SEVILLA: HORARIOS SEMANA SANTA MISAS Y TRIDUO SACRO TRADICIONAL-GREGORIANO
/0 Comentarios/en Barrio Santa Cruz, Gregoriano, Liturgia tradicional, Misa en latín, Misa gregoriana, Misa tradicional, Summorum Pontificum, Una Voce Sevilla /por Una Voce Sevilla - Misa TradicionalLos horarios de las celebraciones litúrgicas que se oficiarán –D.m.- durante la próxima Semana Santa en Sevilla, según el rito romano tradicional o gregoriano, en el Oratorio Escuela de Cristo , sito en el marco incomparable del Barrio de Santa Cruz y a escasa distancia de los desfiles procesionales (callejón Carlos Alonso Chaparro s/n –a la altura del nº20 de la calle Ximénez de Enciso), serán:
– DOMINGO RAMOS: 12,30 horas. Procesión de Ramos y Misa cantada.
– JUEVES SANTO: 18,00 horas. Misa solemne ´In Coena Domini´ y Hora Santa ante el Monumento.
– VIERNES SANTO: 18,00 horas. Oficios solemnes de la Pasión del Señor.
– SÁBADO SANTO: 23,00 horas. Vigilia Pascual solemne.
– DOMINGO RESURRECCIÓN: 11,00 horas. Misa cantada de Pascua.
Estos cultos litúrgicos de Semana Santa serán oficiados por el Rvdo. P. Pablo Díez Herrera (Delegado Episcopal), el abbé José Calvín Torralbo (formador en el Seminario tradicional de Wigratzbad -Alemania-) y don Manuel Pinho Sousa (seminarista), los dos últimos pertenecientes a la Fraternidad Sacerdotal San Pedro, haciendo posible que de nuevo este año se vuelva a celebrar en Sevilla el Triduo Sacro tradicional de forma solemne.
Se oficiarán según lo dispuesto por S.S. Benedicto XVI en el motu proprio Summorum Pontificum, en latín y con canto gregoriano, y son organizados por la Asociación Una Voce Sevilla.
“ Christus factus est pro nobis obédiens usque ad mortem, mortem autem Crucis”
Para más información: asociacion@unavocesevilla.info
UNA VOCE SEVILLA
ARTÍCULO RECOMENDADO: «LA LITURGIA TRADICIONAL, NORMA DE ORACIÓN, BELLEZA Y RESPETO»
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Peter Kwasniewski, nacido en 1971, es una de las figuras más destacadas del catolicismo tradicional norteamericano, sumamente vigoroso y rico en vocaciones, hoy a la vanguardia del renacimiento católico. Músico de vocación, Peter Kwasniewski ha recibido además una excelente formación en filosofía (su tesis doctoral versó sobre «El éxtasis de amor en Tomás de Aquino»), y numerosos artículos suyos sobre la liturgia tradicional han sido publicados anteriormente en esta web.
En esta ocasión, traemos a nuestros queridos lectores una interesantísima entrevista realizada recientemente al profesor Kwasniewski por el blog tradicional Paix Liturgique, de la que destacamos el mensaje que envía a las jóvenes familias católicas.

Paix liturgique – Muchos católicos ni siquiera quieren conocer la liturgia tradicional porque la consideran una cosa del pasado. ¿Usted piensa que es algo del pasado, o del presente o, tal vez, del futuro?
Peter Kwasniewski – Me parece que es un problema básico pensar la liturgia como algo exclusivamente del pasado, del presente o del futuro; por el contrario, los católicos siempre han estimado que la liturgia participaba del eterno presente de Dios, porque en la liturgia encontramos los misterios de Jesucristo, que es el eterno Sumo Sacerdote, que vive y actúa en la Iglesia en cada momento. De modo que la liturgia está siempre en el momento presente. Aunque es evidente que nos ha sido dada por Nuestro Señor en la Última Cena: es la ratificación de la Nueva Alianza, es su Sangre en la Cruz. Así, la liturgia se orienta siempre hacia el pasado, necesariamente hacia el pasado, pero también considera el futuro, la segunda venida de Cristo, la escatología de la Jerusalén celestial. En realidad, la liturgia es intemporal en todo tiempo. Una parte del problema de las revisiones litúrgicas postconciliares es, precisamente, que han intentado vincular la liturgia a una época particular, a saber, la época del hombre moderno y la modernidad, cualesquiera sean las características de esta modernidad. Por ello, ha habido un antagonismo entre la liturgia del pasado y la liturgia del presente, pero este antagonismo es totalmente ajeno a la manera católica de considerar la liturgia.
Paix liturgique – Usted ha escrito mucho sobre la trascendencia en la liturgia tradicional. ¿Cómo responde esta trascendencia de modo adecuado a las expectativas del hombre moderno, tan ocupado con las redes sociales y sin tiempo suficiente para experimentar el silencio?
Peter Kwasniewski – Me atrevería a utilizar esta metáfora: la liturgia tradicional es el alimento nutritivo, rico en vitaminas, que tanto falta al hombre moderno. Usted ha mencionado el activismo atareado: en la época moderna, hay una clara tendencia a la inmanencia; la gente está inmersa en sus actividades cotidianas y cautiva de esta trampa; casi prisionera del mundo contemporáneo. En cambio, la liturgia es una pasarela, una puerta hacia otro reino. Un reino que no aprisiona, sino que libera. Creo que la liturgia tradicional aporta un encuentro con una verdad eterna y realidades eternas que pueden salvar al hombre moderno de esta trampa, de esta prisión. Otra cosa que ha sido señalada por muchos es que la misma naturaleza de los seres humanos es extática, es decir, que quieren salir de sí mismos, quieren darse a una causa, entregarse por amor a otra persona. Hasta llegan a entregarse a una ideología. Pero existen muchos falsos éxtasis para el hombre moderno. Por ejemplo, las drogas, que, evidentemente, son uno de los grandes medios con los cuales las personas intentan evadirse, aunque sea un falso escape, dado que sólo se trata de una ilusión temporaria de liberación. Joseph Ratzinger ha hablado de esto en varias ocasiones. También los conciertos de rock, con todo tipo de experiencias pseudolitúrgicas, pseudomísticas. Y bien, a través de todo esto, la gente está en búsqueda de lo que la Iglesia siempre ha ofrecido, es decir, una verdadera experiencia mística, una verdadera comunicación de trascendencia, un verdadero éxtasis, y por eso es más urgente que nunca volver a ello.
Paix liturgique – Paix liturgique ha efectuado varias encuestas de opinión en el mundo que revelan que más del 30 % de los católicos que van a misa todos los domingos quisieran vivir su fe siguiendo el ritmo de la liturgia tradicional. ¿Esto lo sorprende? ¿Cree que los obispos diocesanos tendrían que asombrarse de esto?
Peter Kwasniewski – El 30 % me asombra… porque pienso que sería aún más si los católicos supieran lo que es la liturgia tradicional. Muchos todavía no la conocen, y en mis viajes y charlas tengo oportunidad de encontrarlos. Hay católicos que, hoy, se enteran de que existe otra liturgia distinta del Novus Ordo promulgado por Pablo VI. Y puedo entender por qué: Cincuenta años después de la propagación del Novus Ordo, la gran mayoría de los católicos no ha visto otra cosa. Por otro lado, los mismos obispos subestiman constantemente la cantidad de católicos atraídos por la tradición en todas sus manifestaciones. Quieren creer que se trata de una ínfima minoría de católicos que tienen una especie de fascinación estética o, tal vez, ganas de algo fuera de lo habitual o extravagante, como una suerte de excentricidad. Ahora bien, la gente ya no está en los paradigmas de los años 1960 y 70, donde pareciera que aún siguen atrapados los obispos. Algo que podría señalar sobre los viejos paradigmas es que la reforma litúrgica se basaba en un principio fundamental, esto es, que la única forma de acceder a la liturgia o de participar en la liturgia es a través de la comprensión verbal racional: es su principio fundamental. En consecuencia, si uno quiere que las personas comprendan todo lo que pasa durante la misa –se pensaba– hay que simplificarla, abreviarla, expresarla en lenguaje corriente, en voz alta, en voz alta en su totalidad. Todo esto al servicio de la comunicación de un contenido conceptual racional dirigido a las personas que están en los bancos de las iglesias. De hecho, es el principio que está en la base de las reformas. Pero los jóvenes de hoy, en el caso de que crean o busquen a Dios, no buscan inicialmente un contenido conceptual racional. Tal vez estudien teología más adelante, pero lo que buscan ahora es el sentimiento de que hay algo más vivo en el mundo que aquello que vemos, que vemos en los medios de comunicación, que hay algo más allá de nuestra experiencia cotidiana. Quieren que su visión se abra a algo, yo diría, celestial. ¿Existe realmente el paraíso? La liturgia debería ser una prueba de su existencia, y si no es así, la liturgia no es más que palabras. En cuyo caso, nos da más o menos lo mismo que se puede conseguir en cualquier parte, ya que el mundo está inundado de palabras. Es así: los obispos pertenecen a una generación que supone que la liturgia es una cuestión de comprensión conceptual racional. Es lo que significa la participación. Y allí pierden el tren, dado que ya no no estamos en ese estadio.

