SÁBADO 15 DICIEMBRE: SEVILLA VUELVE A RECUPERAR LA MISA RORATE TRADICIONAL DE ADVIENTO

Les informamos que el próximo sábado 15 de diciembre, se celebrará -D.m.- MISA RORATE según la Forma Extraordinaria del Rito romano, a las 07:30 h. de la mañana, en el Oratorio Escuela de Cristo de Sevilla, sito en el Barrio de Santa Cruz.

Una tradición católica de Adviento, que la Asociación Una Voce Sevilla vuelve a recuperar, es celebrar durante los sábados de este tiempo litúrgico la Misa Rorate Caeli “de sancta Maria in Sábato”, que, a su vez, se caracteriza por oficiarse al amanecer, con la Iglesia a oscuras, sin luz ni del sol ni artificial: sólo la procurada por los numerosos candelabros en el altar y el presbiterio, y por las candelas que llevan los fieles en la mano

El sentido espiritual de esta celebración es profundo: en el Adviento nos preparamos a la fiesta del nacimiento de Cristo, y con la Virgen nos preparamos a una llegada de Aquel que es la Luz y ha venido a disipar nuestras tinieblas y a iluminarnos en gracia y santidad.

Sobre el simbolismo especial de estas Misas, Benedicto XVI recordaba con añoranza en sus memorias (Ratzinger, J., Mi vida, trad. de Carlos D’Ors Fühers, Madrid, Cristiandad, 7ª ed., 2005, p. 39): «El año litúrgico daba al tiempo su ritmo y yo lo percibí ya de niño, con gran alegría y agradecimiento. En el tiempo de Adviento, por la mañana temprano, se celebraban con gran solemnidad las misas Rorate en la iglesia aún a oscuras, sólo iluminada por la luz de las velas. La espera gozosa de la Navidad daba a aquellos días melancólicos un sello muy especial. Joseph Ratzinger, luego Benedicto XVI, de niño«.

UNA VOCE SEVILLA

ARTÍCULO: «LA LITURGIA COMO TEMPLO: ¿OBRA DE DIOS U OBRA DEL HOMBRE?»

Les ofrecemos un nuevo artículo del Prof. Peter Kwasniewski, ya conocido de nuestros lectores –publicado por la web hermana chilena MAGNIFICAT (UNA VOCE CHILE)- donde aborda el sentido que tiene la liturgia como verdadero templo del cristiano. De esta manera, la crisis que atraviesa la Iglesia constituye una oportunidad para darse cuenta de la gracia que hemos recibido al haberse preservado la Misa tradicional, la cual, lenta pero perceptiblemente, comienza a mostrar frutos de recuperación de la verdadera piedad cristiana.

El artículo fue publicado originalmente en OnePeterFive. La versión que ahora publicamos ha sido preparada por MAGNIFICAT.

Foto: One Peter Five

La liturgia como templo:

¿obra de Dios u obra del hombre?

Peter Kwasniewski

Acercándose el fin de sus días en la tierra, Nuestro Señor caminaba una vez por el templo de Jerusalén, vasta estructura de noble diseño, construida por manos humanas, moldeada por judíos que osaban soñar que ésta era la “casa de Dios”, tal como el palacio de Herodes era la casa de Herodes. El hecho de que el primer templo, construido por Salomón, hubiera sido arrasado hasta sus cimientos por el ejército babilonio, no parece haber convencido a los judíos de que su sueño estaba destinado al fracaso.

Mientras caminaba por el templo, uno de sus discípulos le dijo: “Maestro, observa estas piedras y estos edificios”. Y Jesús, respondiendo, le dijo: “¿Ves estos grandes edificios? Todos serán destruidos y no quedará de ellos piedra sobre piedra” (Mc. 13, 1-2).

Aquel templo siempre tuvo el propósito de ser sólo una señal provisoria de la inhabitación de Dios en Israel, unión destinada a realizarse en el Verbo hecho carne, templo no hecho por manos humanas, en que Dios y el hombre son uno, indisolublemente y para siempre. El cuerpo de Cristo es el tabernáculo del Altísimo, el lugar donde mora su gloria. Y así, según el plan de la Divina Providencia, los romanos destruyeron el año 70 d.C. el templo que era obra del hombre, despejando la vía para el templo universal del Cuerpo Místico de Cristo.

