dimensión mística y la adoración. La liturgia tiene que ponernos cara a cara con Dios en una relación personal y de intensa intimidad. Debe favorecer que nos sumerjamos en la intimidad de la Santísima Trinidad.
Hablando del usus antiquior en su Carta de acompañamiento de Summorum Pontificum, el Papa Benedicto escribe que inmediatamente «después del Concilio Vaticano II se podía suponer que la petición del uso del Misal de 1962 se limitaría a la generación más anciana que había crecido con él, pero desde entonces se ha visto claramente que también personas jóvenes descubren esta forma litúrgica, se sienten atraídos por ella y encuentran en la misma una forma, particularmente adecuada para ellos, de encuentro con el Misterio de la Santísima Eucaristía».
Se trata de una realidad ineludible, verdadero signo de nuestro tiempo. Cuando los jóvenes están ausentes de la Santa Liturgia debemos preguntarnos: ¿por qué? Debemos vigilar que las celebraciones según el usus recentior también faciliten este encuentro, que guíen a la gente por el camino de la via pulchritudinis que lleva a Cristo vivo y a la obra de su Iglesia a través de sus ritos sagrados. Efectivamente, la Eucaristía no es una especie de «cena entre amigos», una comida «comunitaria» de la comunidad, sino un Misterio sagrado, el gran Misterio de nuestra fe, la celebración de la Redención llevada a cabo por Nuestro Señor Jesucristo, la conmemoración de la muerte de Jesús sobre la Cruz para librarnos de nuestros pecados. Es conveniente, por lo tanto, celebrar la Santa Misa con la belleza y el fervor de un Santo Cura de Ars, de un Padre Pío o de un Josemaría, y es la condición sine qua non para alcanzar «desde arriba», si se me permite decirlo así, una reconciliación litúrgica (cfr. entrevista en el portal católico Aleteia, 4 de marzo de 2015).
Rechazo con firmeza, por tanto, que dediquemos nuestro tiempo a oponer una liturgia a la otra, o el Misal de San Pío V al del Beato Pablo VI. Se trata más bien de entrar en el gran silencio de la liturgia, dejándose enriquecer por todas las formas litúrgicas, ya sean latinas u orientales. De hecho, sin esta dimensión mística del silencio y sin un espíritu contemplativo, la liturgia seguirá siendo ocasión de rupturas causadas por el odio, de enfrentamientos ideológicos y de humillaciones públicas de los débiles por parte de quienes pretenden tener la autoridad, en lugar de ser el lugar de nuestra unidad y de nuestra comunión en el Señor. Por lo tanto, en lugar de enfrentarnos y detestarnos, la liturgia debería unirnos en la fe y en el verdadero conocimiento del Hijo de Dios, en una humanidad perfecta, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo… y, viviendo en la verdad del amor, creceremos en Cristo para elevarnos en todas las cosas hasta Él, que es la cabeza (cf. Ef 4, 13-15) [cfr. entrevista a La Nef, octubre de 2016].
Como bien saben ustedes, el gran liturgista alemán monseñor Klaus Gamber (1919–1989) utilizaba la palabra Heimat [hogar, en alemán] para designar esta casa común o «pequeña patria» de los católicos reunidos alrededor del Santo Sacrificio. El sentido de lo sagrado que impregna e irriga los ritos de la Iglesia es la inseparable correlación de la liturgia. Ahora bien, en estos últimos decenios, numerosos fieles han sido maltratados y profundamente turbados por celebraciones marcadas por un subjetivismo superficial y devastador, hasta el punto de que ya no reconocen su Heimat, su casa común, mientras que los jóvenes ¡nunca la han conocido! ¡Cuántos se han ido de puntillas, sobre todo los más insignificantes y los más pobres entre ellos! Se han convertido en una especie de «apátridas litúrgicos». El «movimiento litúrgico», al que están asociadas las dos formas, desea devolverles su Heimat para, así, introducirles de nuevo en su casa común, pues sabemos muy bien que en su obra de teología sacramental, el cardenal Joseph Ratzinger, mucho antes de la publicación de Summorum Pontificum, había puesto en evidencia que la crisis de la Iglesia y, por consiguiente, la crisis y debilitamiento de la fe, provienen en gran parte de la manera como tratamos la liturgia, según el antiguo adagio: lex orandi, lex credendi.
En el prefacio de la obra magistral de monseñor Gamber, Die Reform der römischen Liturgie [La reforma de la liturgia romana] el futuro Papa Benedicto XVI afirmaba lo siguiente:
«Recientemente un joven sacerdote me decía: necesitaríamos, hoy en día, un nuevo movimiento litúrgico. Era la expresión de un preocupación que, actualmente, sólo unos espíritus voluntariamente superficiales podrían ignorar. Lo que le importaba a este sacerdote no era conquistar nuevas y audaces libertades: ¿qué libertad no nos hemos tomado arrogantemente todavía? Él pensaba que necesitamos un nuevo comienzo que provenga de la intimidad de la liturgia, tal como había querido el movimiento litúrgico cuando estaba en el apogeo de su verdadera naturaleza, cuando no se trataba de fabricar textos, de inventar acciones y formas, sino de redescubrir el centro vivo, penetrar en el tejido propiamente dicho de la liturgia, para que su celebración surja de su propia sustancia.