Paix liturgique – A lo largo de su vida, ¿ha visto personas que han cambiado su opinión sobre la misa tradicional, es decir, que han pasado de odiarla a amarla? ¿Y puede dar testimonio de los frutos espirituales o de los beneficios que los fieles reciben con la antigua Misa?
Peter Kwasniewski – Lo que he visto, en general, es que todo católico serio, serio en la doctrina, con una vida moralmente honesta, en su vida de oración se siente atraído por la liturgia tradicional. Cuando descubren que todo esto se encuentra a su disposición, los católicos de este tipo se sienten atraídos, porque, de hecho, viven de una manera que está de acuerdo con la liturgia tradicional. La liturgia tradicional es profundamente doctrinal, incluso dogmática, consagra los dogmas de la Iglesia, es ascética, exigente. Si uno trata de vivir una vida moralmente recta, encuentra un apoyo en la liturgia tradicional. Por lo tanto, creo que hay un vínculo natural entre una vida católica seria y la liturgia tradicional. Esta armonía existe, aun cuando es evidente que una vida católica seria puede existir de diferentes maneras, en otros contextos. Por otra parte, no veo hostilidad hacia la misa tradicional, salvo en personas que se dicen liberales o progresistas; es decir, que tienen una especie de separación que los torna ideológicamente opuestos a la misa antigua. Se oponen a ella –es interesante notarlo– porque tienen una visión del mundo dogmática, moral y cósmica de acuerdo con todo su paradigma progresista liberal. Ven en la misa tradicional una amenaza para el conjunto del «proyecto Vaticano II». Con relación a los frutos espirituales, suelo decir que no sabía realmente cómo rezar en misa antes de asistir a la misa antigua. Porque en mi experiencia de católico, suponía que la oración litúrgica era sólo un acto religioso, una suerte de va y viene superficial entre el sacerdote y el pueblo, un momento en que se cantaba una cantidad de canciones, en suma, algo que quedaba en la superficie, como el patinaje sobre hielo. Pero cuando a partir del momento en que he comenzado a asistir a la liturgia tradicional, ha sido como el buceo en alta mar: había que ponerse el equipo de buzo e ir al fondo del océano. Porque en esta liturgia hay una profundidad sin fin. Es lo que explica que yo mismo y muchos de mis amigos no nos cansemos nunca de ir a la misa tradicional, la buscamos siempre con ansia allí donde queremos ir a misa. Mientras que con el Novus Ordo, se siente mucho menos entusiasmo, lo que hace más fácil saltear la asistencia dominical, porque se sacan menos beneficios.
Paix liturgique – ¿En qué le parece que el sacrificio sacramental está mejor expresado en la misa tradicional?
Peter Kwasniewski – El Santo Sacrificio de la Misa es la representación sacramental del sacrificio que Nuestro Señor ha ofrecido de su Cuerpo y de su Sangre en la Cruz. No es simplemente una opinión, ni el punto de vista de una escuela, es la enseñanza dogmática de fide de la Iglesia en el Concilio de Trento. Así, la misa no es, en primer lugar, una comida, ni principalmente una conmemoración de la Resurrección. Sino que la misa nos pone en contacto con la Sangre salvadora y redentora de Cristo, que necesitamos para salvarnos. Es muy importante, entonces, que la liturgia de la misa nos confirme que ella es el misterio, el primer misterio. Santo Tomás dice que la Eucaristía es el Christus passus, Cristo que ha padecido por nuestros pecados, y que la liturgia nos entrega místicamente a Aquél con quien estamos verdaderamente en contacto bajo el velo del pan y del vino consagrados. Pero si la liturgia se parece a algo completamente distinto a esto, si se parece sobre todo a un banquete, a una comida fraterna, entonces nos induce al error, nos catequiza en un sentido equivocado sobre lo que hacemos juntos. En el rito antiguo, no sólo por la orientación hacia el este, que también puede existir, eventualmente, en la misa nueva, sino en todos los aspectos, el acento está puesto en el altar del sacrificio, y ello se da en todas las oraciones, en particular en la del ofertorio, en los gestos, en las ceremonias. Por supuesto, también es un banquete, pero un banquete sacrificial. Es ante todo un sacrificio, y luego, nosotros comulgamos con la víctima sacrificial. La prioridad en la misa es siempre ofrecer a Dios la oblación pura del Cordero. Constituye un privilegio, pues, si estamos en estado de gracia y podemos tomar parte en este festín sacrificial, en esta ofrenda sacrificial.
Paix liturgique – No ha habido nunca en la historia de la humanidad, tantas personas tan alejadas de su lugar de nacimiento, sea porque viven en otro país, sea simplemente porque están de viaje. La misa en latín, al posibilitar a todos tener «su» misa, incluso si se asiste en un país que no es el propio, ¿no respondería al objetivo pastoral? ¿Cree usted que la misa en latín ha contribuido con el verdadero objetivo de la «globalización» de las antiguas épocas ?
Peter Kwasniewski – No cabe duda, si se mira la civilización europea –hablo de Europa occidental, no de Europa oriental, que ha tenido su propia historia– de que la presencia del rito romano y de varios otros usos latinos vinculados al rito romano, y de la lengua latina eran fuerzas unificadoras importantes, que mantenían a las personas en comunicación unas con otras. Las artes y la vida intelectual se vieron así fertilizadas a través de todas estas variadas fronteras de lenguas y regiones. ¿No es curioso que en el siglo XX, en el momento en que el transporte aéreo permitía viajar con mayor facilidad que nunca, en que los automóviles eran omnipresentes, cuando se viajaba cada vez más, de repente, se haya decidido vernaculizar y marginar a todos los que no hacen parte de la comunidad local? En mi juventud, antes de descubrir la misa tradicional en latín, viajé mucho. Asistía al Novus Ordo en el idioma en que se celebraba en el lugar donde me encontraba, y comprendía apenas. Podía entender Amén, pero eso era casi todo. No se trata en primer lugar –como he dicho antes– de tener una comprensión racional, pero igual ¡es frustrante ir a una liturgia hecha para que la comprendan y que utiliza palabras que uno no puede comprender! Si hay una liturgia que debiera ser en latín, es el Novus Ordo, sin ello excluye a muchas personas. Pero la otra observación que me gustaría hacer, igualmente irónica, es que se constata que en el momento de la historia del mundo en que las personas saben leer y escribir más que nunca, y en que todo el mundo puede fácilmente acceder a lo que dicen las oraciones, es cuando se ha decidido: «Y bien, debemos poner todo en la lengua vernácula de todos los días, en lugar de utilizar esta lengua rica en teología, rica y poética, que las liturgias siempre han utilizado; ahora, hay que simplificar todo». Pero, ¿por qué? Esto me parece otro ejemplo de un juicio histórico erróneo y de confusión cultural por parte de los reformadores litúrgicos.
Paix liturgique – En general, la gente comienza por conocer la misa tradicional y después el canto gregoriano, pero en su caso, fue al revés. ¿Cree que la música sacra puede jugar un papel en la renovación litúrgica?
Peter Kwasniewski – ¡Totalmente! Tiene razón en decir que yo he adherido a la tradición litúrgica a través de la música sacra y, en particular, el canto gregoriano. Jamás había tenido contacto con el culto en latín antes de descubrir el canto gregoriano. Incluso, nunca había pensado en rezar en latín. Así, aun tomando conciencia del latín como idioma, las cosas se dieron a través del canto gregoriano. La belleza del canto me ha fascinado, ha embargado mi corazón, me ha inspirado. Al principio, no lo comprendía ni siquiera como lenguaje musical, pero sabía que había algo luminoso, divino, muy especial y muy diferente y que me fascinaba. Es como aquéllo de lo que hablaba Rudolf Otto: el mysterium tremendum et fascinans. Hay algo muy poderoso y de otro mundo en el canto. Al comienzo, era como un anzuelo que arrastra al pescado, a través del canto. Cuando descubrí la liturgia tradicional, lo que percibí rápidamente es lo siguiente: la liturgia tradicional ha crecido con el canto, el canto y el antiguo rito romano son como el cuerpo y el alma, juntos tienen una relación muy íntima. No hubo primero la liturgia y luego el canto como una vestidura extrínseca, sino que la liturgia romana y el canto han crecido juntos, codo a codo. El canto gregoriano es la liturgia romana cantada. Tiene la misma forma que la liturgia romana. En seguida percibí que el canto congenia, está en su casa, en la liturgia tradicional. El ritmo de la liturgia está perfectamente calculado, los cantos son lo suficientemente largos para cubrir las acciones. Hay un ajustamiento estrecho entre la música y la liturgia. También se ve esto con la polifonía: la gran polifonía pudo ser compuesta porque tenía su lugar en la liturgia; el ofertorio, por ejemplo, da cabida para que los grandes compositores escriban largos motetes para esta parte de la misa. El Novus Ordo es tan racionalista, verbal y breve que el canto gregoriano y la polifonía parecen incomodar. Se los experimenta siempre como una especie de interrupción y de atraso. Por ejemplo, si uno asiste a una misa según el Novus Ordo y el lector laico hace una lectura en lengua vernácula a la que todo el mundo responde: «Te alabamos, Señor», y luego una schola canta el gradual en latín, la sensación es muy extraña, no va para nada. Mientras que en la liturgia tradicional, existe un hermoso flujo natural donde todo coincide perfectamente. Por eso, pienso que retomar la belleza de la música sacra es casi lo mismo que retomar la liturgia tradicional, precisamente por estas razones. Esto no significa que no debamos utilizar el canto gregoriano y la polifonía en todas las liturgias, significa sencillamente que el canto sacro tiene una casa y un lugar naturales: la liturgia tradicional.
Paix liturgique – Para concluir, ¿podría dar un mensaje a las familias jóvenes que se preocupan de preservarse y de preservar la infancia de toda la confusión que reina en la sociedad actual?
Peter Kwasniewski – Diría que nada es más importante para las jóvenes familias católicas que encontrar una buena comunidad de fieles católicos con espíritu tradicional. E incluso hacer los sacrificios necesarios para llevar a su familia a misa en una iglesia así, con una comunidad de este tipo. Las familias que asisten a la liturgia tradicional quieren glorificar a Dios, santificar sus almas, ofrecer a sus hijos la belleza y la riqueza de la tradición católica, y encontrar también a otras personas con visiones similares que se convertirán en su red de apoyo y amistad. Sus hijos encontrarán a otros niños con quienes pueden jugar con toda seguridad, que no ven vídeos espantosos ni cosas de ese género. En el mundo moderno debemos ser muy realistas y no presumir que la mayoría de los lugares son lugares seguros. La mayoría de los lugares son peligrosos, desde un punto de vista moral. Yo agregaría que, desde un punto de vista intelectual, también el error y la depravación son la norma en la sociedad occidental moderna. Debemos, por lo tanto, hacer cuanto esté a nuestro alcance para encontrar comunidades donde la norma es la belleza, la oración y el respeto. Todo esto, lo encontramos en la liturgia tradicional.
Fuente: Paix Liturgique.
ARTÍCULO RECOMENDADO: «EL PROFÉTICO DISCURSO DEL PRIMER PRESIDENTE DE LA FEDERACIÓN INTERNACIONAL UNA VOCE»
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El Dr. Eric de Saventhem, primer presidente de la Federación Internacional Una Voce -en adelante FIUV-, fundada en 1966, año en que comenzó a regir el rito de la Misa reformada tras el Concilio Vaticano II, pronunció un importante discurso que ha demostrado ser una profecía de lo ha ocurrido en estas casi cinco décadas transcurridas. Los «frutos del Concilio», ostensibles para cualquiera que mire la situación de la Iglesia con una mirada no cegada por la ideología o la candidez forzada, muestran la actualidad de esas palabras que debieran ser lectura obligada para cualquiera que quiera entender las raíces de la crisis que hoy remece la barca de Pedro. El Dr. de Saventhem enuncia cuales son los fines de la FIUV, y los puntos de acción concretos (aquí destacados en negrilla) para los capítulos de Una Voce -entre ellos la Asociación Una Voce Sevilla –fundada en 2004-, que no han perdido ni un ápice de su oportunidad y pueden ser aplicados con gran provecho por cualquier coetus fidelium –grupo de fieles estable- formado en torno a la Misa tradicional.
El discurso fue pronunciado el 13 de junio de 1970 y estaba dirigido a los miembros de la Federación Internacional Una Voce reunidos en la ciudad de Nueva York con ocasión de la primera asamblea general. El original en inglés puede ser consultado aquí seguido de un colofón de 2014 escrito por James Bogle (Una Voce Australia), entonces presidente de la Federación, que también se ha ofrece en esta versión al español. La traducción y el enlace donde se ha transcrito este artículo recomendado pertenece a la web de la Asociación Litúrgica Magnificat, capítulo chileno perteneciente a la FIUV desde 1966.

Dr. Eric de Saventhem
(Foto: Wikipedia Commons)
A continuación, el discurso profético del Dr. Eric de Saventhem:
***
«Como la mayoría de ustedes sabe, Una Voce ha pasado por un tiempo de prueba. La promulgación del nuevo Ordo Missae nos enfrentó a lo que se está convirtiendo rápidamente en el problema número uno del católico leal: ¿cómo combinar la sumisión filial al Santo Padre con la crítica respetuosa pero abierta de algunos de sus actos?
En asuntos tan delicados, la primera necesidad es ser precisos tanto en nuestro pensamiento como en nuestras palabras. Cuando los delegados de las catorce asociaciones federadas de Una Voce -en la actualidad presente en más de 30 países- se reunieron en Zúrich en febrero, decidieron por unanimidad que la Federación debería esforzarse por obtener la conservación de la Misa tridentina «como uno de los ritos reconocidos en la vida litúrgica de la Iglesia universal». Pero esto no equivalía a una condena del nuevo Ordo. Que sea «para» el rito tridentino de la Misa no significa que estamos «en contra» del nuevo Ordinario de la Misa en el sentido de un rechazo absoluto hacia ella. Así como no estábamos «en contra» de la lengua vernácula cuando abogábamos por «la conservación del latín litúrgico».
En la Iglesia siempre ha existido una pluralidad de ritos reconocidos y de lenguajes litúrgicos. Pero ese «pluralismo», para usar la palabra moderna, surgió del «respeto a la Tradición»: así, el mismo San Pío V, cuando introdujo el Misal romano uniforme después del Concilio de Trento, confirmó específicamente la legitimidad de otros ritos de venerable origen y uso. Permítanme, en este punto, recordarles que la santa unificación de los ritos de la Misa que se logró con el Misal de San Pío V fue llevada a cabo por el Papa a petición expresa de los obispos reunidos en el Concilio. Por lo tanto, no fue un acto de la Curia o de desprecio romano por la individualidad legítima de la expresión litúrgica. Los propios obispos pidieron a Roma que prescribiera un rito uniforme para toda la Iglesia latina porque habían descubierto que, en el plano diocesano o incluso sinodal, era imposible detener o incluso reducir la proliferación de textos no autorizados para la celebración de los sacramentos.
Simplemente estamos presenciando una repetición, tanto de la proliferación de textos no autorizados como de la incapacidad episcopal para enfrentarlos. Quizá también podamos ver una repetición de ese acto de sabiduría que, hace más de 400 años, hizo que los obispos le pidieran al Papa que redactara y promulgara «a perpetuidad» el ritual uniforme de la Misa que fue sancionado en 1570 y que ha traído consigo una inmensa bendición a la Iglesia.
El pluralismo de hoy es de otra índole: es la consigna y el grito de guerra de aquellos que quieren dejar de lado la Tradición. Por eso, en medio de una nueva proliferación de ritos y textos litúrgicos, asistimos a la supresión práctica del único rito que de manera perfecta consagra el tesoro más sublime de la Iglesia, el santo misterio de la Misa.
Hasta ahora, la supresión se logra solo de facto y no de iure. De hecho, sería impensable que el viejo Ordo Missae haya sido prohibido oficialmente. Para justificar esto, uno tendría que argumentar que de alguna manera ese rito fue «incorrecto» o «malo», ya sea doctrinal o pastoralmente. Demostrar cualquiera de esos calificativos sería equivalente a negar que la Iglesia es guiada por el Espíritu Santo. Por lo tanto, es inadmisible incluso sugerir que el viejo Ordo podría ser abrogado.
Pero la supresión de facto es, sin embargo, lo suficientemente real, y debemos luchar contra ella con todos los medios a nuestra disposición. Un argumento es, por supuesto, el mismo «pluralismo» que los reformadores invocan constantemente: a menos que abarque la existencia continua del antiguo rito, uno al lado del otro, el «pluralismo» en la liturgia se expone inmediatamente como pura hipocresía, un leve velo tanto del desprecio por la Tradición como del arrogante sesgo anti-romano de las jerarquías nacionales y sus comisiones litúrgicas.
Valga recordar que las tres nuevas plegarias eucarísticas, o cánones, se introdujeron, no en lugar de, sino además, del antiguo canon romano, el que fue expresamente confirmado e incluso se le otorgó un lugar de honor (en el papel) para las Misas celebradas los domingos. Por lo tanto, es perfectamente legítimo y razonable pedir que el nuevo Ordo Missae se ofrezca, de la misma manera, como una forma adicional y alternativa de celebrar la Misa, y no como un reemplazo absoluto del antiguo rito de San Pío V.