Esto no significa que la religión cristiana sea una religión desencarnada, como lo han proclamado ciertas tendencias espiritualistas en la Cristiandad, de fuerte impulso iconoclasta, especialmente en los siglos VIII, XVI y XX. Por el contrario, tenemos un templo nuevo y mejor, el Cuerpo de Cristo, que -o más bien, Quien- está real, verdadera y sustancialmente presente en cada tabernáculo existente en cualquier parte del mundo.

La capilla de Nôtre Dame du Haut, en Ronchamp (Francia), obra arquitectónica realizada por Le Corbusier entre 1950-1955

(Imagen: Arquiscopio)

Cada iglesia católica es el lugar en que “la plenitud de la divinidad reside corporalmente” (Col 2, 9), lo que hace de la más humilde capilla algo más valioso y más glorioso que el primer templo de Salomón o el segundo templo de Herodes. Lo que el Señor dice de los lirios del campo puede aplicarse a las iglesias católicas: “Os digo que ni Salomón, en toda su gloria, se vistió como uno de éstos” (Mt 6, 29), porque “he aquí alguien mayor que Salomón” (Mt 12, 42).

Es conveniente, pues -y en realidad es más que conveniente: es algo exigido por la virtud de la religión- que nuestras iglesias sean diseñadas y ornamentadas de tal forma que proclamen, de modo no ambiguo, claro, el templo que es Jesucristo, el Verbo hecho carne, y el templo que es su Cuerpo Místico, la Iglesia católica. De esta manera, cada iglesia imita y continúa la misión del Precursor que gritó: “¡He aquí al Cordero de Dios! ¡He aquí al que quita los pecados del mundo!”

También la sagrada liturgia debiera mostrar a Cristo y proclamarlo. Como opus Dei, o sea, como obra de Dios, como primariamente un acto de Dios y para Dios, ella debiera participar ya de los propios atributos de Dios, tal como Él nos los ha revelado en la historia de la salvación, y hacérnoslos presentes para que los internalicemos. La liturgia debiera presentársenos como lo mismo que Él es: antigua, estable, indestructible, permanente, fuerte, santa, trascendente, misteriosa y, a veces, desconcertante. Sobre todo, no debe parecernos “obra de manos humanas”, o sea, hecha en un plano meramente humano, temporal, intramundano, secular, porque, de otro modo, la estimaríamos con toda razón como algo despreciable y estaría destinada a sufrir el mismo destino que los templos de Salomón y de Herodes. Por el contrario, deberíamos poder poner en labios de la liturgia, realidad viva moldeada por manos divinas en el seno de la Iglesia, las palabras del salmista: “Tú formaste mis entrañas, tú me tejiste en el seno de mi madre… No se te ocultaban mis huesos cuando fui modelado en secreto y bordado en las profundidades de la tierra. Todavía informe, ya me veían tus ojos, pues todo está escrito en tu libro. Mis días estaban todos contados, antes de que ninguno existiera” (Sal 138, 13, 15-16).

¡Cuán diferente de esto -cuán escandalosamente diferente- es el Novus Ordo (Seclorum, dan ganas de decir), en que la liturgia es, y se presenta a sí misma, como obra de manos humanas, refaccionada según las ideas modernas, sometida a manipulaciones humanas, en medio de una cacofonía de lenguas vulgares, dando lugar a siempre nuevos compuestos culturales, como un elemento inestable!

“Y al ver que algunos decían del templo que estaba adornado con preciosas piedras y donativos, les dijo: Llegará el día en que todo esto que veis será demolido y no quedará piedra sobre piedra” (Lc 21, 5-6).

Al leer estas ominosas palabras, ¿cómo podría uno no recordar los ritos reformados, construidos por comités, por expertos ataviados con las filacterias de la erudición, que adornaron la liturgia (así pensaban ellos) con “preciosas piedras y donativos” concebidos especialmente para el Hombre Moderno? Estos “grandes edificios”, todos ellos, serán demolidos, porque no son un templo formado con el paso de los tiempos por el Espíritu Santo en el seno de la Santa Madre Iglesia, en el cual los ritos litúrgicos tradicionales, con toda su maravillosa extravagancia, fueron tejidos y bordados y formados en secreto.