»La reforma litúrgica, en su realización concreta, se ha alejado cada vez más de este origen. El resultado no ha sido una reanimación, sino una devastación. Por un lado, tenemos una liturgia que ha degenerado en espectáculo, en el que intentamos que la religión sea interesante mediante invenciones a la moda y provocadoras máximas morales, con éxitos momentáneos en el grupo de fabricantes litúrgicos, y una actitud aun más evidente de retroceso por parte de quienes forman parte de ese grupo que busca en la liturgia, no el ‘maestro de ceremonias’ espiritual, sino el encuentro con el Dios vivo ante el cual todo ‘hacer’ se convierte en insignificancia, puesto que sólo este encuentro es capaz de hacernos acceder a las verdaderas riquezas del ser.
»Por el otro lado, tenemos la conservación de las formas rituales cuya grandeza sigue emocionándonos pero que, llevada al extremo, manifiesta un aislamiento tenaz, dejando al final sólo tristeza. Ciertamente, entre estos dos polos hay muchos sacerdotes y fieles que celebran la nueva liturgia con respeto y solemnidad; pero son puestos en entredicho por la contradicción entre los dos extremos. Y la falta de unidad interna en la Iglesia hace que al final su fidelidad, equivocadamente en muchos casos, aparezca como una simple variedad personal de neo-conservadurismo.
»Ante esta situación se necesita un nuevo impulso espiritual para que la liturgia sea de nuevo, para nosotros, una actividad comunitaria de la Iglesia, arrancada de la arbitrariedad. No podemos ‘fabricar’ un movimiento litúrgico de este tipo -como tampoco podemos ‘fabricar’ algo vivo-, pero podemos contribuir a su desarrollo esforzándonos en asimilar de nuevo el espíritu de la liturgia y defendiendo públicamente lo que hemos recibido».
Creo que esta larga cita, tan oportuna y clara, debería interesarles al iniciar este Coloquio, pues contribuye a lanzar su reflexión sobre «la fuente del mañana» («die Quelle der Zukunft») del Motu proprio Summorum Pontificum. Efectivamente, déjenme que les transmita una convicción que tengo desde hace mucho tiempo: la liturgia romana reconciliada en sus dos formas, «fruto ella misma de un desarrollo», según la expresión de otro gran liturgista alemán, Joseph Jungmann (1889-1975), puede iniciar el proceso definitivo del «movimiento litúrgico» que tantos sacerdotes y fieles esperan desde hace tiempo. ¿Por dónde empezar? Me permito proponerles tres pistas que resumo en estas tres letras: SAF, es decir, Silencio-Adoración-Formación.
Ante todo, el silencio sagrado, sin el cual no podemos encontrar a Dios. En mi obra La fuerza del silencio, escribo: «En el silencio el hombre solamente adquiere su dignidad y su grandeza si se arrodilla para escuchar y adorar a Dios» (n. 66).
Después, la adoración; a este respecto, comparto mi experiencia espiritual también en La fuerza del silencio: «Por lo que a mí respecta, sé que los momentos más importantes de mi jornada son esas horas inigualables que paso arrodillado en la oscuridad ante el Santísimo Sacramento del Cuerpo y la Sangre de Nuestro Señor Jesucristo. Es como si estuviera sumergido en Dios y rodeado por todas partes de su presencia. Querría pertenecerle solo a Él y hundirme en la pureza de su Amor. Y, sin embargo, me doy cuenta de lo pobre que soy, de lo lejos que estoy de amar al Señor como Él me ha amado hasta entregarse por mí» (n. 54).
Por último, la formación litúrgica partiendo del anuncio de la fe o la catequesis, teniendo como referencia el Catecismo de la Iglesia Católica, lo que nos protege de posibles elucubraciones más o menos sabias de ciertos teólogos deseosos de «novedades». He aquí lo que dije a este respecto en lo que ahora es conveniente llamar, no sin un cierto sentido del humor, el Discurso de Lourdes del 5 de julio de 2016, pronunciado durante la Tercera Conferencia Internacional de la Asociación Sacra Liturgia: «La formación litúrgica es, ante todo y esencialmente, una inmersión en la liturgia, en el profundo misterio de Dios. Se trata de vivir la liturgia en todas sus dimensiones, de embriagarse bebiendo en una fuente que no apaga nunca nuestra sed de riqueza, de orden y de belleza, de silencio contemplativo, de exultación y adoración, de este poder que nos hace entrar en contacto íntimo con Aquel que está obrando en y por los ritos sagrados de la Iglesia» (Tercera Conferencia Internacional de la Asociación Sacra Liturgia, Londres, 5 de julio de 2016).