7 de marzo de 1965: Pablo VI celebra la primera Misa en italiano
(Foto: Combonianum)
En cuanto al nuevo Ordo, como todos ustedes saben, se ha convertido en objeto de críticas fuertes, generalizadas y extremadamente convincentes. Esto se aplica al orden y las oraciones de la Misa en sí, y a la llamada Institutio generalis u «Ordenación general del Misal romano». La crítica se refiere a los textos latinos oficiales y, en muchos países aún más fuertemente, a sus traducciones vernáculas. Se ha hecho evidente que los textos reflejan algunas de las nuevas tendencias teológicas que inspiraron el notorio «Catecismo holandés» y que Roma misma ha condenado. Esto ocurre incluso cuando estas tendencias no se reflejaban en las palabras utilizadas en el nuevo Ordo o en la Institutio generalis, sino que se hayan inequívocamente en el contexto y, más particularmente, en los efectos psicológicos a los que apunta claramente el nuevo rito. Por estas razones, Una Voce, al igual que muchos otros, se ha sentido con el derecho, y no obligada, a criticar al nuevo Ordo, de la misma manera que hemos criticado antes otros aspectos de la reforma post-conciliar.
¿Está mal esta crítica? ¿Es impropia porque proviene de aquellos que se consideran a sí mismos como católicos leales y como hijos fieles del Santo Padre? Después de todo, el nuevo Missale Romanum fue promulgado por el pontífice reinante, por lo que se debe estar seguro de que él considera que no sólo está libre de errores, sino que también de tendencias y ambigüedades potencialmente peligrosas, y que estima su introducción como algo necesario para el mayor bien de la Iglesia. Veamos este problema por un momento. Veamos qué sucedió con los documentos recientes más importantes de la guía papal para la Iglesia en asuntos de fe, moral y liturgia.
Recuerdése Mediator Dei, con sus imperiosas exhortaciones contra las aberraciones litúrgicas que se han convertido en práctica cotidiana. Recuerdése la Veterum Sapientia de Juan XXIII, con sus graves advertencias para salvaguardar el uso del latín, particularmente en la liturgia y los seminarios. Recuérdese Mysterium Fidei, con su clara condena de algunas nuevas interpretaciones sobre el misterio de la transubstanciación. Recuérdese la Constitución Sacrosanctum Concilium promulgada por el papa Pablo VI, con su decisiva orientación sobre la conservación del latín como idioma principal de la liturgia y su permiso cuidadosamente circunscrito para el uso de la lengua vernácula en ciertas partes de la Misa. Recuérdese el «Credo del Pueblo de Dios», con su reafirmación de todas las verdades esenciales del catolicismo y con su advertencia implícita contra cualquier doctrina que empobrezca o falsifique el Depositum Fidei. Recuérdese, más recientemente, el Decreto Memoriale Domini, que desaprueba formalmente la práctica de la comunión en la mano. Y todos ustedes están demasiado familiarizados con las advertencias semanales del Santo Padre contra las innumerables formas de sutil subversión desde adentro, desde los cardenales hasta los vicarios enardecidos, desde los llamados «teólogos eminentes» hasta los irresponsables periodistas calificados como «católicos».
Los últimos veinte años nos han dado muchos ejemplos de Papas reinantes que expresan su clara e inequívoca desaprobación de ciertas ideas, ciertas tendencias, ciertas prácticas, ciertas sugerencias y actitudes que se han manifestado dentro de la Iglesia. Casi todos han sido ignorados por completo, por laicos, por sacerdotes, por obispos y cardenales, y de hecho, en la cima misma, donde más de un pontífice reinante ha ido en contra de los precisos preceptos de sus predecesores inmediatos.

Ludolf Bakhuizen, Cristo en la tormenta en el Mar de Galilea (1695, Indianapolis Museum of Art)
(Imagen: Wikimedia Commons)
Después de esta digresión, permítanme volver a Una Voce y sus dos preocupaciones principales: el latín, con el canto gregoriano, y la Misa tridentina.
Es totalmente erróneo etiquetarnos como reaccionarios, como personas que se aferran tercamente a los caminos de ayer, cuyas mentes están cerradas a una reforma necesaria y beneficiosa, o cuyos conceptos personalizados de oración litúrgica reflejan el individualismo de una época pasada. Por el contrario, nuestra insistencia en que en la liturgia deberíamos usar un lenguaje específico y un determinado estilo música, y que para la Misa deberíamos seguir utilizando un rito cuya inspiración es teológica más que sociológica, hierática más que comunitaria, constituye en realidad un acto de «contestación» con miras al futuro.
Se trata de una contestación contra una noción empobrecida de lo que es la liturgia. La liturgia es mucho que el «diálogo entre Dios y su gente». Es la representación ordenada jerárquicamente de lo sagrado en la realidad profana. La liturgia es, de hecho, una acción sagrada. Como tal, es esencialmente escritural. Afirmar que la liturgia se ha convertido en «más escritural» gracias a lecturas más y más variadas de la Biblia y al uso liberal de los Salmos para los cantos antifonales y responsoriales, es engañoso cuando al mismo tiempo ella está siendo despojada de la mayoría de las palabras y los gestos y accesorios que denotan la sacralidad de la acción y que transmiten esa sacralidad a los participantes y provocan una respuesta de sus corazones en lugar de sus cabezas.
Esta contestación se dirige también contra un concepto empobrecido del sacerdocio. Simplemente pregúntense esto: ¿la «crisis del sacerdocio» habría ocurrido y asumido las dimensiones aterradoras que presenciamos cada día, si el sacerdote hubiera sido el «ministro del altar» (en lugar de la gente), actuando «in persona Christi«, en lugar de ser un mero «presidente de una asamblea»? Y el latín, sólo porque ha sido durante tanto tiempo un lenguaje reservado para el uso eclesiástico y particularmente para el uso en la liturgia, dio expresión tangible al carácter esencialmente supra-natural del sacramento. De todos modos, tenemos pocos medios para manifestar nuestros sentidos, es decir, los oídos, los ojos, la nariz, la boca y el tacto, la diferencia esencial entre una acción sagrada y una profana. El latín, la vestimenta, el incienso, la oblea de la Hostia, la indicación de que los pulgares e índices del sacerdote se unan después de la consagración, la prohibición de que los laicos toquen los vasos sagrados o las especies consagradas; todo esto era necesario y, en la mayoría de los casos, constituían medios elegidos espontáneamente, manifestando esa diferencia esencial. Y debido a esto, dieron un propósito y una dignidad únicos al sacerdote que celebra y a su auto-elegido aislamiento en el celibato, otro «signo» de la distinción esencial entre el sacerdocio «ministerial» del ministro ordenado para el servicio del altar, y el sacerdocio común de todos los católicos bautizados. Eliminar los «signos» siempre afecta lo que significan, y es por esto que las recientes reformas litúrgicas se encuentran entre las principales causas de la crisis del sacerdocio.

Misa Novus Ordo
(Foto: Catholicism Pure & Simple)
Ante todo esto: ¿qué podemos, qué debemos hacer?
Sobre todo: debemos ganar nuevos miembros para Una Voce. No por un número mayor, sino para fortalecer nuestra resolución mutua y abordar más eficazmente las numerosas tareas que nos esperan. ¿Cuáles son estas tareas?
Primero: preservar entre nosotros y difundir más allá de este círculo limitado la familiaridad con el latín litúrgico. Esto es requerido por el propio Concilio. Los textos litúrgicos latinos deben entenderse, y para eso no hay que convertirte en un «erudito». Es otra virtud de este invaluable lenguaje «muerto» que, en la forma en que nos ha llegado como el latín de la Iglesia, es un lenguaje fácil, infinitamente más fácil que la mayoría de los idiomas modernos. Y si incluso estos se pueden dominar razonablemente bien en unos pocos meses para un entendimiento básico, entonces eso vale a fortiori para el latín eclesiástico. El conocimiento básico del propio lenguaje de la Iglesia da un sentido atemporal a nuestro sentido de pertenencia y proporciona un vínculo particular con los grandes santos del pasado. Incluso si hacemos poco uso de nuestro conocimiento fuera de la liturgia, el hecho de estar familiarizados con la Iglesia en latín fortalecerá nuestro «sensus ecclesiae«. Y, dado que los sacerdotes están hoy en día tan ansiosos por emular a los laicos, nuestro interés por el latín puede incluso traerlo de vuelta a los seminarios. Así que aquí hay algo que sus capítulos pueden y deben hacer: organizar cursos para el latín eclesiástico, con especial énfasis en los textos litúrgicos.
No se piense, sin embargo, que el latín en la liturgia debe ser entendido por todos antes de que pueda recuperar el lugar que le corresponde. El énfasis prevaleciente en la comprensión racional de cada palabra hablada en el altar o ambón es otro de esos empobrecimientos que cuestionamos. Pero nos corresponde a nosotros hacer el esfuerzo adicional de aprender el latín de la Iglesia, no sólo para poder transmitir a nuestros hijos el mínimo de conocimiento lingüístico que anteriormente formaba parte de su instrucción religiosa ordinaria.
En segundo lugar: el canto gregoriano debe ser practicado. Si no se puede hacer esto en la iglesia, entonces hay que crear una sociedad coral. Cuando sea demasiado difícil, el capítulo podría celebrar reuniones periódicas en las que se reproduzcan algunos registros de canto gregoriano, de modo que los oídos de los miembros, y los de sus hijos, o de los amigos a los que se pueda llevar con mayor facilidad a este tipo de encuentro que a una reunión formal de Una Voce, permanezcan familiarizados con su belleza, y de ese modo guarden sintonía con su calidad única de oración.