“Una casa dividida contra sí misma no puede subsistir” (Mt 12, 25). La nueva liturgia es una casa dividida contra sí misma; ya no es el tradicional rito romano tal como se desarrolló orgánicamente a lo largo de los siglos, sino una nueva manufactura hechas de retazos y pedazos antiguos y modernos. Es como la visión interpretada por el profeta Daniel: “Tú, oh rey, estabas mirando y apareció una gran estatua: esta estatua, de gran tamaño y altura, estaba frente a ti, y su vista era terrible. La cabeza de la estatua era de oro fino, pero el pecho y los brazos eran de plata, y el vientre y los muslos, de bronce, y las piernas de hierro, y los pies, en parte de hierro y en parte de barro” (Dan 2, 31-33).

Ilustración del sueño de Nabucodonosor (Francia, s. XV)

(Imagen: Wikimedia Commons)

Semejante a esto es la nueva liturgia, una imponente obra de manos humanas que está fatalmente dañada por su falta de unidad, integridad, coherencia y cohesión. Ella no es el único rito romano de todos los tiempos, sino un producto voluntarístico de centenares de “expertos” que trabajaron paralelamente en pequeños comités, matando para viviseccionar. La única “unidad” de que goza su producto es la aprobación positivística de Pablo VI, que es incapaz de fundir la estatua en una sola sustancia y de infundirle un soplo de vida. Por esta razón es que algunos hablan de la “Misa Frankenstein”.

En la Vida de los Padres del desierto, leemos lo siguiente de Juan el Ermitaño: “Su único alimento era la comunión que el sacerdote le traía los domingos. Su norma de vida no le permitía otra cosa. Pero he aquí que un día Satán tomó la forma del sacerdote y llegó donde Juan, haciendo como que le traía la comunión. El bienaventurado Juan, dándose cuenta de quién era realmente, le dijo: ‘Oh, padre de todas las sutilezas y maldades, enemigo de la rectitud, ¿no sólo no cesarás jamás de engañar el alma de los cristianos sino que osas atacar los Misterios mismos?’”[1].

Esto es lo que, a gran escala, el padre de todas las sutilezas y maldades, enemigo de toda rectitud, se ha atrevido a hacer en nuestros tiempos: ha atacado, en su raíz y en todas sus ramas, los Misterios de nuestra salvación. Y lo ha hecho induciendo a algunos hombres a corromper los ritos litúrgicos de todos los sacramentos y sacramentales, y el Oficio Divino, y a adherir a éstos como si fueran mejores que la imagen visible del Dios invisible que habíamos recibido de nuestros antepasados. Ha sembrado dudas, errores y confusión en el dogma y la moral, encontrando para esto muchos cómplices bien dispuestos que alardean orgullosamente de la superioridad de los tiempos modernos y de los modos modernos de pensar y obrar.

Sabemos lo que le ocurrió a la gran estatua del sueño de Nabucodonosor: “Seguías mirando, hasta que una piedra se desprendió de una montaña sin intervención de mano alguna, y vino a golpear la estatua en los pies que estaban hechos de hierro y barro, y los hizo añicos. Y a continuación se quebraron el hierro y el barro y el bronce y la plata y el oro, y fueron como el tamo en una era de verano, y el viento se los llevó y desaparecieron sin dejar rastro alguno; pero la piedra que golpeó a la estatua se transformó en una gran montaña, que llenó toda la tierra” (Dan 2, 34-35).

Como todas las visiones simbólicas, ésta admite múltiples realizaciones y aplicaciones. Daniel la interpretó como una sucesión de reinos que culminaba en uno que no será jamás destruido, pero ¿puede decirnos algo a nosotros hoy día?

La piedra que golpea la gran manufactura del ingenio humano “se desprendió de una montaña sin intervención de mano alguna”. El monolito gigante y aterrador que se nos impone, producto de febriles escuadrones de trabajadores, queda reducido a añicos por una pequeña piedra que debe su existencia a un escultor sobrenatural; piedra que crece hasta transformarse en una gran montaña que cubre toda la tierra.