Es, por lo tanto, en este contexto global y en un espíritu de fe y de profunda comunión en obediencia a Cristo en la Cruz por lo que, humildemente, les pido aplicar con gran atención Summorum Pontificum; no como una medida negativa o retrógrada, que mira hacia el pasado, o como algo que construye muros y crea un gueto, sino como una contribución importante y verdadera para la vida litúrgica actual y futura de la Iglesia, así como para el movimiento litúrgico de nuestra época, por parte de un número cada vez mayor de personas, sobre todo jóvenes, que aportan tantas cosas verdaderas, buenas y hermosas.
Me gustaría concluir esta introducción con estas claras y luminosas palabras de Benedicto XVI, pronunciadas al final de su homilía en la Solemnidad de los Santos Pedro y Pablo de 2008: «Cuando el mundo en su totalidad se transforme en liturgia de Dios, cuando su realidad se transforme en adoración, entonces alcanzará su meta, entonces estará salvado«.
Les agradezco su benévola atención. ¡Que Dios les bendiga y colme sus vidas con su silenciosa Presencia!»
Fuente: Religión en Libertad. Traducción de Helena Faccia Serrano. Texto tomado de L’Homme Nouveau.
[i] Art. 1 y 8 a) Instrucción Universae Ecclesiae de la Pontifica Comisión Ecclesia Dei sobre la aplicación de la carta apostólica motu proprio data “Summorum Pontificum” de Su Santidad Benedicto XVI.
LA ASOCIACIÓN UNA VOCE SEVILLA PEREGRINARÁ A ROMA X ANIVERSARIO SUMMORUM PONTIFICUM (14-17 SEP.)
/0 Comentarios/en Gregoriano, Liturgia tradicional, Misa gregoriana, Misa Tradicional en el mundo, Misa Tradicional en Sevilla, Summorum Pontificum, Una Voce Sevilla /por Una Voce Sevilla - Misa TradicionalPara conmemorar el X Aniversario del Motu Proprio Summorum Pontificum de S.S. Benedicto XVI, que restableció el uso de la liturgia tradicional, del 14 al 17 de septiembre próximos tendrá lugar en Roma una Peregrinación tradicional internacional. Será una ocasión única, ante todo, para peregrinar y rezar ante la tumba del Príncipe de los Apóstoles y primer papa y participar junto a fieles de todo el orbe de la Santa Misa de siempre en la Basílica de San Pedro para, entre otras cosas, dar gracias a Dios por los frutos espirituales de tan importante documento papal. Un grupo de fieles pertenecientes a la Comisión Misa tradicional en Andalucía, entre ellos de la Asociación Una Voce Sevilla, ya han confirmado su asistencia. Para más información sobre el viaje y la peregrinación, a la que se puede unir todo el que lo desee, pueden escribir a: misatradicionalandalucia@gmail.com o asociación@unavocesevilla.info
Del programa oficial de la Peregrinación, que a continuación damos a conocer, destaca el sábado 16 de septiembre la Misa Pontifical tradicional celebrada por Su Eminencia el Cardenal Caffarra, en la Basílica de San Pedro (altar de la Cátedra).
JUEVES 14 DE SEPTIEMBRE
De 9 a 18 h. Coloquio en la Pontificia Universidad Santo Tomás de Aquino (Angelicum).
18,30 h. Vísperas de la Exaltación de la Santa Cruz, celebradas por Monseñor Georg Gänwein, Prefecto de la Casa Pontificia, en la Basílica de San Marcos Evangelista al Campidoglio (Piazza Venezia).
VIERNES 15 DE SEPTIEMBRE
16 h. Vía Crucis, conducido por los clérigos del Instituto del Buen Pastor.
19 h. Misa solemne celebrada por Monseñor Gilles Wach, Superior del Instituto de Cristo Rey Sumo Sacerdote, en la Basílica de Santa María sopra Minerva.
SÁBADO 16 DE SEPTIEMBRE
9 h. Adoración Eucarística. Chiesa Nuova.
9,45 h. Procesión por las calles de Roma, presidida por Monseñor Guido Pozzo, Secretario de la Pontificia Comisión Ecclesia Dei.
11 h. Misa Pontifical celebrada por Su Eminencia el Cardenal Caffarra, en la Basílica de San Pedro.
DOMINGO 17 DE SEPTIEMBRE
11 h. Misa de clausura de la peregrinación celebrada en Rito Dominico por el Padre Dominique-Marie de Saint-Laumer, Prior general de la Fraternidad de San Vicente Ferrer.
Con el ruego de difusíón de esta información y animándoos a participar juntos en el X aniversario de Summorum Pontificum.
UNA VOCE SEVILLA