(Foto: Regina Magazine)
En tercer lugar: los miembros de Una Voce deben estar razonablemente bien formados en la doctrina de la Iglesia sobre asuntos litúrgicos y deben conocer el patrón básico de la historia litúrgica. Muy a menudo nos quedamos indefensos, por mera falta de conocimientos básicos, cuando discutimos con otros católicos o con sacerdotes que han leído los últimos libros. Los capítulos deben organizar grupos de estudio y conferencias, y la sede debe difundir el conocimiento básico a través de su boletín informativo, y debe proporcionar a los capítulos una biografía seleccionada para el uso de líderes de grupo o de los miembros individuales.
En cuarto lugar, y esto es lo más importante: llegar a los jóvenes. Sin saberlo todavía, necesitan desesperadamente una liturgia que sea más rica en contenido y expresión que el mero «diálogo» (del cual obtienen más que suficiente en todas las demás esferas de la vida de la Iglesia), mero entretenimiento o incluso catequesis, más rica que la unión o un ejercicio de entrenamiento en «sensibilidad» (o deberíamos decir «insensibilidad»). Necesitan la atmósfera de abstinencia, de recuerdo, del verdadero «laus Dei«, que es totalmente diferente de alabar descaradamente al «Señor del Universo» a través de las hazañas o el progreso del hombre. Necesitan el encuentro, de hecho, la confrontación con el «signo de contradicción», re-presentado todos los días en el «Mysterium Tremendum» de la Santa Misa.
Vendrá un renacimiento: el ascetismo y la adoración, como la fuente de la total dedicación directa a Cristo, volverán. Se formarán cofradías de sacerdotes, entregadas al celibato y a una vida intensa de oración y meditación. Los religiosos se reagruparán en casas de «estricta observancia». Surgirá una nueva forma de «Movimiento litúrgico», dirigida por jóvenes sacerdotes y que atraerá principalmente a jóvenes, en protesta contra las liturgias planas, prosaicas, filisteas o delirantes que pronto crecerán y finalmente sofocarán incluso los ritos recientemente revisados.
Es de vital importancia que estos nuevos sacerdotes y religiosos, estos nuevos jóvenes con corazones ardientes, encuentren, aunque sólo sea en un rincón de la mansión de la Iglesia, el tesoro de una liturgia verdaderamente sagrada que todavía brilla suavemente en la noche. Y es nuestra tarea, ya que se nos ha dado la gracia de apreciar el valor de este patrimonio, preservarlo de la destrucción, de ser enterrado, despreciado y, por tanto, perdido para siempre. Es nuestro deber mantenerlo vivo: por nuestro propio vínculo afectivo, por nuestro apoyo a los sacerdotes que lo hacen brillar en nuestras iglesias, por nuestro apostolado en todos los niveles de persuasión.
Que Dios nos dé valor, sabiduría y perseverancia, y que fortalezca y profundice ahora más que nunca antes nuestro amor por la Iglesia y por Ella, a quien el Santo Padre proclamó solemnemente Mater ecclesiae: María, la Santísima Madre de Dios y nuestra Santísima Reina y Madre».

Eric de Saventhem y su mujer Elisabeth, nacida von Plettenberg
(Foto: FIUV)
***
Estas palabras del primer presidente de la Federación Internacional Una Voce han demostrado ser proféticas. Como sabemos ahora, el movimiento para la preservación y la celebración de los ritos antiguos y tradicionales de la Iglesia católica es un movimiento que concita mayoritariamente a los jóvenes.
También hemos visto en nuestro tiempo un florecimiento de sociedades sacerdotales y religiosas dedicadas a celebrar los ritos antiguos de la Iglesia con devoción, cuidado y amor.
Sobre todo, las palabras proféticas del fundador se cumplieron con la promulgación para la Iglesia universal, por parte del papa Benedicto XVI, el 14 de septiembre de 2007, Fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz, del motu proprio Summorum Pontificum, que declara abiertamente lo que Dr. Saventhem ya había comprendido: que los ritos de siempre nunca habían sido abrogados (numquam abrogatam).
Es apropiado recordar la inmensa cantidad de trabajo que el Dr. de Saventhem y su mujer dedicaron para ayudar a restablecer el lugar de los ritos tradicionales en la Iglesia, que vieron su fruto en ese motu proprio. Su trabajo, y el de la Federación, contribuyeron también a la creación del entorno en el que éste se emitió.
No olvidemos nunca al Dr. de Saventhem y su mujer, Elizabeth, en nuestras oraciones.
James Bogle (Agosto 2014)
5, 6 Y 7 ABRIL (CÓRDOBA): EJERCICIOS ESPIRITUALES DE CUARESMA PARA JÓVENES TRADICIONALES.
/0 Comentarios/en Comisión Misa Tradicional Andalucía, Grupo Joven Sursum Corda, Liturgia tradicional, Misa tradicional, Una Voce Sevilla /por Una Voce Sevilla - Misa TradicionalNos complace anunciarles que, los próximos 5, 6 y 7 de abril, se celebrará -D.m.- en la localidad de Córdoba unos ejercicios espirituales con ocasión del tiempo litúrgico de Cuaresma, dirigidos especialmente a todos los jóvenes que lo deseen.
Se desarrollarán en la Casa Diocesana de Espiritualidad «San Antonio» (San José, s/n -Casa de Ejercicios-), y serán dirigidos por el Rvdo. P. Alexis Rouquayrol, joven presbítero perteneciente al Instituto de Cristo Rey Sumo Sacerdote, sociedad de vida apostólica de derecho pontificio dedicada especialmente al apostolado de la Liturgia tradicional.
La organización corre a cargo del Grupo Joven Sursum Corda (Asociación Una Voce Sevilla) y Jóvenes Tradicionales Andalucía (Comisión Misa Tradicional Andalucía).
Para más información: grupojovensursumcorda@gmail.com (correo electrónico) o GJsursumcorda (Twitter).
¡Anímate y acude a este inolvidable encuentro con Dios y con la Tradición!



SEVILLA: MARTES 19 MARZO MISA TRADICIONAL-GREGORIANA EN HONOR DE SAN JOSÉ (PRECEPTO)
/0 Comentarios/en Gregoriano, Misa en latín, Misa gregoriana, Misa tradicional, Misa Tradicional en Sevilla, Summorum Pontificum, Una Voce Sevilla /por Una Voce Sevilla - Misa TradicionalNos complace anunciarles que el próximo martes 19 de marzo, festividad de San José, Esposo de la Virgen, Confesor y Patrono de la Iglesia Universal, se oficiará –D.m.- Santa Misa en su honor según el Rito Romano tradicional o gregoriano, a las 20:00 horas, en el Oratorio Escuela de Cristo de Sevilla, sito en el Barrio de Santa Cruz.
Se recuerda que es día de precepto la festividad de San José, y por ende, la obligación que tienen los fieles de participar en la Santa Misa.
UNA VOCE SEVILLA

SEVILLA: MISA TRADICIONAL MIÉRCOLES DE CENIZA
/0 Comentarios/en Liturgia tradicional, Misa en latín, Misa gregoriana, Misa Tradicional en Sevilla, Una Voce Sevilla /por Una Voce Sevilla - Misa TradicionalNos es grato informarles que el próximo día 06 de marzo, Miércoles de Ceniza, -D.m.- se bendecirá y se impondrá la ceniza, y se celebrará la Santa Misa, según el rito romano tradicional, a las 8 de la tarde, en el Oratorio Escuela de Cristo de Sevilla, sito en el Barrio de Santa Cruz.
Se recuerda la obligación de guardar ayuno y abstinencia en este día de penitencia según la disciplina vigente.
UNA VOCE SEVILLA

LISTADO DE INSTITUTOS Y COMUNIDADES RELIGIOSAS TRADICIONALES AHORA DEPENDIENTES DE LA CONGREGACIÓN PARA LA DOCTRINA DE LA FE
/0 Comentarios/en Liturgia tradicional, Misa en latín, Misa gregoriana, Misa tradicional, Misa Tradicional en el mundo, Summorum Pontificum, Una Voce Sevilla /por Una Voce Sevilla - Misa TradicionalA través de un motu proprio de 17 de enero de 2019, el papa Francisco decidió suprimir la Pontificia Comisión Ecclesia Dei (núm. 1), confiando su cometido a una sección creada al efecto al interior de la Congregación para la Doctrina de la Fe (núm. 2). La competencia de esa sección es continuar con la función de vigilancia, promoción y tutela que tenía dicha comisión (núm. 2).
Las comunidades tradicionales reconocidas por la Santa Sede
Por fuerza de las facultades dadas por los Sumos Pontífices, la sección existente en la Congregación para la Doctrina de la Fe ejerce jurisdicción sobre los distintos institutos y comunidades religiosas erigidas por la Sede Apostólica, que tienen como uso propio la forma extraordinaria del rito romano y conservan las tradiciones precedentes de la vida religiosa.
Se encuentran bajo su dependencia:
1. Administraciones territoriales.
Administración Apostólica Personal de San Juan María Vianney, situada en la diócesis de Campos, Brasil (véase aquí la entrada que le dedicamos en su oportunidad).
2. Sociedades de vida apostólica.
(a) Internacionales.
(i) Fraternidad Sacerdotal de San Pedro (véase aquí la entrada respectiva).
(ii) Instituto de Cristo Rey Sumo Sacerdote (véase aquí la entrada respectiva). Su rama femenina son las Adoratrices del Real Corazón de Jesucristo Sumo Sacerdote (véase aquí la entrada respectiva).
(iii) Instituto del Buen Pastor (véase aquí la entrada respectiva).
(b) Locales.
(i) Instituto de San Felipe Neri (Berlín, Alemania) [véase aquí la entrada respectiva].
(ii) Servidores de Jesús y María (Austria) [véase aquí la entrada respectiva].
Santa Misa en la abadía de Le Barroux
(Foto: New Liturgical Movement)
3. Fundaciones de espiritualidad benedictina [véase aquí la entrada respectiva]
(a) Fundaciones masculinas.
(i) Abadía de Nuestra Señora de Fontgombault (Francia).
De ella dependen los siguientes monasterios:
– Abadía de Nuestra Señora de Randol (Francia).
– Abadía de Nuestra Señora de Triors (Francia).
– Abadía de Nuestra Señora de Donezan (reemplazó a la Abadía de Nuestra Señora de Gaussan, ambas situadas en Francia).
– Abadía de Nuestra Señora de la Anunciación de Clear Creek (Estados Unidos de América).
– Abadía de San Pablo de Wisques (Francia).
(ii) Abadía de Santa Magdalena del Barroux (Francia), de la cual depende además el Priorato de Nuestra Señora de la Guarda (Francia).
(iii) Instituto de la Santa Cruz de Riaumont (Francia).
(iv) Abadía de San José de Clairval (Francia).
(iv) Monasterio de San Benito (Francia).
(v) Monasterio de San Benito (Italia).
(vi) Benedictinos de la Inmaculada (Italia).
(vii) Priorato de Silverstream (Irlanda).
(b) Fundaciones femeninas.
(i) Abadía de Nuestra Señora de la Anunciación del Barroux (Francia).
(ii) Abadía de Nuestra Señora de la Fidelidad de Jouques (Francia).
De ella dependen:
-Abadía de Nuestra Señora de la Misericordia de Rosans (Francia).
– Monasterio de Nuestra Señora de la Escucha (Benin).
(iv) Monasterio de María, Madre de los Ángeles (Estados Unidos).
4. Comunidades de espiritualidad trapense y cisterciense.
(i) Monasterio de Vyšší Brod (Polonia) [véase aquí la entrada respectiva].

Fraternidad de San Vicente Ferrer
(Foto: Divina Vocación)
5. Comunidades de espiritualidad dominicana.
(a) Comunidades masculinas.
Fraternidad de San Vicente Ferrer (Francia) [véase aquí la entrada respectiva].
(b) Comunidades femeninas.
Dominicanas del Espíritu Santo (Francia) [véase aquí la entrada respectiva].
6. Canónigos regulares.
(a) Canónigos regulares de la Madre de Dios (Francia) [véase aquí la entrada respectiva].
(b) Canónigos regulares de la Nueva Jerusalén (Estados Unidos de América) [véase aquí la entrada respectiva].
(c) Canónigos regulares de San Juan de Kenty (Estados Unidos de América) [véase aquí la entrada respectiva].
(d) Canónigos de la Abadía de San Miguel en Orange County (Estados Unidos de América) [véase aquí la entrada respectiva].
7. Otras comunidades religiosas
(a) Hermanas de la Preciosa Sangre (Suiza) [véase aquí la entrada respectiva].
(b) Los Hijos del Santísimo Redentor (ex Redentoristas Transalpinos) [véase aquí la entrada respectiva].
8. Asociaciones privadas de fieles.
(a) Federación Internacional Una Voce [véase aquí la entrada respectiva].
(b) Asociación Totus Tuus (Lyon, Francia) [véase aquí la entrada respectiva].
(c) Fœderatio Internationalis Juventutem [véase aquí la entrada respectiva].
(d) Militia Templi – Christi pauperum Militum Ordo [véase aquí la entrada respectiva].