¿Acaso no nos recuerda esto al movimiento católico tradicionalista? Este comenzó pequeño, pero está creciendo, y su crecimiento, producido por el Espíritu Santo, no puede ser detenido, y ama, defiende y promueve no la “banal fabricación prêt-à-porter” producida por comités, sino el tesoro acumulado y heredado desde hace siglos, vaso valiosísimo del Verbo Encarnado, testigo que canta en silencio la gloria de Dios. Este movimiento se transformará en una gran montaña que llenará toda la tierra, al tiempo que el monumental experimento de greda se desmorona, década tras década.

(Foto: Regina)

Adaptando un antiguo texto litúrgico, podríamos exclamar: “¡O culpa feliz, que nos preservó tan gran liturgia!”. El radicalizado Movimiento Litúrgico de mediados del siglo XX se encarnizó en sus intrusiones en la liturgia romana, desnaturalizándola lentamente y desintegrándola, especialmente desde 1948 en adelante. Por paradojal que suene, ¿no deberíamos agradecer que los partidarios de los cambios llegaran hasta donde lo hicieron? La escandalosa magnitud de la revolución litúrgica fue permitida por la Divina Providencia a fin de hacer posible el regreso a la plenitud de la tradición, gracias a que el clero y el laicado fiel vieron con el paso del tiempo la corrupción y la repudiaron totalmente, incluyendo en ello las simplificaciones, propias de anticuarios, y las desfiguraciones introducidas en la década de 1950 por Pío XII, que fue un Pablo VI en cámara lenta. El movimiento tradicional en todo el mundo está, por fin, tomando conciencia de la magnitud del daño producido, y viendo, cada vez con mayor claridad, la única salida: una adhesión total al rito romano en su forma tridentina, anterior a las arrogantes intrusiones de expertos miopes.

El santo sacrificio de la Misa en toda su poderosa pureza y la liturgia tradicional, en general, exorcizan de la Iglesia el espíritu del modernismo. No hay nada más urgente que este exorcismo, que ya está comenzando a ocurrir dondequiera que la Tradición ha tendido un puente hacia el territorio enemigo.

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[1] Traducción de Norman Russell (Kalamazoo, Cistercian Publications, 1981), p. 93.

CRÓNICA, FOTOGRAFÍAS Y VIDEOS DEL EXITOSO TERCER ENCUENTRO SUMMORUM PONTIFICUM ANDALUCÍA EN MÁLAGA

  III ENCUENTRO SUMMORUM PONTIFICUM ANDALUCÍA

         Málaga, 22 de Septiembre de 20018

  Diez horas   por Rafael Ordóñez (Una Voce Málaga)

 

 

 

 

Sirvan estas palabras como crónica de las diez horas que cambiaron la vida de la Misa Tradicional en Málaga, a buen seguro en Andalucía y, por el eco obtenido, puede que también en España. A las 12 de la mañana ya era fácil intuir lo que iba a ser la jornada histórica de este sábado de septiembre, vísperas de la festividad de San Pío de Pietrelcina. Siete meses de intenso trabajo por parte de la Comisión Misa Tradicional Andalucía y Una Voce Málaga cristalizaban en aquella hora. La asistencia a la Conferencia tenía a los organizadores en estado de vigilia. Pero comenzó la afluencia de personas de forma lenta, pero incesante. Cuando Monseñor Bux llegó, la Antigua Capilla del Palacio Episcopal malagueño estaba casi al completo. Oír a Monseñor Bux fue como oír un compendio enciclopédico de sabiduría, profunda experiencia de vida eclesial y amor a la liturgia eterna. Él conoce, como pocos, la gestación y el alumbramiento de Summorum Pontificum. Su cercanía y colaboración con el Santo Padre Benedicto XVI hizo que el auditorio estuviese sin pestañear a lo largo y ancho de su disertación. El muy ilustre conferenciante fue presentado con brevedad, tal como era su deseo, por el firmante de esta crónica, cerrando el acto el coordinador general de la Comisión Misa Tradicional de Andalucía.

En próximas entradas publicaremos en este blog el texto de la conferencia.