Primera reunión formal de la Federación Internacional Una Voce (FIUV) en Zúrich (1967)
(Foto: FIUV)
Las comunidades tradicionales de reconocimiento diocesano
Fuera de las recién mencionadas y que dependen de la Sede Apostólica, existen algunas comunidades con reconocimiento diocesano que celebran la liturgia tradicional, sea de forma exclusiva, sea de forma alternada con el rito reformado.
Tales es el caso de:
1. El Monasterio de la Santísima Virgen María del Monte Carmelo (Montañas Rocosas, Wyoming) [véase aquí la entrada respectiva].
2. Los Hermanos Ermitaños de la Bienaventurada Virgen María del Monte Carmelo (Sao Paulo, Brasil) [véase aquí la entrada respectiva].
3. Los Misioneros de la Misericordia Divina (Toulon) [véase aquí la entrada respectiva].
4. Las Religiosas Víctimas del Sagrado Corazón (Marsella) [véase aquí la entrada respectiva].
5. Las Religiosas Víctimas del Sagrado Corazón (Marsella) [véase aquí la entrada respectiva].
6. La Fraternidad de Santo Tomás Becket (Francia) [véase aquí la entrada respectiva].
7. Las Clarisas de St. Laurenzen [véase aquí la entrada respectiva].
8. Las Reparadoras del Espíritu Santo[véase aquí la entrada respectiva].
9. Las Esclavas Reparadoras de la Sagrada Familia, ligadas al Instituto del Buen Pastor en la Arquidiócesis de Bogotá [véase aquí la entrada respectiva].
10. El Oasis de Jesús Sacerdote [véase aquí la entrada respectiva].
11. La Fraternidad de San José Custodio [véase aquí la entrada respectiva].
12. Las Hermanitas Discípulas del Cordero (Buxeuil, Francia) [véase aquí la entrada respectiva].
13. La Fraternidad Sacerdotal de la Familia Christi, FSFC (Arquidiócesis de Ferrara-Commachio, Italia), la que, desde 2016, cuenta además con reconocimiento de la Sede Apostólica concedido por la Pontificia Comisión Ecclesia Dei. Desde el 1° de diciembre de 2018 se encuentra sometida a un comisario plenipotenciario designado por la misma Comisión, Mons. Daniele Libanori SJ, obispo auxiliar de Roma.

Fraternidad Santo Tomás Becket
(Foto: Le Télégramme)
El eremitismo tradicional
Dentro el mundo tradicional ha florecido también la llamada a la vida eremítica. En esta entrada hemos hablado de ella.
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Las peregrinaciones tradicionales
El mundo tradicional se cuenta con algunas peregrinaciones de ya asentada acostumbre, como ocurre con aquellas que tienen como punto de destino la Catedral de Chartres (Francia), el Santuario de Nuestra Señora de Luján (Argentina) y la Basílica de San Pedro del Vaticano (Roma) (véase las referencias que hemos hechos a las peregrinaciones de 2014, 2015, 2016 y 2017).
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Las Misas celebradas conforme al motu proprio Summorum Pontificum
Todo lo dicho es sin perjuicio de aquellas Misas tradicionales oficiadas por sacerdotes pertenecientes al clero regular o secular en todo el mundo, sea de forma exclusiva, sea de forma alternada con la Misa reformada. De la situación de la Misa tradicional en Chilehemos dado cuenta en este directorio.
Por su parte, Acción litúrgica ofrece aquí una relación de las parroquias personales existentes en el mundo y dedicadas a la forma extraordinaria.
***La Fraternidad Sacerdotal de San Pío X
Finalmente, y aunque todavía no cuente con un reconocimiento canónico oficial, cabe mencionar dentro de la órbita tradicional a la Fraternidad Sacerdotal de San Pío X, a la cual la Sede Apostólica ha ido concediendo paulatinamente diversos privilegios relacionados con los sacramentos que imparte. Sobre ella y tales concesiones hemos tratado aquí.
ARTÍCULO RECOMENDADO:»LA MISA TRADICIONAL Y EL IMPULSO DE LOS SACERDOTES»
/0 Comentarios/en Gregoriano, Liturgia tradicional, Misa en latín, Misa gregoriana, Misa tradicional, Summorum Pontificum, Una Voce Sevilla /por Una Voce Sevilla - Misa TradicionalLos fieles que desean la Misa tradicional se enfrentan no con poca frecuencia a la oposición de su respectivo párroco. El Dr. Peter Kwasniewski presenta la situación inversa en el siguiente artículo que hemos traducido para nuestros lectores: ¿qué ocurre cuando la iniciativa para celebrar la Misa de Siempre proviene no de la congregación, sino de su pastor? ¿Debería un sacerdote ofrecer la Misa tradicional sin que nadie se lo haya pedido?
El artículo fue publicado en New Liturgical Movement. La traducción ha sido hecha y publicada por la Redacción de la Asociación Litúrgica Magnificat, capítulo chileno de la Federación Internacional Una Voce.

¿Debiera un sacerdote introducir el usus antiquior en una parroquia que no lo ha solicitado?
Peter Kwasniewski
Comencemos con lo que, aunque obvio, hay que decirlo. Desde Summorum Pontificum, si los fieles piden que se celebre la Misa tradicional, el cura debe acceder a ello o, al menos, tomar las medidas necesarias para que otro sacerdote la celebre. Simplemente no se le permite negarse. Es posible que responda: “Sí, pero primero tengo que aprender a celebrarla” (en cuyo caso los fieles, que han de estar preparados para ello, le dirán que ellos asumen los gastos del caso); o dirá: “De acuerdo, pero estamos en una coyuntura complicada: con una nueva escuela básica, con la atención de los presos, con la casa para ancianos y con la reciente muerte del sotacura, no voy a poder aprenderla, por lo que voy a hacer averiguaciones y tratar de que el próximo mes tengáis una Misa”. Y, por cierto, siempre el cura dará estas respuestas con una sonrisa y agradecido por la devoción de sus fieles a las ricas tradiciones de la Iglesia católica.
Pero, ¿qué ocurre en el caso de que la gente esté básicamente satisfecha con lo que tiene? Está acostumbrada a la forma ordinaria y no conoce otra cosa, ni pide otra cosa. Supongamos, para seguir con este planteamiento, que la parroquia está en el extremo superior del ranking de Ratzinger y está comenzando a poner en práctica los ideales de la “reforma de la reforma”, tales como la Misa ad orientem, el uso del latín y del canto gregoriano, buena música sagrada, hermosos ornamentos, arrodillarse para recibir la comunión y otras cosas análogas. ¿Hay algo que le “haga falta” a esa comunidad? ¿Existe alguna razón para que el propio cura introduzca el usus antiquior?
Sí. Tiene básicamente dos razones para hacerlo.
Primero, el bien del propio cura. En un artículo publicado en Catholic World Report e intitulado“Finding What Should Never Have Been Lost: Priests and the Extraordinary Form” [“En busca de algo que jamás debió perderse: los sacerdotes y la forma extraordinaria”] (uno de muchos artículos de este tipo actualmente en Internet), nos encontramos con testimonios de sacerdotes sobre el efecto que ha tenido en ellos celebrar el usus antiquior y por qué lo han encontrado tan emocionante. Dice un sacerdote: “Tiene una cualidad mística, contemplativa y misteriosa, con su empleo del latín, los gestos, la posición del altar, y las oraciones, que son más ornamentadas que las que tenemos hoy”. Otro sacerdote anota: “He sido católico toda la vida, y jamás había experimentado una Misa así. No me imaginé que existiera semejante Misa. Me cautivó. Cuando la celebro, es algo que tiene menos que ver conmigo, el sacerdote, y más que ver con Dios”. Un tercer sacerdote declara: “La Misa tridentina me ha transformado. Me gusta su reverencia, y me ha ayudado a ver que la Misa es un sacrificio, no un mero memorial”.
Todos los sacerdotes que conozco y celebran la Misa tradicional -y he conversado con cientos de ellos a lo largo de los años- experimentan, de un modo poderoso, visceral, lo tremendo del Santo Sacrificio de la Misa y del misterio del sacerdocio, debido a muchos elementos de la liturgia que fueron, desgraciadamente, suprimidos en las reformas de la década de 1960: el humilde aproximarse al altar, al comienzo, empapado de la humildad y piedad que conviene a “los asuntos de mi Padre”; las muchas veces que el sacerdote se inclina o hace genuflexiones, que besa el altar y traza bendiciones; la atención exquisita a los significativos detalles de su postura, de su actitud, de su disposición; las profundas oraciones del Ofertorio; la inmersión en el silencio del Canon, que se enfoca tan agudamente en el misterio por el cual la inmolación de Cristo se renueva entre nosotros; el cuidado que rodea a la manipulación en cada momento del Cuerpo y de la Sangre del Señor, desde el juntar los dedos según los cánones hasta las abluciones hechas concienzudamente; el Placeat tibi y el Último Evangelio, que nos hacen presente la magnitud de lo que acaba de tener lugar, es decir, nada menos que la Encarnación redentora que continúa en medio de nosotros. ¿Cómo podría todo esto no hacer bien a la vida interior del sacerdote y hacerlo avanzar en el camino de su vocación y santificación?
La segunda razón para que un sacerdote ponga el usus antiquior a disposición de los fieles, aun si éstos no se lo han pedido, es el bien espiritual de los mismos. Uno de los sacerdotes entrevistados en el mencionado artículo señala: “Noventa por ciento de los católicos actuales no ha tenido la experiencia de lo que fue la Iglesia antes del Concilio Vaticano II. No sabe nada de su arte, de su arquitectura, de su liturgia tradicionales”. Como lo lamentó más de una vez Joseph Ratzinger, se produjo ciertamente una ruptura en los hechos, si no en la teoría: se separó a los católicos de las tradiciones de la Iglesia; adherir a esas tradiciones llegó a ser considerado, en verdad, una especie de infidelidad para con dicho Concilio y con el nuevo espíritu que éste trajo, supuestamente destinado a enlazar nuevamente con la modernidad y a cosechar los frutos de una nueva evangelización. Nada de esto parece haber tenido lugar, o no, al menos, con la plenitud que se había deseado y prometido. En el mejor de los casos, lo que ocurrió fue un fomento del escepticismo hacia todo lo que fuera preconciliar y de ciertas prometeicas tentaciones de remodelar la Iglesia de acuerdo con las últimas modas y teorías.

Aunque lo peor de la “época estúpida” ya haya pasado (al menos en la mayoría de los lugares), el Pueblo de Dios sufre los efectos de este amplio desenraizamiento. ¿Qué mejor modo de enraizarlo de nuevo en esos dos milenos de catolicismo que enriquecerlo con la forma de culto que alimentó a los grandes santos de la Edad Media, del Renacimiento, del Barroco y de todo el período tridentino, que se extiende por más de cuatro siglos y medio? Según las memorables palabras de Benedicto XVI en la carta a los obispos Con grande fiducia, que acompaña a Summorum Pontificum, “[n]os corresponde a todos preservar las riquezas que se han desarrollado en la fe y en la oración de la Iglesia y darles el lugar que les corresponde”.
Lo anterior no puede ser sino ganancia para los fieles de una parroquia, si se lo hace de buen modo, porque habrá de desarrollar nuevos hábitos de oración meditativa y contemplativa; confirmará poderosamente el dogma de que la Misa es propiamente un verdadero sacrificio; intensificará la adoración del Santísimo Sacramento y la veneración del sacerdocio ministerial (lo cual no es una especie de clericalismo); abrirá las mentes a un mundo más amplio de cultura y de teología católicas; y, por último, algo que no es menor: apoyará el esfuerzo por celebrar el Novus Ordo de un modo más tradicional al dejar en evidencia de dónde se originó la “reforma de la reforma”, es decir, al mostrar por qué hacemos ciertas cosas de este modo y no de otro.
Concluiremos esta parte de nuestra exposición con estas impactantes palabras del cardenal Darío Castrillón Hoyos (q.e.p.d.), pronunciadas cuando fue presidente de la Pontificia Comisión Ecclesia Dei:
“Permítanme ser claro: el Santo Padre quiere que el antiguo uso de la Misa se transforme en algo de habitual ocurrencia en la vida litúrgica de la Iglesia, de modo que todos los fieles, viejos y jóvenes, puedan familiarizarse con los ritos más antiguos y obtener provecho de su tangible belleza y trascendencia. El Santo Padre quiere esto por motivos tanto pastorales como teológicos” (Londres, 14 de junio de 2008).
Cuando se le preguntó en una conferencia de prensa aquel mismo día “¿quisiera el Papa ver que muchas parroquias se preparan para el rito gregoriano?”, Su Eminencia respondió:
“Todas las parroquias, no sólo muchas, porque esto es un don de Dios. El Papa da acceso a estas riquezas, y es muy importante que las nuevas generaciones conozcan el pasado de la Iglesia. Esta forma de culto es tan noble, tan bella; es la forma teológicamente más profunda de expresar nuestra fe. El ceremonial, la arquitectura, la pintura, componen un todo que es un tesoro. El Santo Padre está dispuesto a ofrecer a todo el mundo esta posibilidad, no sólo a unos pocos grupos que lo soliciten, para que todos puedan conocer este modo de celebrar la Eucaristía en la Iglesia católica”.

Consideraciones prácticas.
Una de las preguntas que a menudo me hacen laicos y clérigos es la siguiente: “¿Cómo debiera introducirse la forma extraordinaria en lugares donde hasta ahora no ha existido?”. Pienso que lo que les preocupa es en gran medida una cuestión práctica: cuándo, con qué frecuencia, y con qué preparación o apoyos.
Mi consejo ha sido siempre hacerlo gradualmente: comenzar tranquilamente (o sea, sin fanfarrias), programando una Misa al mes; luego, una vez que se sepa que se celebra esta Misa y existe público para ella, ofrecer catequesis al resto de los miembros de la parroquia a través de homilías, y hacer una amable invitación. Después de que esto haya tenido éxito y se lo haya aceptado, puede aumentarse la frecuencia a una vez cada quince días o una vez a la semana. Aquí el cura se enfrenta a una encrucijada: si le parece que los fieles responderán favorablemente y no entregarán su cabeza en bandeja al obispo, podría celebrar el usus antiquior varias veces en la semana. He visto programas habituales de parroquias en que se lo incluye como Misa diaria los martes, jueves y sábados, o en que se lo celebra como Misa dominical y otra vez más en la semana.
Para ir a más detalles, a menudo ha resultado bien introducir una Misa tradicional los sábados en la mañana, debido a que es un momento de la semana “de poco tráfico” y es poco probable que se hiera susceptibilidades. En muchas parroquias no hay siquiera Misa los sábados por la mañana, por lo que no hay que suprimir nada para hacerle lugar. Otras posibilidades son los primeros viernes y los primeros sábados, ya que éstas son devociones muy queridas y al mismo tiempo, tradicionales, y la Misa tradicional puede ser entendida como su complemento natural: se ve como algo especial que se hace con motivo de una devoción especial. Otro párroco que conozco introdujo una Misa vespertina sólo para hombres y muchachos, como parte de un programa que incluía adoración, rosario, Misa y convivencia, y pronto va a introducir una Misa mensual sólo para mujeres y niñas.
La introducción del usus antiquior en el domingo o en los días de fiesta es el paso más importante y el más difícil. Es importante darlo, eventualmente, porque sólo de este modo puede el tesoro de la antigua liturgia llegar al mayor número de fieles posible. Es un paso obviamente difícil por la necesidad (en muchas partes) de que un solo sacerdote diga muchas Misas, como también por el desafío que representa un horario ya establecido, que los fieles detestan ver modificado. Pero incluso aquí puede haber una forma de abrirse paso: por ejemplo, si existe ya una tranquila Misa matinal, podría convertírsela en una tranquila Misa rezada, tomando la precaución de repetir desde el púlpito las lecturas en vernáculo, antes de la homilía. Si ya existe una “Misa para jóvenes”, ¿por qué no llevar a cabo el experimento atrevido y loco de la Nueva Evangelización, de reemplazarla por una Misa cantada con gregoriano? Hay muchos jóvenes que se aburren o desincentivan con la música pseudo-pop y con el aguarlo todo que muchos planificadores litúrgicos creen necesario para la generación de los teléfonos “inteligentes”. Como siempre, algunos jóvenes dejarán de asistir, pero otros encontrarán en esa Misa una experiencia radicalmente nueva que los atrae por misteriosos caminos. Aparecerá gente nueva, que traerá consigo más gente. Podría todo terminar de modo muy exitoso.
En todas estas ideas, estoy penosamente consciente de la realidad del terreno que se pisa. Hay muchos sacerdotes que se sienten con las manos atadas a causa de la hostilidad del obispo, de la curia episcopal, del presbiterio o de la parroquia hacia todo lo tradicional. Esto es un aspecto deplorable de nuestra decadente situación, pero no es un callejón sin salida. En tales casos, el sacerdote se hace un bien, a pesar de todo, aprendiendo el usus antiquior, puesto que puede celebrarlo privadamente una vez a la semana, o en su día libre. Esto será para su propio beneficio espiritual por las razones que ya he dado y, al conectarlo con la riqueza de la tradición, influirá para mejor en su modo de entender lo que es la liturgia y cómo debiera celebrársela, cualquiera sea el rito o la forma.

CALENDARIO LITÚRGICO TRADICIONAL DIGITAL 2019 UNA VOCE SEVILLA
/0 Comentarios/en Calendario litúrgico tradicional, Liturgia tradicional, Misa en latín, Misa gregoriana, Misa tradicional, Summorum Pontificum, Una Voce Sevilla /por Una Voce Sevilla - Misa TradicionalUn año más, con ocasión de la festividad de la Epifanía del Señor, la asociación Una Voce Sevilla pone a disposición el calendario litúrgico tradicional en formato pdf correspondiente al año del Señor de dos mil diecinueve.
PARA DESCARGAR EL CALENDARIO PINCHAR AQUÍ.
De gran utilidad e interés para sacerdotes y fieles que celebran o asisten, respectivamente, a la Misa según la Forma Extraordinaria del Rito Romano o tradicional y/o rezan el Breviarium Romanum, conforme al Misal de Juan XXIII de 1962 y el motu proprio Summorum Pontificum de S.S. Benedicto XVI.
Agradecemos la difusión de este calendario.
UNA VOCE SEVILLA

SÁBADO 15 DICIEMBRE: SEVILLA VUELVE A RECUPERAR LA MISA RORATE TRADICIONAL DE ADVIENTO
/0 Comentarios/en Barrio Santa Cruz, Gregoriano, III Encuentro Summorum Pontificum Andalucía, Misa en latín, Misa gregoriana, Misa tradicional, Summorum Pontificum, Una Voce Sevilla /por Una Voce Sevilla - Misa Tradicional
Les informamos que el próximo sábado 15 de diciembre, se celebrará -D.m.- MISA RORATE según la Forma Extraordinaria del Rito romano, a las 07:30 h. de la mañana, en el Oratorio Escuela de Cristo de Sevilla, sito en el Barrio de Santa Cruz.
Una tradición católica de Adviento, que la Asociación Una Voce Sevilla vuelve a recuperar, es celebrar durante los sábados de este tiempo litúrgico la Misa Rorate Caeli “de sancta Maria in Sábato”, que, a su vez, se caracteriza por oficiarse al amanecer, con la Iglesia a oscuras, sin luz ni del sol ni artificial: sólo la procurada por los numerosos candelabros en el altar y el presbiterio, y por las candelas que llevan los fieles en la mano
El sentido espiritual de esta celebración es profundo: en el Adviento nos preparamos a la fiesta del nacimiento de Cristo, y con la Virgen nos preparamos a una llegada de Aquel que es la Luz y ha venido a disipar nuestras tinieblas y a iluminarnos en gracia y santidad.
Sobre el simbolismo especial de estas Misas, Benedicto XVI recordaba con añoranza en sus memorias (Ratzinger, J., Mi vida, trad. de Carlos D’Ors Fühers, Madrid, Cristiandad, 7ª ed., 2005, p. 39): «El año litúrgico daba al tiempo su ritmo y yo lo percibí ya de niño, con gran alegría y agradecimiento. En el tiempo de Adviento, por la mañana temprano, se celebraban con gran solemnidad las misas Rorate en la iglesia aún a oscuras, sólo iluminada por la luz de las velas. La espera gozosa de la Navidad daba a aquellos días melancólicos un sello muy especial. Joseph Ratzinger, luego Benedicto XVI, de niño«.
UNA VOCE SEVILLA