 

El Salón de Actos del Palacio Episcopal de Málaga registró un lleno para la ocasión.

 

El conferenciante, Monseñor Nicola Bux, Prelado de Su Santidad y estrecho colaborador de Benedicto XVI

 

Vista frontal del Salón de Actos.

 

 

 

 

Acto seguido se celebró la habitual comida de hermandad en la que participaron fieles de todas las diócesis de Andalucía y que resultó entrañable, tranquila, muy de amigos o miembros de una misma familia, y en la que tuvimos excepcional oportunidad de saludarnos, de departir y de unir voluntades y afectos.

 

Momento de la bendición de la mesa por parte del Mons. Bux

 

 

A las 7 de la tarde llegaba la hora H del día D. Dos horas antes ya estábamos en la Catedral malacitana cerrando los mil y un detalles de última hora. El recinto sacro estaba cerrado aún para los asistentes, pero estos ya se iban agolpando en la puerta. En ese momento supimos que la Catedral se iba a llenar. Ensayos, nervios, disposiciones finales y a la ceremonia. Media hora antes se abrieron las puertas del templo y los malagueños, junto a los venidos de toda Andalucía, ocuparon la totalidad de asientos disponibles, siendo necesario habilitar un sinfín de sillas supletorias. Se inició la procesión hacia el altar compuesta por tres acólitos, maestro de ceremonia, subdiácono, diácono y celebrante. Los sacerdotes eran el reverendo don Raúl Olazábal (subdiácono), el reverendo don Alexis Rouquayrol (diácono), ambos del Instituto Cristo Rey Sumo Sacerdote, y el Muy Ilustre Monseñor Don Nicola Bux, respectivamente. Cerraba el cortejo el Sr. Obispo de Málaga Don Jesús Catalá Ibáñez acompañados por los señores canónigos Don Felipe Reina, Don José León y don Isidro Rubiales. Los ornamentos fueron sencillamente preciosos, espectaculares. Una belleza que impresionó a los asistentes. Fue este el caso de la casulla del celebrante, de las dalmáticas del diácono y subdiácono y de la capa pluvial del señor obispo.

 

 

Procesión de entrada por parte del Sr. Obispo de Málaga

 

 

 

 

 

 

La Santa Misa se desarrolló en un estado de expectación máxima para todos los presentes. Una misa solemne, ajustada, sin excesos, profunda, impactante en su sencillez y en su grandeza. Monseñor Bux transmitió perfectamente la más íntima verdad de un sacerdote, ser un Alter Christi, su sentido de la adoración y su sentirse ínfimo ante la presencia del Misterio. Todos lo percibieron. De igual forma el diácono y el subdiácono transmitieron su profundo estado de reverencia y humildad ante lo más grande que ocurre en la Tierra todos los días: la Santa Misa. La música del órgano catedralicio y las voces de la schola gregoriana estuvieron al nivel requerido por tan magna celebración, simplemente impecables. Todos al límite de la perfección. Ni una sola de las personas asistentes abandonó su asiento durante toda la celebración. El Sr. Obispo participó de una forma muy edificante para todos. Como sumo liturgo de la diócesis siguió la ceremonia con total atención, siendo siempre para todos ejemplar punto de referencia en su actitud, sus gestos y en su presencia misma. Impartió al final la bendición apostólica, recibida de forma unánime de rodillas por los fieles.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La homilía la dijo Monseñor Catalá Ibáñez al final, siendo corta pero bien honda. Los nombres de Jesucristo y de María enseñorearon su plática. Terminada la predicación, y de forma sencilla y sin prólogo alguno, soltó la bomba que hizo saltar por los aires, eso sí, en forma de alegría desbordada, aplausos y lágrimas, este III Encuentro: La Santa Misa Tradicional en Málaga pasa a celebrarse todos los domingos. Todavía me aprieta un pellizco en el diafragma cuando lo escribo. Dios se lo pague, Don Jesús, como Él lo hace todo, sobreabundantemente.