SEVILLA: SÁBADO 8 DICIEMBRE MISA TRADICIONAL FESTIVIDAD INMACULADA CONCEPCION
/0 Comentarios/en Misa Tradicional en Sevilla, Summorum Pontificum, Una Voce Sevilla /por Una Voce Sevilla - Misa TradicionalLes informamos que el próximo sábado 8 de diciembre, festividad de la Inmaculada Concepción de la Virgen María, Patrona de España, en su honor se oficiará –D.m.- Santa Misa según el rito romano tradicional, a las 11:00 horas, en el Oratorio Escuela de Cristo de Sevilla, sito en el sevillano Barrio de Santa Cruz.
Se recuerda la obligación que tienen los fieles de participar en la Santa Misa los días de precepto.
UNA VOCE SEVILLA
“Tota pulchra es, María: et mácula originalis non est in te. Allelúia”
(Toda hermosa eres, María, y en ti no hay mancha original. Aleluya) Gradual de la Misa.
INFORMACIÓN CATEQUESIS UNA VOCE SEVILLA PARA ADULTOS, JÓVENES Y NIÑOS
/0 Comentarios/en Misa Tradicional en Sevilla, Una Voce Sevilla /por Una Voce Sevilla - Misa TradicionalLes informamos a continuación, de las distintas Catequesis que organiza la Asociación Una Voce Sevilla y que han dado comienzo recientemente. Están dirigidas para todos los asociados y fieles de la Archidiócesis que deseen conocer y profundizar en la Doctrina Católica y en la Tradición de la Iglesia.
CATEQUESIS UNA VOCE SEVILLA:
1º AFIRMACIÓN CATÓLICA PARA ADULTOS: 3º Domingo de mes. 12:30 horas. Oratorio Escuela de Cristo.
2º PERSEVERANCIA PARA JÓVENES: 2º y 4º Domingo de mes. 12: 30 horas. Oratorio Escuela de Cristo.
3º DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA PARA JÓVENES: 3ª sábado de mes. 11:00 h. Plaza Oratorio Escuela de Cristo.
4º POST-COMUNIÓN PARA NIÑOS: Domingos tras la Misa. Oratorio Escuela de Cristo.
5º PRIMERA COMUNIÓN PARA NIÑOS: Domingos tras la Misa Plaza Oratorio Escuela de Cristo.
6º CONFIRMACIÓN PARA JÓVENES: A la espera de inicio.
Todas las catequesis son impartidas por seglares pertenecientes a nuestra Asociación, a quienes agradecemos profundamente su formación y colaboración.
PARA MÁS INFORMACIÓN ESCRIBIR A: asociación@unavocesevilla.info
ARTÍCULO: «LA LITURGIA TRADICIONAL: FUENTE Y CULMEN DE LA VIDA CRISTIANA»
/0 Comentarios/en Liturgia tradicional, Misa gregoriana, Misa Tradicional en el mundo, Summorum Pontificum, Una Voce Sevilla /por Una Voce Sevilla - Misa TradicionalOfrecemos a nuestros queridos lectores un nuevo artículo del Dr. Peter Kwasniewski publicado en el blog de la Asociación Litúrgica Magnificat (Una Voce Chile). El argumento es que la Misa de siempre constituye en realidad ese paradigma con que los Padre conciliares definieron la Santa Misa, vale decir, es ella de la cual puede predicarse el ser en verdad la fuente y cumbre de la vida cristiana (Lumen Gentium, núm. 11). Esto se debe a que es la Misa tradicional la que atrae vocaciones, alimenta la vida contemplativa y apoya al sacerdocio, y su demostración de que así es resulta evidente incluso desde un punto de vista estadístico.
La entrada fue publicada originalmente en New Liturgical Movement, y la traducción ha sido preparada por la Asociación Litúrgica Magnificat.
Monjes en Clear Creek: ¡Aquí no faltan las vocaciones!
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La liturgia tradicional atrae vocaciones, alimenta la vida contemplativa y apoya al sacerdocio
Peter Kwasniewski
En mi artículo “La existencia de modelos políticos divergentes en las dos “formas” del rito romano” sostengo quienes llegan al Novus Ordo con una bien desarrollada vida de fe están equipados para derivar de él beneficios espirituales, en tanto que quienes asisten a la Misa tradicional se ven confrontados con una espiritualidad fuerte y definida que los hace profundizar en los misterios de la fe y en el ejercicio de las virtudes teologales. La forma nueva es un campo de juego vagamente demarcado donde se realizan ejercicios litúrgicos de puertas adentro, mientras que la forma antigua es una arena ascético-mística que educa a los soldados del Señor. La primera supone virtudes; la segunda, las produce.
¿Existen pruebas externas de que este análisis es correcto?
Yo diría que sí. Una señal de su acierto es la frecuencia con que uno encuentra gente joven que, o bien se ha convertido a la fe, o bien ha descubierto que tiene una vocación religiosa precisamente gracias a la liturgia tradicional: ha sido la liturgia misma la que los ha atraído poderosamente. Las historias de conversiones y de vocaciones en el Novus Ordo tienen mucho más que ver con “conocí a una persona maravillosa”, o “al leer la Biblia”, o “descubrí un gran libro de Ignatius Press”, o “pude conocer a las monjas de mi colegio”, o “su dedicación a los pobres era tan emocionante”.
Todas estas motivaciones son realmente buenas, y el Señor quiere servirse de todas ellas. Aun así, resulta notable que el Novus Ordo raramente actúa como un imán poderoso que atrae a las personas: lo que hace es que quienes han sido atraídos por otras causas sigan adelante y lo cultiven como el servicio usual de oración. Esto equivale a la diferencia entre confiar en la ayuda de un vecino y enamorarse. Hoy los jóvenes confían en la ayuda del Novus Ordo, pero se enamoran de la liturgia tradicional. También se puede decir que es como la diferencia entre actuar por deber y actuar por placer. Asistimos al Novus Ordo cumpliendo un deber, porque se lo considera “bueno para uno”, como comer avena al desayuno; pero nos entusiasmamos cuando tenemos una Misa tradicional a nuestro alcance, porque es deliciosa para el paladar espiritual.
Quizá los lectores piensen que estoy exagerando el contraste. Puede que tengan razón. Pero sólo puedo hablar desde mi propia experiencia y desde las conversaciones que, como profesor, director de coro o peregrino, he tenido con cientos de jóvenes durante los últimos veinte años. Me parece que hay una gran diferencia en la percepción de cuánto atrae o cuán deseable es la antigua liturgia si se la compara con la nueva. Y tanto es así que un colegio o universidad que quisiera aumentar la asistencia a la Misa diaria, lo que tendría que hacer sería ofrecer la Misa antigua, u ofrecerla más frecuentemente: el número de los asistentes se incrementaría significativamente. Pareciera que esto es contrario a lo que uno intuye que debiera ser el caso, pero la experiencia lo confirma una y otra vez en las capellanías de todo el mundo.
Un psicólogo o un sociólogo diría que esto puede tener muchas causas, pero lo que aquí me interesa es que existe una explicación teológica real. Es posible ver por qué, en términos litúrgicos, la forma antigua de la Misa (y del Oficio y de los sacramentos y de los sacramentales, etcétera), resulta poderosamente atractiva para la juventud de hoy que la descubre. Esas formas viejas de siglos, pre-industriales, pre-democráticas son mucho más ricas y densas, más simbólicas, envolventes y misteriosas, y apuntan más obviamente pero, al mismo tiempo, más oscuramente a lo sobrenatural, a lo divino, a lo trascendente, a lo gratuito, a lo inesperado: seducen, como sólo Dios puede seducir. Seduxisti me, Domine, et seductus sum: fortior me fuisti, et invaluisti (Jer. 20, 7). Esto es, al cabo, lo que tenía en mente Benedicto XVI cuando escribió a todos los obispos del mundo: “Se ha demostrado claramente que también los jóvenes han descubierto esta forma litúrgica, han sentido su atractivo, y han encontrado en ella un modo de relacionarse con el Misterio del Santísimo Sacramento que les resulta particularmente apropiado”.
La liturgia reformada, en su simplicidad ginebrina, no ha ganado jamás un premio por ser seductora. La gente apenas puede observarla cara a cara sin sentirse embarazada por su desnudez, sin tratar de revestirla con todos los adosamientos que puede encontrar o inventar. Tenemos que aportarle la devoción o la seriedad que ya tenemos nosotros mismos, si es que vamos a poder beneficiarnos con el divino sacramento que ella alberga espartanamente. Si no se existe un previo amor por el Señor, esa liturgia resulta ser un asunto tedioso, ingrato, como cuando tratamos de convencer de que se haga amigo nuestro a alguien a quien le resultamos indiferentes. Es una lucha cuesta arriba desde que empieza. ¿Por qué habrían de interesarse los jóvenes en algo que se parece tanto a una aburrida conferencia, lógica y eficiente, o que necesita endulzantes artificiales, como la música sagrada popular? La mayor parte de ellos preferiría estar en cualquier otra parte.
Una monja de la congregación tradicional de las benedictinas de María
Cuando se trata de comprender cómo la liturgia ayuda u obstaculiza las vocaciones sacerdotales y religiosas, hay que tomar en cuenta las exigencias de la vida activa y de la vida contemplativa. Actualmente las comunidades religiosas sienten un fuerte atractivo hacia la vida activa, realizando apostolados en el mundo. Como lo han observado Dom Chautard y otros autores, los hombres modernos son poderosamente tentados a caer en la “herejía del activismo”, según la cual creemos que, con trabajar duramente, vamos a construir el reino de Dios en la tierra. La teología de la liberación es un ejemplo extremo de esta tendencia, pero ella ha estado operando desde, por lo menos, la herejía del americanismo, diagnosticada por León XIII en Testem benevolentiae, de acuerdo con la cual las denominadas “virtudes activas” del trabajo en el mundo han dejado atrás, en valor y relevancia, a las denominadas “virtudes pasivas” de la vida religiosa y contemplativa.
Puesto que el Novus Ordo valoriza lo activo y denigra lo pasivo, parece calzar bien con la mentalidad activista o americanista. Por ello, pareciera que las órdenes religiosas activas podrían, de algún modo, encontrarlo aceptable, siempre que pudieran inyectarle una vida interior cultivada mayormente con otros recursos. Pero el sacerdocio, que necesita estar enraizado en los misterios del altar a fin de permanecer robusto y fructífero, y la vida contemplativa, que se concentra en el ofrecimiento de un sacrificio de alabanza y no en el apostolado exterior, no pueden florecer con una dieta de subsistencia. Lo que puede parecer “suficiente” para el trabajador en la viña, es peligrosamente inadecuado para el sacerdote y el contemplativo, que necesitan una liturgia auténticamente sacerdotal y contemplativa si es que han de poder responder a su gran vocación.
He aquí por qué se advierte, en todo el mundo, que los sacerdotes y contemplativos serios “tradicionalizan” el Novus Ordo todo lo que pueden, o adoptan la Misa y el Oficio tradicional, o hacen ambas cosas. Podemos encontrar ejemplos de esta actitud, amigable con la Tradición, en comunidades como la Abadía de San José de Clairval, los Canónigos Regulares de San Juan de Kenty, la Comunidad de San Martín y los monjes de Nursia, Fontgombault, Clear Creek y Heiligenkreuz.
¿Quiere esto decir que las comunidades religiosas con buena salud (relativamente pocas) que usan el Novus Ordo estarían muchísimo mejor con el Vetus Ordo? Sí, absolutamente. El bien de que gozan se mutiplicaría, su poder de atraer y su poder de intercesión se verían grandemente intensificados. Sin embargo, por desgracia, incluso aquéllos que llegan a reconocer la superioridad de la Tradición, se desaniman por el clima hostil que el actual pontificado ha creado frente al regreso de la auténtica lex orandi de la Iglesia. Y procuran evitar la suerte que corrieron los Hermanos Franciscanos de la Inmaculada, o los Trapenses de Mariawald. En estas señales de oposición oficial a la restauración de la tradición católica, que necesitamos desesperadamente, se puede ver los típicos signos del implacable odio del Diablo hacia el celibato sacerdotal y la vida religiosa contemplativa.
Pero ni la oposición de los hombres ni de los ángeles debiera impedir a cualquier comunidad introducir, silenciosa y prudentemente, la liturgia tradicional en su vida cotidiana. “Este es un llamado a la resistencia y a la fe de los santos” (Apoc., 13, 10). Los antiguos ritos y usos litúrgicos latinos han alimentado a los santos de la Iglesia de occidente por más de 1600 años, y tienen el mismo perenne poder de hacer lo mismo con todos los santos que el Señor desea suscitar hoy día. Jamás la liturgia tradicional dejó de atraer vocaciones de todo tipo, o de sostener la vida cristiana del laicado, y sigue produciendo la misma fascinación y fortalecimiento entre nosotros. El rito litúrgico recientemente manufacturado está fallando, igual que el mundo americanista en el cual se inculturó. Está comenzando a reaparecer una Iglesia más sana, una más saludable ciudad espiritual.
Seminaristas de las FSSP en Alemania
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Crédito de las fotografías: Todas las imágenes de esta entrada acompañan al artículo original en New Liturgical Movement.
SEVILLA: VIERNES 16 NOV. MISA TRADICIONAL PRO DEFUNCTIS
/0 Comentarios/en Barrio Santa Cruz, Liturgia tradicional, Misa gregoriana, Misa Tradicional en Sevilla, Summorum Pontificum, Una Voce Sevilla /por Una Voce Sevilla - Misa TradicionalLA ASOCIACIÓN UNA VOCE SEVILLA
RUEGA una oración por los familiares de los socios y simpatizantes de la Misa tradicional en Sevilla fallecidos, especialmente por los que fueron miembros de nuestra asociación, y la asistencia a la Misa tradicional pro defunctis que, en sufragio por sus almas, se celebrará –D.m.- el próximo viernes, día 16 de noviembre, a las 8 de la tarde, en el Oratorio Escuela de Cristo, final callejón Carlos Alonso Chaparro (a la altura del nº 20 de la c/ Ximénez de Enciso). Barrio de Santa Cruz.
Requiescant in pace