 

 

 

El texto de la homilía pronunciada por el prelado de Málaga puede leerse pinchando aquí

 

 

Coordinadores de la Comisión Misa Tradicional Andalucía pertenecientes a todas las Diócesis de Andalucía, junto al obispo de Málaga

 

Don Jesús Catalá, posa con varias familias numerosas tras la Santa Misa

 

@ Fotografías: Don Antonio Varo y Misa Tradicional Andalucía

 

LAUS DEO VIRGINIQUE MATRI

MÁLAGA 22-S: EL SALÓN DE ACTOS DEL OBISPADO ACOGERÁ UNA CONFERENCIA DE MONS. BUX SOBRE SUMMORUM PONTIFICUM

SEVILLA: DOMINGO 16 SEPTIEMBRE CAMBIO PUNTUAL HORA MISA TRADICIONAL-GREGORIANA

Les informamos que con carácter excepcional, la Santa Misa según el Rito romano tradicional que organiza nuestra Asociación en el Oratorio Escuela de Cristo de Sevilla se oficiará el próximo domingo 16 de septiembre a las 19:00 horas, y no en su horario habitual.

 

Rogamos disculpen las molestias que este cambio horario ajeno a nuestra voluntad les pueda ocasionar.

 

UNA VOCE SEVILLA

 

IMPORTANTE: SÁBADO 22 SEP. LA CATEDRAL DE MÁLAGA ACOGERÁ EL III ENCUENTRO MISA TRADICIONAL ANDALUCÍA

Les informamos que el próximo 22 de septiembre, sábado, D.m., se celebrará en Málaga el III Encuentro Summorum Pontificum Andalucía. El Encuentro en esta ocasión estará organizado por la COMISIÓN MISA TRADICIONAL ANDALUCÍA y la asociación diocesana UNA VOCE MÁLAGA

El programa detallado de actos es el siguiente:
– 12:00 horas: Recepción de participantes en la puerta del Palacio Episcopal, sita en la Plaza del Obispo s/n (junto a la Catedral)
– 12:30 horas: Antigua Capilla del Palacio Episcopal. Conferencia-coloquio: “Summorum Pontificum: Remedio para la crisis eclesial y la decadencia litúrgica”. Por Monseñor Nicola Bux, Prelado de Su Santidad y Consultor de la Oficina de la Celebraciones litúrgicas del Sumo Pontífice durante el pontificado de Benedicto XVI.
– 14:30 horas: Comida-menú de Hermandad, para todo aquel que lo desee, en el Restaurante La Reserva del Olivo (Plaza del Siglo s/n – a dos minutos andando del Palacio Episcopal y Catedral). Precio: 25 euros (adulto). 15 euros (infantil). Para una mejor organización debe comunicarse la asistencia a: asociación@unavocesevilla.info
– 19:00 horas: Altar Mayor de la Santa Iglesia Catedral de Málaga. Santa Misa solemne tradicional-gregoriana, oficiada por Mons. Nícola Bux. Con asistencia del  Excmo. y Rvdmo. D. Jesús Catalá Ibáñez, obispo de Málaga. El servicio del altar estará dirigido por el Canónigo D. Raúl Olazábal, del Instituto Cristo Rey Sumo Sacerdote. Además contaremos con una Schola Gregoriana y Organista del lugar.
– 20:30 horas: Despedida participantes.
Además de esta información, en el blog oficial y facebook de la Comisión Misa Tradicional Andalucía (www.misatradicionalandalucia.com y https://www.facebook.com/misatradicionalandalucia/) se puede consultar información actualizada sobre el Encuentro.
Este III Encuentro Summorum Pontificum Andalucía va a posibilitar de nuevo un acercamiento entre los distintos fieles de la Misa tradicional de Andalucía y España, que facilitará que ésta se promueva y se celebre cada vez más, para que en estos tiempos tan difíciles que corren en la Iglesia, la Tradición sea la gran esperanza y tabla de salvación para aquellos fieles que anhelan la salvación de las almas.
Desde Una Voce Sevilla, animamos, por ello, a todos los fieles y amigos a asistir a este Encuentro, en la certeza de que con ello contribuyen al desarrollo de la liturgia tradicional en la Iglesia y especialmente en las diócesis de Andalucía y en toda España. Para facilitar la asistencia, los distintos grupos de fieles de espiritualidad tradicional existentes en todas las diócesis andaluzas están coordinando el desplazamiento en diversos medios de transporte que pondrán a disposición para el que lo desee. Pueden contactar con ellos en los correos electrónicos y teléfonos que aparecen en el blog: www.misatradicionalandalucia.com
La Comisión MISA TRADICIONAL ANDALUCÍA está formada por las distintas asociaciones y grupos de fieles existentes en la región andaluza -entre ellas Una Voce Sevilla- amantes del tesoro espiritual y litúrgico tradicional de la Iglesia Católica que, en concreto, promueven en sus respectivas diócesis la celebración de la Misa en la Forma tradicional del Rito Romano, también llamada gregoriana o Forma Extraordinaria”.
Lo que para las generaciones anteriores era sagrado, también para nosotros permanece sagrado y grande”. (Summorum Pontificum. Benedicto XVI)
Para más información: misatradicionalandalucia@gmail.com y asociacion@unavocesevilla.info

 

 

AVISO IMPORTANTE: CAMBIO PROVISIONAL HORARIO MISA TRADICIONAL-GREGORIANA EN SEVILLA

Informamos a nuestros lectores, que, de forma provisional, y al menos hasta primeros de octubre -fecha prevista para la finalización de las obras que se están realizando en la Parroquia de Santa Cruz y que conllevan el traslado de sus cultos al Oratorio Escuela de Cristo-, la Santa Misa según el rito romano tradicional que organiza nuestra Asociación, a partir del próximo domingo 26 de agosto y hasta nuevo aviso, se celebrará en dicho Oratorio a las 11 de la mañana todos los domingos y días de precepto no laborales.

Se ruega difusión de este aviso.

UNA VOCE SEVILLA

 

 

 

IMPORTANTE: HORARIOS AGOSTO MISA TRADICIONAL EN SEVILLA

UNA VOCE SEVILLA

Les informamos, que, por primera vez, durante el mes de AGOSTO en Sevilla, se celebrará -D.m.- Santa Misa según el rito romano-tradicional todos los domingos y días de precepto. No obstante, algunas de ellas sufrirán variación en su horario y celebrante, como a continuación se detalla:

 

 

MISAS AGOSTO

    • 1ªDOMINGO DÍA 5 (10:30 horas). XI Domingo después de Pentecostés. Oficiada por el Capellán de Una Voce Sevilla.
    • 2ºDOMINGO DÍA 12 (12:30 horas). XII Domingo después de Pentecostés. Celebrada por el Rvdo. P. Fernando Reyes Rico, párroco de Alcalá del Río
    • MIÉRCOLES DÍA 15 (10:30 horas) –precepto-: Festividad de la Asunción de Nuestra Señora a los cielos. Celebrada por el P. Fernando Reyes Rico.
    • 3ºDOMINGO DÍA 19 (12:30 horas). XIII Domingo después de Pentecostés. Celebrada por el Rvdo. P. Fernando Reyes Rico.
    • 4º DOMINGO DÍA 26 (10:30 horas). XIV Domingo después de Pentecostés. Celebrada por el Capellán de Una Voce Sevilla.

Todas las Misas se celebrarán en el Oratorio Escuela de Cristo, sito en el Barrio de Santa Cruz.

 

SEVILLA: MIÉRCOLES 25 JULIO MISA TRADICIONAL-GREGORIANA FESTIVIDAD SANTIAGO APOSTOL

Les informamos que, fieles a la tradición secular de la Iglesia española, el próximo MIÉRCOLES 25 DE JULIO, con ocasión de la festividad de Santiago Apóstol, Patrón de las Españas -día de precepto-, se oficiará en su honor –D.m.- Santa Misa según el Rito romano-tradicional, a las 8 DE LA TARDE, en el Oratorio Escuela de Cristo de Sevilla, sito en el Barrio de Santa Cruz.

 

Se recuerda la obligación que tienen los fieles de participar en la Santa Misa los días de precepto.

 

O sidus refúlgens Hispaniae, sancte Iacóbe Apóstole, intercede pro nobis ad Dóminum(Oh estrella refulgente de España, bienaventurado Santiago Apóstol, intercede por nosotros) Aleluya de la Misa.

 

UNA VOCE SEVILLA