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SEVILLA: CAMBIO DEFINITIVO HORARIO MISA TRADICIONAL-GREGORIANA
/0 Comentarios/en Barrio Santa Cruz, Liturgia tradicional, Misa gregoriana, Misa Tradicional en Sevilla, Summorum Pontificum, Una Voce Sevilla /por Una Voce Sevilla - Misa TradicionalNos complace informarles, que la Santa Misa según el rito romano tradicional o gregoriano que organiza nuestra Asociación en Sevilla , cambia su horario de forma definitiva a las 11 de la mañana, todos los domingos y días de precepto no laborales , en el Oratorio Escuela de Cristo, sito en el Barrio de Santa Cruz.
Rogamos difusión de este aviso.
UNA VOCE SEVILLA
«Ab oriente Salvator noster redibit” (De Oriente regresará nuestro Salvador)
SEVILLA: JUEVES 1º NOV. MISA TRADICIONAL CANTADA FESTIVIDAD TODOS LOS SANTOS
/0 Comentarios/en Gregoriano, Liturgia tradicional, Misa gregoriana, Misa Tradicional en Sevilla, Summorum Pontificum, Una Voce Sevilla /por Una Voce Sevilla - Misa TradicionalLes informamos que el próximo JUEVES 1º DE NOVIEMBRE, festividad de TODOS LOS SANTOS, se oficiará en su honor- Santa Misa cantada según el Rito romano tradicional o gregoriano, a las 11:00 horas, en el Oratorio Escuela de Cristo, sito en el Barrio de Santa Cruz de Sevilla
Por la Schola Laudate Dominum de nuestra Asociación será interpretado en sus melodías gregorianas el ordinario de la Misa de Angelis y el propio salmodiado de dicha festividad litúrgica. La música de órgano correrá a cargo de doña Cristina Leal.
Les animamos a asistir y difundir esta importante celebración litúrgica.
“Gaudeamus omnes in Dómino, diem festum celebrántes sub honóre Sanctórum ómnium”(Regocijémonos todos en el Señor, celebrando esta fiesta en honor de todos los Santos) Introito Misa.
UNA VOCE SEVILLA
UNA VOCE SEVILLA PARTICIPARÁ EN LA VII PEREGRINACIÓN INTERNACIONAL SUMMORUM PONTIFICUM A ROMA (26-28 OCT.)
/0 Comentarios/en Gregoriano, Liturgia tradicional, Misa gregoriana, Misa Tradicional en Sevilla, Summorum Pontificum, Una Voce Sevilla /por Una Voce Sevilla - Misa TradicionalEl próximo fin de semana (26,27 y 28 de octubre), se celebrará en Roma la VII Peregrinación Internacional Summorum Pontificum, en la que por segundo año consecutivo estarán representadas y participarán la Comisión Misa Tradicional Andalucía y Una Voce Sevilla.
Esta peregrinación a la Ciudad Eterna, se organiza anualmente en el mes de octubre, en torno a la festividad de Cristo Rey, aglutinando en ella a los Institutos religiosos y fieles de la liturgia tradicional que la promueven conforme al motu proprio Summorum Pontificum de S.S. Benedicto XVI. La organización de la peregrinación corre a cargo de las asociaciones Giovani e Tradizione y Amicizia Sacerdotale Summorum Pontificum, siendo el acto principal la Misa Pontifical según el rito romano tradicional que se celebrará el sábado en el Altar de la Cátedra de la Basílica de San Pedro en el Vaticano, en la que la homilía correrá a cargo del cardenal Angelo Comastri, Arcipreste de esta Basílica.
A continuación, les ofrecemos el programa de la Peregrinación:
Viernes 26 de octubre
-De 10 a 17 h – Encuentro Populus Summorum Pontificum
organizado por Paix Liturgique, la Federación Internacional Una Voce y Juventutem
Institutum Patristicum Augustinianum, Via Paolo VI, 25
Inscripción: 15 euros, con almuerzo incluido
-18 horas – Misa de apertura de la peregrinación en la iglesia de la Santísima Trinidad de los Peregrinos, celebrada por el P. Ike, FSSP, en acción de gracias por los 30 años de la Fraternidad San Pedro
Sábado 27 de octubre
-9.30 h – Adoración eucarística (y confesiones) en la Basílica de San Lorenzo in Damaso
-10.30 h – Procesión solemne hacia la basílica de San Pedro, guiada por Mons. Kozon
-12 h – Gran Misa Pontifical en la Basílica de San Pedro (altar de la cátedra de Pedro), celebrada por S.E.R. Mons. Czeslaw Kozon, obispo de Copenhague, coro dirigido por el maestro Aurelio Porfiri y homilía del cardenal Angelo Comastri, Arcipreste de la Basílica de San Pedro
-14 h – Bufé para el clero (con inscripción previa) en el Palacio Cesi
-18 h – Vísperas de Cristo Rey en la iglesia de la Santísima Trinidad de los Peregrinos, celebradas por S.E.R. Mons. François Bacqué, Arzobispo de Gradisca
Domingo 28 de octubre
-9.30 h – Misa de Cristo Rey en la iglesia de Jesús y María para los peregrinos que deseen participar en el Ángelus del Santo Padre celebrada por Mons. Michael Schmitz, Vicario general del Instituto de Cristo Rey Sumo Sacerdote
-11h – Misa pontifical de Cristo Rey celebrada por Mons. Kozon, en la iglesia de la Santísima Trinidad de los Peregrinos (FSSP)
Animamos a todos los fieles de la Tradición a participar en tan importante Peregrinación ad Petri Sedem.
19, 20, 21 OCT: UNA VOCE SEVILLA Y EL GRUPO JOVEN SURSUM CORDA PARTICIPARÁN EN LA IV MUESTRA DE ASOCIACIONES DE LAICOS DE LA ARCHIDIÓCESIS DE SEVILLA
/0 Comentarios/en Liturgia tradicional, Misa gregoriana, Misa Tradicional en Sevilla, Summorum Pontificum, Una Voce Sevilla /por Una Voce Sevilla - Misa TradicionalLes informamos que la Asociación Una Voce Sevilla y el Grupo Joven Sursum Corda perteneciente a ésta, como realidades eclesiales existentes en nuestra Archidiócesis, estarán representados y participarán por primera vez en la Muestra de Asociaciones de Laicos de Sevilla que cada dos años organiza la Delegación Diocesana de Apostolado Seglar.
La Muestra, en su cuarta edición, se celebrará el próximo viernes 19, sábado 20, y domingo 21 de octubre en la céntrica Plaza de San Francisco de Sevilla, y en esta ocasión tiene como lema “Llamados a la santidad”.
Contaremos con un stand en una carpa para llevar a cabo nuestro apostolado de la Liturgia tradicional, ofreciendo a los visitantes la posibilidad de dar a conocer la existencia de la Misa tradicional en Sevilla, nuestra Asociación y el Grupo Joven, y las actividades que promovemos (Santa Misa, Triduo Sacro, Adoración al Santísimo, Escuela de Acólitos, Schola Gregoriana, Peregrinaciones, Retiros, Catequesis, Convivencias…etc.). Todo ello, mediante diverso material audiovisual y gráfico que pondremos a disposición en dicho stand para quien lo desee.
El horario de apertura del stand de Una Voce Sevilla – Grupo Joven Sursum Corda será:
- Viernes 19: De18:00 h. a 21:15 h.
- Sábado 20: De 11:00 h. a 19:30 h.
- Domingo 21: De 11:00 h. a 19:30 h.
Recomendamos encarecidamente a nuestro asociados, fieles y amigos, la asistencia a la Muestra, y en concreto la participación en los actos litúrgicos y piadosos allí organizados.
A continuación, les ofrecemos la Programación de Actos de la Muestra:
Viernes 19 de octubre
18.00 h.- Inauguración Muestra presidida por el Arzobispo de Sevilla y apertura del stand de Una Voce Sevilla
19.30 h.- Vía Crucis, con la imagen del Cristo de la Vera Cruz de la Parroquia de San Juan Pablo II (salida de la Catedral). Reflexión final del Arzobispo de Sevilla.
21.15 h.– Cierre de los Stands
Sábado 20 de octubre
11.00 h.– Apertura de stands. Música y testimonios en el escenario.
19.30 h.– Cierre stands y Santo Rosario por la Familia, con la imagen de Ntra. Sra. de la Salud (capilla del Palacio Arzobispal). Preside el Arzobispo de Sevilla.
Domingo 21 de octubre
11.00 h.– Apertura de stands. Música y testimonios en el escenario.
19.30 h.– Cierre stands y Adoración Eucarística ‘Adoremus’. Meditación del Obispo auxiliar de Sevilla.
Agradecemos a la Delegación Diocesana de Apostolado Seglar la acogida dispensada.
Para más información, pueden escribir al correo electrónico: asocición@unavocesevilla.info.
UNA VOCE SEVILLA
CRÓNICA, FOTOGRAFÍAS Y VIDEOS DEL EXITOSO TERCER ENCUENTRO SUMMORUM PONTIFICUM ANDALUCÍA EN MÁLAGA
/0 Comentarios/en don Jesús Catalá Ibañez, Gregoriano, Liturgia tradicional, Misa en latín, Misa gregoriana, Misa Tradicional en España, Summorum Pontificum, Una Voce Sevilla /por Una Voce Sevilla - Misa TradicionalIII ENCUENTRO SUMMORUM PONTIFICUM ANDALUCÍA
Málaga, 22 de Septiembre de 20018
Diez horas por Rafael Ordóñez (Una Voce Málaga)
Sirvan estas palabras como crónica de las diez horas que cambiaron la vida de la Misa Tradicional en Málaga, a buen seguro en Andalucía y, por el eco obtenido, puede que también en España. A las 12 de la mañana ya era fácil intuir lo que iba a ser la jornada histórica de este sábado de septiembre, vísperas de la festividad de San Pío de Pietrelcina. Siete meses de intenso trabajo por parte de la Comisión Misa Tradicional Andalucía y Una Voce Málaga cristalizaban en aquella hora. La asistencia a la Conferencia tenía a los organizadores en estado de vigilia. Pero comenzó la afluencia de personas de forma lenta, pero incesante. Cuando Monseñor Bux llegó, la Antigua Capilla del Palacio Episcopal malagueño estaba casi al completo. Oír a Monseñor Bux fue como oír un compendio enciclopédico de sabiduría, profunda experiencia de vida eclesial y amor a la liturgia eterna. Él conoce, como pocos, la gestación y el alumbramiento de Summorum Pontificum. Su cercanía y colaboración con el Santo Padre Benedicto XVI hizo que el auditorio estuviese sin pestañear a lo largo y ancho de su disertación. El muy ilustre conferenciante fue presentado con brevedad, tal como era su deseo, por el firmante de esta crónica, cerrando el acto el coordinador general de la Comisión Misa Tradicional de Andalucía.
En próximas entradas publicaremos en este blog el texto de la conferencia.
El Salón de Actos del Palacio Episcopal de Málaga registró un lleno para la ocasión.
El conferenciante, Monseñor Nicola Bux, Prelado de Su Santidad y estrecho colaborador de Benedicto XVI
Vista frontal del Salón de Actos.
Acto seguido se celebró la habitual comida de hermandad en la que participaron fieles de todas las diócesis de Andalucía y que resultó entrañable, tranquila, muy de amigos o miembros de una misma familia, y en la que tuvimos excepcional oportunidad de saludarnos, de departir y de unir voluntades y afectos.
Momento de la bendición de la mesa por parte del Mons. Bux
A las 7 de la tarde llegaba la hora H del día D. Dos horas antes ya estábamos en la Catedral malacitana cerrando los mil y un detalles de última hora. El recinto sacro estaba cerrado aún para los asistentes, pero estos ya se iban agolpando en la puerta. En ese momento supimos que la Catedral se iba a llenar. Ensayos, nervios, disposiciones finales y a la ceremonia. Media hora antes se abrieron las puertas del templo y los malagueños, junto a los venidos de toda Andalucía, ocuparon la totalidad de asientos disponibles, siendo necesario habilitar un sinfín de sillas supletorias. Se inició la procesión hacia el altar compuesta por tres acólitos, maestro de ceremonia, subdiácono, diácono y celebrante. Los sacerdotes eran el reverendo don Raúl Olazábal (subdiácono), el reverendo don Alexis Rouquayrol (diácono), ambos del Instituto Cristo Rey Sumo Sacerdote, y el Muy Ilustre Monseñor Don Nicola Bux, respectivamente. Cerraba el cortejo el Sr. Obispo de Málaga Don Jesús Catalá Ibáñez acompañados por los señores canónigos Don Felipe Reina, Don José León y don Isidro Rubiales. Los ornamentos fueron sencillamente preciosos, espectaculares. Una belleza que impresionó a los asistentes. Fue este el caso de la casulla del celebrante, de las dalmáticas del diácono y subdiácono y de la capa pluvial del señor obispo.
Procesión de entrada por parte del Sr. Obispo de Málaga
La Santa Misa se desarrolló en un estado de expectación máxima para todos los presentes. Una misa solemne, ajustada, sin excesos, profunda, impactante en su sencillez y en su grandeza. Monseñor Bux transmitió perfectamente la más íntima verdad de un sacerdote, ser un Alter Christi, su sentido de la adoración y su sentirse ínfimo ante la presencia del Misterio. Todos lo percibieron. De igual forma el diácono y el subdiácono transmitieron su profundo estado de reverencia y humildad ante lo más grande que ocurre en la Tierra todos los días: la Santa Misa. La música del órgano catedralicio y las voces de la schola gregoriana estuvieron al nivel requerido por tan magna celebración, simplemente impecables. Todos al límite de la perfección. Ni una sola de las personas asistentes abandonó su asiento durante toda la celebración. El Sr. Obispo participó de una forma muy edificante para todos. Como sumo liturgo de la diócesis siguió la ceremonia con total atención, siendo siempre para todos ejemplar punto de referencia en su actitud, sus gestos y en su presencia misma. Impartió al final la bendición apostólica, recibida de forma unánime de rodillas por los fieles.
La homilía la dijo Monseñor Catalá Ibáñez al final, siendo corta pero bien honda. Los nombres de Jesucristo y de María enseñorearon su plática. Terminada la predicación, y de forma sencilla y sin prólogo alguno, soltó la bomba que hizo saltar por los aires, eso sí, en forma de alegría desbordada, aplausos y lágrimas, este III Encuentro: La Santa Misa Tradicional en Málaga pasa a celebrarse todos los domingos. Todavía me aprieta un pellizco en el diafragma cuando lo escribo. Dios se lo pague, Don Jesús, como Él lo hace todo, sobreabundantemente.
El texto de la homilía pronunciada por el prelado de Málaga puede leerse pinchando aquí
Coordinadores de la Comisión Misa Tradicional Andalucía pertenecientes a todas las Diócesis de Andalucía, junto al obispo de Málaga
Don Jesús Catalá, posa con varias familias numerosas tras la Santa Misa
@ Fotografías: Don Antonio Varo y Misa Tradicional Andalucía
LAUS DEO VIRGINIQUE MATRI